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10 consejos para criar niños con ansiedad

Cómo apoyar a su hijo sin reforzar su ansiedad

Experto clínico: Grace Berman, LCSW

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Muchos padres bien intencionados intentan proteger a los niños ansiosos de sus miedos, pero la sobreprotección en realidad puede empeorar la ansiedad. Estos son algunos consejos para ayudar a los niños a lidiar con la ansiedad sin reforzarla.   

1. No intente eliminar la ansiedad.

Trate de ayudar al niño a manejarla. La mejor manera de ayudar a los niños a superar la ansiedad es ayudarlos a que aprendan cómo tolerarla de la mejor manera posible. Con el tiempo, la ansiedad disminuirá.  

La ansiedad puede ser una emoción útil, señala Grace Berman, trabajadora social clínica acreditada (LCSW, por sus siglas en inglés) en el Child Mind Institute. Por ejemplo, cuando estamos cruzando la calle y un auto viene a toda velocidad hacia nosotros, la ansiedad es lo que nos hace salir del camino. Para los niños con trastornos de ansiedad, es importante reconocer la diferencia entre la ansiedad útil y la inútil. “A menudo utilizo la metáfora de una alarma de incendios hiperactiva: a veces se activa cuando en realidad no hay un incendio”, explica. “El tratamiento consiste en reajustar nuestras alarmas de ansiedad para que podamos escuchar nuestra ansiedad en situaciones de peligro, así como aprender cuándo la ansiedad no es útil y formas de manejar esto”.

2. No evite cosas solo porque causan ansiedad al niño.

Ayudar a los niños a evitar las cosas que les causan miedo los hará sentir mejor a corto plazo, pero refuerza la ansiedad a largo plazo.

Muchos padres preocupados pueden pensar que es útil ayudar a los niños a evitar sus miedos, porque vemos la disminución de la ansiedad a corto plazo. Pero lo que esto hace es enviar el mensaje a los niños de que no pueden manejar esta situación, y que deben seguir evitándola. “El mensaje que queremos enviar es que sabemos que esto es algo para lo cual ellos tienen la suficiente valentía como para manejarla, incluso si da miedo”, dice Berman.  

3. Comunique expectativas positivas, pero realistas.

No le prometa a los niños que aquello a lo que temen no ocurrirá (que usted sabe que no van a reprobar el examen), pero sí exprese su confianza en que podrán manejar lo que sea que suceda.

En el fondo, la ansiedad tiene que ver con la dificultad para tolerar la incertidumbre. “Cuando prometemos a los niños que aquello a lo que teme no ocurrirá, les estamos dando una falsa sensación de certeza, que no solamente es potencialmente falsa, sino que además alimenta la ansiedad”, añade Berman. “En su lugar, queremos enviar el mensaje de que pueden manejar la situación, sin importar lo que pase”.

4. Respete sus sentimientos, pero no los potencie.

Validar los sentimientos no significa estar de acuerdo con ellos. Así que si un niño está aterrorizado por ir al médico, escúchelo y muestre empatía, pero anímelo a sentir que se puede enfrentar a sus miedos.

Berman sugiere decir: “Sé que te da miedo ir al médico, y ADEMÁS sé que puedes afrontarlo”. Esto valida su sentimiento de temor, pero también inspira una sensación de confianza en su capacidad de ser valiente.  

5. No haga preguntas dirigidas.

Anime a su hijo a hablar de sus sentimientos, pero intente no hacer preguntas dirigidas: “¿Estás ansioso por el gran examen?”. En su lugar, haga preguntas abiertas: “¿Cómo te sientes acerca de la feria de ciencias?”

Las preguntas abiertas ayudan a los niños a reflexionar sobre su propia experiencia emocional, lo cual es una parte importante del manejo de la ansiedad. La ansiedad suele aparecer en algunas situaciones específicas pero no en otras, por lo que es importante no hacer suposiciones sobre las emociones de un niño, sino permitir que aproveche esa comprensión y comparta información sobre cómo se siente.

6. No refuerce los temores del niño.

Evite sugerir, con su tono de voz o lenguaje corporal: “Tal vez esto es algo que deberías temer”.

Los niños ansiosos suelen tener padres ansiosos, señala Berman, porque hay componentes genéticos y aprendidos de la ansiedad. Si usted puede transmitir confianza en situaciones que provocan ansiedad, tanto de manera verbal como no verbal, esto ayudará a su hijo a sentirse menos ansioso.  

7. Brinde apoyo.

Hágale saber a su hijo que usted aprecia lo mucho que se está esforzando, y recuérdele que cuanto más tolere su ansiedad, más disminuirá.

Para los niños puede ser realmente difícil enfrentarse a sus miedos, y cualquier oportunidad de brindarles apoyo y reconocer su esfuerzo los ayudará en este proceso.  

8. Trate de acortar los períodos de anticipación.

Cuando tenemos miedo a algo, el momento más difícil es antes de hacerlo. Así que si un niño está nervioso por ir a una cita con el médico, no la mencione hasta que sea necesario.

Puede decidir decírselo la noche anterior o en la mañana antes de ir, o incluso unos días antes, dependiendo del niño. Pero el objetivo es no darles demasiado tiempo para pensar en ello ni tampoco anunciarles la cita a último minuto. “Puede ser útil que los niños sientan que tienen un poco de tiempo de preparación —añade Berman— pero no demasiada”.  

9. Analice las cosas con el niño.

A veces ayuda hablar de lo que pasaría si un temor se hiciera realidad (¿cómo lo manejarías?). Para algunos niños, tener un plan puede reducir la incertidumbre de forma saludable y efectiva.

Por ejemplo, si usted tiene un hijo con ansiedad por separación que está preocupado por separarse de usted en una tienda, pueden elaborar juntos previamente un plan. Berman sugiere que usted destaque la baja probabilidad de que se separen y que diga algo como: “En esta tienda, los empleados llevan chalecos verdes, así que si nos perdemos, todo lo que tienes que hacer es encontrar a un adulto que lleve un chaleco verde y pedirle que te ayude a encontrarme”. Esto ayudará a reducir la ansiedad y también a enseñar habilidades efectivas de resolución de problemas.  

10. Intente modelar formas saludables de lidiar con la ansiedad.

No finja que usted no experimenta estrés y ansiedad, pero permita que los niños lo escuchen o vean enfrentar estos sentimientos con calma, tolerarlos y sentirse bien al superarlos.

Los niños aprenden al observar a sus padres, por lo que cualquier momento en el que usted dé un ejemplo de cómo manejar la ansiedad es una buena oportunidad de aprendizaje para ellos. Por ejemplo, sugiere Berman, si usted está en el tren y llega tarde, y se siente estresado, podría decir algo como: “Me preocupa no llegar a tiempo a nuestra cita, así que voy a respirar profunda y lentamente para ayudarme a calmarme”. En el caso de los niños mayores, es posible que usted lo explique de manera diferente, pero aun así, si se involucra en esta forma de afrontamiento eficaz, podrá modelar formas saludables de manejar la ansiedad.

La última revisión de este artículo se realizó el 20 de julio de 2023.