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Preguntas frecuentes sobre procesamiento sensorial

Qué es, cómo se trata y por qué es controversial.

Experto clínico: Michael Rosenthal, PhD

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¿Qué son las dificultades del procesamiento sensorial?

Algunos niños parecen tener problemas para procesar la información que captan sus sentidos, como el oído, el tacto, el gusto, la vista y el olfato. Además de estos sentidos comunes, también hay otros dos menos conocidos que también pueden verse afectados: la propiocepción, que es el sentido de conciencia corporal, y el sentido vestibular, relacionado con el movimiento, el equilibrio y la coordinación.

Los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial experimentan demasiada o insuficiente estimulación a través de estos sentidos. También pueden tener dificultad para integrar la información sensorial. Por ejemplo, cosas que ven y oyen de manera simultánea (como una persona junto a ellos que está hablando) les pueden parecer que están desincronizadas.

Estos problemas pueden ser difíciles para los niños y obstaculizar su funcionamiento, su aprendizaje y su capacidad de hacer amigos de manera efectiva.

Nota: Estas dificultades se denominan a veces trastorno del procesamiento sensorial (SPD, por sus siglas en inglés), aunque los psiquiatras no lo consideran un diagnóstico clínico en sentido estricto.

¿Cuáles son las señales?

Las dificultades del procesamiento sensorial tienden a ser de dos tipos: hiposensibilidad e hipersensibilidad, aunque es frecuente que los niños experimenten ambos tipos.

Los niños hipersensibles son extremadamente reactivos a la estimulación sensorial, y pueden encontrarla abrumadora. Puede que ellos:

  • No toleren las luces brillantes y los ruidos fuertes, como las sirenas de las ambulancias.
  • Se nieguen a usar cierta ropa, porque sienten que les pica o les irrita (incluso después de quitarle todas las etiquetas), o algunos zapatos porque los sienten “demasiado apretados”.
  • Se distraigan con ruidos de fondo que otros parecen no escuchar.
  • Teman que los toquen por sorpresa y eviten los abrazos, incluso de adultos familiares.
  • Tengan un miedo exagerado a los columpios.
  • Tengan problemas a menudo para entender dónde está su cuerpo en relación a otros objetos o personas.
  • Tropiecen con cosas y parezca que se mueven con torpeza.
  • Tengan dificultad para medir la fuerza que aplican: por ejemplo, pueden romper el papel al borrar, pellizcar demasiado fuerte o soltar los objetos con demasiada fuerza.

Los niños hiposensibles tienen poca sensibilidad, lo cual los hace buscar más estimulación sensorial. Puede que ellos: 

  • Tengan una necesidad constante de tocar a las personas o texturas, incluso cuando no es socialmente aceptable.
  • No entiendan qué es el espacio personal, incluso cuando los niños de su misma edad ya lo comprenden.
  • Tengan una tolerancia extremadamente alta al dolor.
  • No sean conscientes de su fuerza.
  • Sean muy inquietos y tengan dificultad para quedarse sentados quietos.
  • Adoren las actividades que implican saltar, chocar y estrellarse.
  • Disfruten la presión profunda, como abrazos muy apretados.
  • Les gusten los movimientos rápidos, intensos y/o giratorios.
  • Quieran que los lancen al aire y saltar sobre los muebles y trampolines.

¿Por qué los niños con dificultades sensoriales tienen rabietas? 

Los niños que tienen dificultades sensoriales exhiben a veces comportamientos extremos: gritan si se les moja la cara o tienen reacciones incluso violentas cuando usted intenta vestirlos, porque las sensaciones físicas involucradas les resultan abrumadoras.

Podrían tener cambios de humor sorprendentemente fuertes en respuesta a un cambio en el entorno. Por ejemplo, un niño de seis años podría estar muy bien en un entorno tranquilo con un adulto calmado. Pero si usted lo lleva a un supermercado abarrotado de estimulación visual y auditiva puede que se desmorone, es decir, que tenga una rabieta severa que parece no poder controlar, y que además parece que no se detendrá (sin importar lo que la persona que esté a su cargo haga), sino hasta que el niño quede exhausto.

Además de esta pérdida del autocontrol debido a una sobrecarga sensorial, un niño podría también golpear o ponerse agresivo. O podría salir corriendo (tener una respuesta de lucha o huida). Si el niño sale corriendo en un parque o en un estacionamiento, sin advertir el peligro, puede ser porque está alejándose de algo que le resulta molesto (lo cual puede no ser evidente para el resto de nosotros), o porque está dirigiéndose hacia un ambiente o sensación que calme su sistema.

¿Quién puede ayudar?

