Preguntas a expertos
Mi hijo de 16 años, que tiene ansiedad y es educado en casa, prefiere tener "amigos cibernéticos" a amigos de verdad. Queremos que regrese a la escuela, pero ¿se las arreglará?
in EnglishMi hijo tiene 16 años y ha tenido ansiedad durante los últimos 3 años. Empezó con síntomas físicos, como dolores de estómago y dificultad para respirar, generalmente cuando asistía a misa en la iglesia. Terminamos educándolo en casa, y ahora prácticamente no quiere salir.Juega cada vez más juegos en línea con niños de todo el mundo. Habla con ellos de manera regular y siempre se ríe y parece muy feliz, lo que nos hace felices a nosotros también, pero sabemos que no puede continuar así para siempre. Queremos que vuelva a la escuela, pero sabemos que no será capaz de afrontarlo.A nuestro hijo parece que ahora ni siquiera le gustan sus amigos de la vida real y prefiere a sus "amigos cibernéticos". Hemos visto a varios psiquiatras pero nuestro hijo dijo que eran demasiado críticos. Por favor, ayúdenos. Solo queremos lo mejor para él. Sus hermanos mayores ya se han mudado de casa, así que se está convirtiendo en hijo único.
En primer lugar, está claro que ustedes se preocupan por su hijo y que están comprometidos con su bienestar, y los felicito por acercarse y pedir ayuda. Además, está claro que han llegado al punto en el que se han dado cuenta de que la situación actual “no puede continuar”. Darse cuenta de ello es un primer paso crucial que los motivará a conseguir el tratamiento que su hijo necesita.
A nadie le gusta sentirse ansioso, así que cuando nos enfrentamos a una situación que provoca ansiedad, nuestra primera reacción es evitarla para no sentirnos ansiosos. En el caso de su hijo, al parecer ir a misa le provocaba ansiedad y, por lo tanto, cuando se quedaba en casa se sentía mejor. Si bien quedarse en casa y evitar así la ansiedad lo hacía sentir bien en el momento, en realidad empeoró el problema para él, porque nunca aprendió a enfrentar y vencer sus miedos asociados con ir a misa.
Cuando hay un sistema que permite evitar las situaciones de ansiedad, la ansiedad empeora. A los padres no les gusta ver a su hijo sufrir. A menudo se sienten impotentes cuando tienen un hijo ansioso y hacen cualquier cosa para que la ansiedad de su hijo desaparezca. El deseo de proteger a su hijo del malestar es comprensible, sin embargo, en esta situación, permitirle evitar situaciones que le causan ansiedad no es la respuesta. Sin darse cuenta, le están enseñando que la manera de lidiar con la ansiedad es evitarla (lo que en realidad no es lidiar con la ansiedad en absoluto). Cuanto más se le permita a su hijo evitar las cosas que le causan ansiedad, más querrá quedarse en casa y su ansiedad será peor. Esto puede convertirse rápidamente en un círculo vicioso de evitación y puede filtrarse a otras áreas de su vida, como la escuela y los amigos. El hecho básico es que cuanto más tiempo pase sin que su ansiedad sea tratada, más aislado estará, y más difícil será para ustedes como familia detener la ansiedad. No es imposible, solo más difícil.
La mala noticia es que la ansiedad puede volverse debilitante si no es tratada. Sin embargo, la buena noticia es que la ansiedad es una enfermedad muy tratable.
Mi consejo básico es simple: Obtengan una evaluación psicológica completa de un profesional de la salud mental autorizado. Basándome en su descripción, es probable que su hijo reciba el diagnóstico de un trastorno de ansiedad. Las investigaciones han demostrado que uno de los tratamientos más eficaces para un trastorno de ansiedad es la terapia cognitivo-conductual o TCC (CBT, por sus siglas en inglés), en la cual una persona aprende estrategias para enfrentar y reducir su ansiedad. Las investigaciones también han demostrado que un tipo de TCC llamado exposición y prevención de respuesta (ERP, por sus siglas en inglés) es eficaz para el tratamiento de muchos tipos de trastornos de ansiedad. Esta terapia alienta a las personas a enfrentar sus miedos, al “exponerlos” a los mismos a través de pequeños pasos manejables. Con el tiempo, aprenden a dominar sus miedos con destreza y confianza, y pasan a desafíos más grandes.
Es muy importante que no opten por descartar la visita con un profesional de la salud mental. Es muy bueno que hayan intentado que vea a alguien en el pasado, ¡y tienen que seguir intentándolo! Les sugiero que le den opciones a su hijo, como dos o tres terapeutas diferentes, pero deben dejarle claro que tiene que optar por uno.
Quiero llamar su atención atención sobre algo que usted dijo: “Queremos que vuelva a la escuela, pero sabemos que no será capaz de afrontarlo”. Cuando una persona vuelve a la escuela, no sucede de la noche a la mañana. Tiene que hacerse en pasos secuenciales, como cualquier exposición, para que cada paso sea un desafío, pero controlable, razonable y tolerable. Con el tiempo, tal vez vaya durante medio día, y luego más y más tiempo (todo con el objetivo de volver a ser un estudiante a tiempo completo de nuevo). No se queden atrapados entre el extremo en el que están ahora y lo que parece ser un resultado positivo poco realista. Sí es posible, con paciencia y ayuda.
Como padres, tienen un papel importante en la terapia de su hijo. Pídanle al terapeuta que los ayude a aprender maneras de ayudar a su hijo a enfrentar su ansiedad, en lugar de permitirle evitarla. Como padres, tendrán que aprender a manejar su propia angustia mientras lo ven enfrentar su ansiedad. Será incómodo ver a su hijo sentirse ansioso, pero es una parte importante del proceso. Pueden aprender maneras de animarlo y alentarlo, en lugar de tratar de rescatarlo de la incomodidad.
También quería mencionar un par de detalles de lo que usted nos compartió. No creo que las amistades en línea de su hijo sean necesariamente problemáticas. Sin embargo, si se convierten en la única forma de comunicación y socialización, e interfieren con otras áreas de la vida (como no socializar cara a cara o no hacer lo que necesita hacer, por ejemplo, ir a la escuela) entonces es un problema. Además, es importante entender por qué pasa tanto tiempo en su computadora y no con sus amigos.
En relación con esto, quería señalar que su hijo no necesariamente tiene un déficit de habilidades sociales, ya que ha tenido amigos en el pasado, por lo que hay una gran probabilidad de que estas habilidades sigan ahí y de que solo necesiten ser reforzadas. Es posible que la ansiedad simplemente le impida “ejercitar” esos músculos sociales. Pero no lo sabremos hasta que cuente con una evaluación y un plan de tratamiento que se base en sus fortalezas y lo ayude ahí donde está teniendo dificultades.
Recuerde, es importante tener fe y creer en su hijo, porque ustedes deben ser sus porristas. Juntos, como familia, y con la ayuda de profesionales, pueden abordar esta situación con éxito.