¿Qué es el trastorno de excoriación?
El trastorno de excoriación (o rascarse la piel) es una condición de salud mental que puede hacer que los niños se rasquen, pellizquen o arañen la piel constantemente. Los niños con el trastorno de excoriación se rascan tanto la piel que se ocasionan daño y dolor en los lugares en los que lo hacen. No pueden dejar de hacerlo aunque quieran.
Algunos niños se pellizcan la piel porque los hace sentir bien, y puede ser provocado por el estrés o la ansiedad. Muchos niños ni siquiera se dan cuenta de que lo están haciendo. Rascarse la piel puede llevar a que se produzcan sangrado, costras e infecciones y cicatrices. También puede causar vergüenza e incomodidad si otras personas ven la lesión. El trastorno de excoriación suele comenzar en los primeros años de la adolescencia.
Los niños que tienen un trastorno obsesivo-compulsivo o TOC (OCD, por sus siglas en inglés) son más propensos a desarrollar el trastorno de excoriación.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno de excoriación?
El síntoma principal son las marcas o costras que aparecen en el cuerpo del niño por rascarse o pellizcarse la piel. Algunos niños se rascan en el mismo punto una y otra vez. Otros se mueven de un punto a otro. Normalmente, los niños con este trastorno utilizan sus propias uñas para rascarse, pero algunos pueden utilizar pinzas u otras herramientas.
Los niños con el trastorno de excoriación pueden pellizcarse en cualquier parte del cuerpo. Pero la cara es la zona más común. Otros puntos comunes que los niños podrían elegir incluyen los brazos, las piernas, la espalda, las encías, los labios, los hombros, el cuero cabelludo, el estómago, el pecho, las uñas de las manos y de los pies y las cutículas.
¿Cómo se diagnostica el trastorno por excoriación?
Para que se diagnostique a un niño con el trastorno de excoriación deben ocurrir tres cosas:
- Deben pellizcarse tanto la piel y durante tanto tiempo como para ocasionarles heridas.
- Deben haber intentado dejar de hacerlo por sí mismos y no haberlo conseguido.
- Su hábito debe hacerlos sentir muy molestos, o causarles problemas en sus actividades cotidianas.
¿Cómo se trata el trastorno de excoriación?
Por lo general, el rascado de la piel se puede detener con la ayuda de un terapeuta. La terapia cognitivo-conductual o TCC (CBT, por sus siglas en inglés) puede ayudar al niño a ser consciente de qué sentimientos y situaciones lo llevan a hacerlo. La TCC les enseña a los niños otras formas de lidiar con los sentimientos que hacen que se rasquen o pellizquen.
Por lo general, no se utilizan medicamentos para tratar la excoriación. Sin embargo, algunos niños se benefician de tomar antidepresivos al mismo tiempo que reciben la terapia.