Consejos para salir de paseo con niños que tienen desafíos sensoriales
Planifique las salidas y actividades para maximizar la diversión y minimizar las crisis.
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Por qué salir de paseo puede ser difícil para los niños que tienen problemas de procesamiento sensorial?
- ¿Cómo pueden los padres hacer más fáciles las salidas para los niños?
- ¿Cuáles son algunas estrategias sensorialmente amigables?
Lectura rápida
Para los niños con problemas de procesamiento sensorial suele ser un desafío ir a lugares. Las multitudes, el ruido, las luces brillantes y otras cosas pueden dificultar las salidas comunes. E incluso un plan apto para niños (como una visita a la heladería) puede convertirse en una crisis si los niños no están preparados. La planificación y la preparación son la clave para ir a lugares con niños que tienen problemas sensoriales. Estos son algunos consejos para que todos se diviertan.
Los cambios inesperados, como ir de un lugar a otro, pueden ser difíciles para los niños. Cuando los niños saben qué esperar, se sienten más preparados y menos estresados. Tener una ruta clara y avisar a los niños con mucha antelación sobre los cambios que se aproximan puede ayudar.
Cuando haga el horario, pídale a su hijo que participe. Cuando los niños ayudan, les resulta más fácil recordar lo que está en el plan, ¡e incluso puede que tengan sus propias ideas! Después de elaborar el horario, repásenlo juntos. Así su hijo podrá ver lo que va a hacer y cuándo sucederá.
Cuando vayan a salir, tenga un plan para saber qué hacer si su hijo se siente abrumado y necesita calmarse. Esto podría ser sentarse en el auto, dar un paseo o simplemente ponerse los auriculares durante un rato.
También puede ayudar llevar un kit sensorial. Empaque una bolsa con cosas que ayuden a su hijo a sentirse tranquilo. Algunas ideas son auriculares con cancelación de ruido, lentes de sol, juguetes para que se entretenga o su peluche favorito. Cualquier cosa que los ayude a sentirse más relajados y menos estresados.
Incluso con la mejor planificación, los niños pueden sentirse abrumados a veces. Si ve que su hijo está llegando a un punto de quiebre, no se tarde en irse. Irse antes de que los niños lleguen a un punto de quiebre, y no después, los ayudará a ambos a sentirse más seguros a la hora de volver a salir.
Uno de los desafíos de criar niños con problemas de procesamiento sensorial es que las excursiones, incluso las que prometen mucha diversión, pueden convertirse fácilmente en catástrofes si los niños se encuentran en situaciones inesperadas o agobiantes.
Un niño que es hipersensible a la estimulación puede sentirse demasiado abrumado en un supermercado o restaurante a causa del ruido, la luz brillante o las multitudes. Pero incluso una excursión apta para niños (una visita a la heladería) puede inducir a una crisis si el niño no ha tenido tiempo de adaptarse a la idea.
Por eso la planificación y la preparación son fundamentales para salir con los niños que tienen desafíos sensoriales. A continuación, se ofrecen algunos consejos (¡probados por expertos y madres!) para ayudarlo a emprender la aventura y permitir que todos se diviertan.
Avise con mucha anticipación
Las transiciones inesperadas y los nuevos entornos sensoriales pueden provocar que las salidas se conviertan en campos minados de crisis para los niños con problemas de procesamiento sensorial.
¿Por qué estos niños se molestan tan fácilmente por los cambios en la rutina? Lindsey Biel, terapeuta ocupacional infantil especializada en desafíos de procesamiento sensorial, explica que los niños que no reciben información óptima y fiable a través de sus sentidos a menudo se sienten incómodos y fuera de control. La previsibilidad permite que se sientan más seguros. Los cambios en la rutina amenazan esa sensación de seguridad y pueden desencadenar las crisis.
Para facilitar las salidas, empiece con la creación de un programa claro y fiable, para que todos sepan qué esperar y cuándo.
La advertencia anticipada brinda a los niños una estructura fiable y cómoda. También le permite a usted disponer de tiempo suficiente para trabajar con ellos y planificar las actividades nuevas que sean sensorialmente amigables para sus hijos.
“Realmente ayuda brindar información de antemano sobre a dónde vamos y qué va a pasar cuando lleguemos allí”, dice Erin, una mamá cuyo blog Putting Socks On Chicken se centra en su experiencia de criar a un hijo con problemas de procesamiento sensorial. “Durante mucho tiempo, le informaba cada mañana qué esperar del día, pero no era suficiente advertencia para él”.
Hacer y seguir un programa mensual ha hecho una gran diferencia en el comportamiento de su hijo, dice. “Ahora usamos el horario como una manera de avisarle con la mayor anticipación posible, para que todos estén mejor preparados y las salidas sean mucho más fáciles”.
Algunos consejos sobre el horario:
- Permita que los niños den su opinión. Cuando haga el horario, pídale a su hijo que participe. La contribución al proceso lo ayudará a recordar lo que hay en el horario e incluso el niño podría aportar sus propias ideas.
- Comparta el horario. A menudo, repasar el horario ayudará a su hijo a recordar lo que se aproxima y cuándo. “Lo mantenemos escrito donde mi hijo pueda verlo, dice Erin. Ver el día desplegado es de gran ayuda. Él ve el horario y dice: ‘Bien. Tenemos esta fiesta de cumpleaños, pero cuando termine y lleguemos a casa tengo tiempo libre’”. Así, dice Erin, las actividades que solían causar crisis se han convertido en cosas que él puede disfrutar.
