La depresión puede comenzar desde la infancia temprana, pero las señales son más evidentes en la adolescencia, que es cuando los niños comienzan la transición hacia la pubertad y pueden experimentar cambios de humor que comúnmente se asocian con los cambios hormonales típicos de la edad. Sin embargo, cuando algunos de estos síntomas se prolongan durante semanas o meses, es fundamental buscar ayuda profesional de inmediato.

Si te preocupa que tu hijo pudiera tener depresión, acércate a tu médico o a un profesional de la salud mental y averigua sobre los diferentes tipos de tratamiento que existen. Hoy en día la variedad de tratamientos para la depresión es amplia: incluye desde terapias hasta medicamentos. La depresión es tratable, y con el enfoque adecuado tu hijo puede recuperar su alegría y la esperanza en su vida.

– Gabriela Bobadilla, editora de español y directora de difusión | ✉