Los terapeutas ocupacionales (OT, por sus siglas en inglés) son los especialistas que trabajan con niños que tienen problemas sensoriales. Su hijo puede ser remitido a un OT en su escuela, o tal vez usted quiera buscar uno que atienda de manera privada. Los OT involucran a los niños en actividades físicas diseñadas para regular la información sensorial que reciben, para hacer que se sientan más cómodos, seguros, y puedan concentrarse.

No existen estudios científicamente sólidos que demuestren que el trabajo que realizan los terapeutas ocupacionales con los niños que tienen desafíos del procesamiento sensorial sea efectivo. Pero muchos padres han encontrado que las terapias y los ejercicios ayudan a los niños a sentirse mejor y funcionar mejor. “Funciona como un botón de reiniciar”, señaló una madre.

El Dr. Michael Rosenthal, un neurosicólogo pediátrico en el Child Mind Institute e hijo de un terapeuta ocupacional, lo explica de esta manera: “Está claro que identificar las dificultades sensoriales y trabajar con un terapeuta ocupacional ayuda a muchos niños a tranquilizarse y controlarse mejor”.

Pero debido a que los niños con dificultades sensoriales son todos tan diferentes, y debido a que los terapeutas ocupacionales generalmente no están conectados con instituciones de investigación, la ciencia no está ahí para respaldar la evidencia clínica. “Lo que nosotros no entendemos realmente es si este enfoque funciona con todos los niños que tienen problemas sensoriales, y cómo”.

¿Existe un proceso de evaluación?

Sí. Los problemas sensoriales de cada niño son diferentes, así que antes de que la terapia pueda comenzar, el terapeuta ocupacional necesitará evaluar a su hijo a través de pruebas y observación, así como hablando con los maestros y cuidadores. Luego, el terapeuta ocupacional creará un plan de tratamiento sensorial, algunas veces llamado “dieta sensorial”, que estará hecho a la medida de las necesidades del niño.

¿En qué consiste el tratamiento? 

Los terapeutas ocupacionales utilizan algo llamado terapia de integración sensorial, la cual tiene como objetivo ayudar a los niños a alcanzar un nivel ideal de regulación sensorial. Esto se consigue mediante contacto físico y movimientos como girar, chocar y saltar, lo que proporciona información sensorial terapéutica. El OT ayuda a formular lo que será terapéutico para cada niño.

¿Qué es un gimnasio sensorial?

El tratamiento generalmente se lleva a cabo en un gimnasio sensorial, un espacio preparado con chalecos con pesas, trampolines, cojines extra grandes, piscinas de pelotas y otro equipamiento destinado a proporcionar estimulación sensorial terapéutica supervisada por un OT.

¿Qué pueden hacer los padres?

Preste atención a qué es aquello a lo que su hijo está reaccionando. Por ejemplo, si es sensible a los ruidos fuertes o a las luces brillantes, trate de minimizarlos en su entorno.

Si está trabajando con un terapeuta ocupacional, pregúntele qué puede hacer en casa para reforzar su dieta sensorial.

¿Cómo puedo saber si el tratamiento está funcionando?

Trabaje con  el terapeuta ocupacional o el pediatra de su hijo para encontrar maneras de medir los resultados de la terapia, de tal manera que pueda valorar si está funcionando o no. Usted puede crear una escala de comportamientos para comparar cómo se está portando su hijo antes y después del tratamiento, y algunas metas concretas en las que le gustaría trabajar, tales como la capacidad de concentrarse mejor, mantenerse calmado en una habitación con mucho ruido o tener rabietas con menos frecuencia.

¿Son autistas los niños con dificultades del procesamiento sensorial?

No todos los niños autistas tienen dificultades del procesamiento sensorial, pero muchos de ellos las tienen, y son una de las cosas en que se fijan los médicos cuando están diagnosticando el autismo.

Sin embargo, muchos niños con dificultades del procesamiento sensorial no están dentro del espectro autista. Los problemas sensoriales también pueden presentarse en niños con TDAH, TOC o retrasos del desarrollo, o que no tengan ningún otro diagnóstico.

¿Son visibles en el cerebro las dificultades del procesamiento sensorial?

Sí. Los expertos han utilizado imágenes cerebrales para mostrar en tiempo real retrasos en el procesamiento sensorial en niños con autismo.

¿Por qué existe un debate?

Muchos padres no saben qué pensar cuando les dicen que su hijo tiene un diagnóstico de algo que no está considerado un trastorno por los psiquiatras y algunos otros profesionales de la salud mental.

De hecho, la mayoría de los profesionales de la salud mental admiten que las diferencias en los procesamientos sensoriales son reales. Sin embargo, no lo consideran un trastorno en sí mismo.

La efectividad de una terapia de integración sensorial es también discutida porque no ha sido estudiada rigurosamente, sin embargo, muchos padres aseguran que ha ayudado a sus hijos.

La última revisión de este artículo se realizó el 9 de noviembre de 2023.