- Apéguese al horario. Por supuesto que a veces surgen cosas inesperadas, pero haga lo posible por mantenerse dentro del programa para que los niños sepan que pueden confiar en el horario y se sientan seguros al saber qué esperar.
Haga espacio para tiempos de descanso sensorial
Es importante designar un espacio seguro para que un niño pueda ir allí si está pasando por un momento difícil. Cuando se preparen para una actividad, traten de hacer esto parte del plan.
“A menudo un niño que se sobreestimula con facilidad estará bien si puede alejarse un poco cada media hora más o menos”, dice Biel, cuyo libro más reciente es Sensory Processing Challenges: Effective Clinical Work with Kids & Teens (página en inglés). Dependiendo de la edad y el nivel de conciencia sensorial que tengan, los niños podrían tener que adoptar diferentes métodos para los descansos.
- Los niños que son más conscientes de sí mismos pueden iniciar estos descansos por su propia cuenta. Esto puede ser una excelente manera de ayudarlos a desarrollar habilidades de autorregulación. Si su hijo está listo para tratar de programar sus propios descansos, acuerden con él un lugar seguro donde pueda estar a la vista del adulto a cargo. Por ejemplo, está bien tomarse un tiempo en el sofá, pero no está bien salir del patio o subir al auto sin un adulto.
- Los niños que tienen menos capacidad de autorregularse pueden necesitar alguna intervención de los padres. Si nota que su hijo empieza a sentirse abrumado, pruebe sugerirle que dé un paseo o que se tome un descanso de 10 minutos en el auto con aire acondicionado.
Prepare una bolsa de viaje
Al llenar una mochila con cosas preestablecidas que sean tranquilizantes y útiles, los niños tienen acceso fácil a las herramientas que los ayudan a sentirse más cómodos. Las bolsas sensoriales no tienen por qué ser complicadas, dice Biel, quien recomienda llevar “cualquier cosa que ayude al niño a calmarse y reorganizarse”. Hacer una bolsa sensorial puede ser una actividad divertida que pueden hacer juntos y le da a su hijo más control sobre su experiencia sensorial cuando esté de viaje. Algunas ideas para hacer una bolsa de viaje incluyen:
- Orejeras con cancelación de ruido
- Gafas de sol de buena calidad
- Un sombrero de copa ancha
- Auriculares y un reproductor de MP3 con su música o juegos favoritos.
- Juguetes manipulables como Silly Putty, una piedra para la preocupación o cualquier otra cosa que lo ayude a sentirse relajado
- Su peluche o juguete favorito
- Goma de mascar
- Una manta con peso o una almohadilla para el regazo
- Agua embotellada y bocadillos saludables para ayudarlo a mantenerse hidratado y evitar las crisis de hambre durante los días largos
Para facilitar el acceso de su hijo a su bolsa, intente poner todo en una mochila o cangurera para que pueda llevarla cómodamente.
Tenga una estrategia de salida
A veces, no importa cuántas estrategias tengan implementadas, las cosas se pueden volver demasiado abrumadoras para los niños con problemas sensoriales. Cuando eso suceda, será el momento de irse. “No espere a que su hijo esté al borde de una crisis”, dice Biel. “Tenga una estrategia de salida razonable y esté preparado para usarla si llega el momento”.
- Acuerden una señal. Que sea algo simple y sutil, como una especie de gesto. “Al proporcionarle una manera amable de decirle a usted que ya está harto, le permite a él tener cierto control sobre las cosas, lo que ayuda a que ambos se relajen un poco”, dice Biel.
- Vámonos significa vámonos. Si puede ver que su hijo está llegando a su punto de quiebre, no espere para irse. Recuerde que el objetivo es ayudarlo a reconocer sus límites sensoriales y aprender a ampliarlos de manera gradual. Si usted lo empuja más allá de su punto de quiebre, podría provocarle una crisis y hacer que se sienta más ansioso acerca de su próxima excursión, no menos.
Si tiene dos niños con necesidades diferentes, recuerde considerar a cada uno por separado. Un niño puede estar bien en una fiesta durante horas, pero el otro puede necesitar irse después de una hora. Cuando sea posible, haga lo que pueda para preparar algo con antelación para que ambos niños puedan tener una experiencia positiva.
Pregunte a otro padre si estaría dispuesto a llevar a uno de sus hijos a casa para que usted pueda irse antes si fuera necesario.
Si no hay forma de organizar un medio de transporte alternativo, hable con ambos niños con anticipación y acuerden una hora de salida. De esa manera todos estarán de acuerdo.
Busque actividades sensorialmente amigables
Una vez que haya establecido estrategias que funcionen para usted y su hijo, puede empezar a añadir más actividades divertidas al programa. Cada vez más museos, parques temáticos, cines y otras instituciones ofrecen eventos y espectáculos sensoriales. A menudo, estos eventos presentan niveles reducidos de ruido, menos luz y reglas de no aplauso. Si está considerando llevar a su hijo al cine o a un espectáculo, intente hacer una búsqueda en Internet de eventos sensorialmente adecuados en su área.