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La gente piensa que mi hijo es grosero porque hace berrinches cuando salimos, pero en casa es el niño más cariñoso del mundo. ¿Le pasa algo?

Escrito por: Shelley Avny, PhD

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P Mi hijo de cuatro años se enfada y es agresivo con otros niños. Nunca le ha gustado estar en grupos de niños y ahora que está en la guardería solo es amigo de una niña, a la que ya conocíamos desde hace unos años (a veces de manera posesiva) y de algunos más en el grupo de los mayores. Hace berrinches cuando tenemos que salir de casa para llevar a mi hijo mayor a la escuela. Esto es todos los días. Nunca sonríe o saluda a los vecinos. La gente piensa que es grosero, por los berrinches que hace donde sea que esté. Pero en casa puede ser el niño más cariñoso y amable del mundo. ¿Le pasa algo? ¿Tendrá ansiedad social? ¿O hay alguna otra razón que explique estas reacciones?

Esta es una gran pregunta. A menudo vemos que estos problemas surgen precisamente cuando los niños empiezan a ir a la guardería y a pasar tiempo con sus compañeros. Usted está haciendo lo correcto al tomar la iniciativa, expresar preocupaciones razonables y buscar respuestas. El comportamiento de su hijo podría explicarse por una serie de factores, incluida la ansiedad social, la ansiedad por separación, la rebeldía, problemas para manejar las emociones o dificultad para adaptarse a la guardería. Mi consejo sería llevarlo con un psicólogo o psiquiatra infantil para que le hagan una evaluación diagnóstica. Una evaluación diagnóstica es algo así como un rompecabezas, en el que el profesional recopila información de diferentes fuentes, como observaciones de su comportamiento, cuestionarios y entrevistas con los padres, y reúne la  información para comprender mejor las dificultades emocionales y de comportamiento de su hijo y establecer un diagnóstico, si corresponde.

Un componente importante de una evaluación es  lo que llamamos un “análisis funcional”, donde tomamos en consideración la conducta problemática, los posibles desencadenantes del comportamiento y las consecuencias que acarrea. En realidad esto es algo que puede empezar a notar antes de una evaluación. Usted mencionó que los berrinches se presentan todos los días cuando usted se va, y me pregunto qué le han dicho los maestros acerca del comportamiento de su hijo y su socialización durante el resto del día. Además, ¿qué otros factores desencadenan sus berrinches? Por ejemplo, ¿siempre es con usted o también con otras personas? ¿En qué otros contextos ha observado que ocurren los berrinches? Yo buscaría patrones (por ejemplo, personas, lugares, situaciones) para tener una mejor comprensión de los factores desencadenantes y lo que los está “causando”. En cuanto a las consecuencias, pensaría en lo que ocurre durante y después de los berrinches. Por ejemplo, ¿está recibiendo atención debido a la rabieta? ¿Se libra de hacer algo que no quiere gracias a la rabieta? ¿Está consiguiendo algo que quiere debido al berrinche? Todas estas son “consecuencias” que pueden involuntariamente sostener el ciclo de rabietas.

En resumen, lo que queremos es poder reconstituir los síntomas actuales de su hijo, su historia (social, educativa, psiquiátrica, familiar y médica) y sus comportamientos en entornos diferentes, en situaciones diferentes y con personas diferentes para entender cómo ayudarlo mejor. El médico que lo evalúe le proporcionará varias recomendaciones que esperamos le ayuden a controlar algunas de estas conductas y le indiquen la dirección correcta para el tratamiento, si fuera necesario.

La última revisión de este artículo se realizó el 17 de enero de 2023.