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Cómo ayudar a los niños con un trastorno del aprendizaje a aumentar su confianza

Estrategias para ayudar a su hijo a reconocer su valor más allá de lo académico.

Escrito por: Shelley Flannery

Expertos clínicos: Taína Coleman, MA, MEd , Daryaneh Badaly, PhD, ABPP

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Como padres, ustedes saben que su hijo es mucho más que su discapacidad de aprendizaje. Tiene capacidades y talentos en muchas áreas. Sin embargo, al pasar tanto tiempo en un entorno académico (donde recibe recordatorios continuos de sus desafíos de aprendizaje) puede que a los niños les cueste verse a sí mismos de la misma manera que los ven sus padres. Y esto puede afectar seriamente su autoconfianza y, de forma aún más profunda, la percepción de sí mismos.

“En el caso de un niño que tiene una discapacidad del aprendizaje, todo el concepto que tiene de sí mismo se puede ver afectado”, dice Taína Coleman, MA, MEd, especialista en educación del Centro para el aprendizaje y el desarrollo del Child Mind Institute. “Puede que se pregunten quiénes son o por qué algo es tan difícil cuando no lo es para otros niños. Algunos estudiantes vienen y me dicen: ‘Es que no soy inteligente'”.

Por eso, los especialistas en educación del Child Mind Institute afirman que el trabajo con niños que tienen discapacidades del aprendizaje se debe enfocar, tanto en el autoconcepto y la autoconfianza, como en los aspectos académicos y estrategias de aprendizaje.

Si su hijo ya ha sido evaluado y la escuela ya ha establecido un plan de apoyo y recuperación (que usted se ha asegurado de forma periódica que se esté aplicando), el siguiente paso podría ser enfocarse en ayudarlo a reforzar su confianza tanto dentro como fuera del aula.

Lo primero es escuchar su diálogo interno

Lo primero que hace Coleman cuando empieza a trabajar con un niño es escucharlo para hacerse una idea de cómo se siente consigo mismo.

“Escucho para saber si un niño cree que es valioso y digno de amor, atención y consideración”, dice. “Quiero saber si se preguntan: ‘Si repruebo este examen, ¿voy a decepcionar a mis padres? ¿Me seguirán queriendo?’. Porque para muchos niños, esas son preocupaciones reales”.

Coleman sugiere abordar de forma directa las afirmaciones que hace un niño sobre su autoestima y ayudarlo a replantear sus pensamientos, al decirle lo que usted percibe. El objetivo es sustituir el discurso negativo por uno positivo.

Por ejemplo, si está trabajando con un niño que se frustra a la mitad de su tarea de matemáticas, y dice: ” Soy tan estúpido”, ella podría decir algo como esto:

“No creo que seas estúpido en absoluto. Lo que veo es que estás resolviendo este problema con gran cuidado y, de hecho, acabamos de hacer muchas actividades en las que has demostrado una fluidez continua, ¿verdad? Eso me dice que estás haciendo un buen trabajo”.

Reformular el pensamiento sobre los desafíos

A partir de este punto, los padres pueden ayudar a sus hijos al poner en contexto la situación y replantear las dificultades. Por ejemplo, cuando los niños le dicen a Coleman que no son inteligentes, porque tienen que utilizar herramientas especiales para aprender que sus compañeros no utilizan (como un marcador fluorescente para la comprensión de lectura, audífonos con cancelación de ruido para leer o tiempo adicional en los exámenes), ella saca sus lentes.

“Digo: ‘Lo sé. Yo odio usar lentes. ¿Debería simplemente dejar de usarlos y esperar poder leer bien?”, refiere Coleman. “Por lo general me dicen: ‘No, en realidad usted necesita usar lentes’. Y uso ese ejemplo para explicar que a veces se necesita una herramienta que puede ser visible (como mis lentes) o algo que no se puede ver”.

Ella desaconseja las comparaciones con los compañeros, al señalar que todo el mundo utiliza las herramientas que le funcionan, sean visibles o no.

También es importante fomentar la autoconsciencia, al compartirles a los niños su diagnóstico y asegurarse de que sepan que este no es un reflejo de su inteligencia. Ayude a su hijo a entender su perfil de aprendizaje (en qué se diferencia del de otros niños) y proporciónele un lenguaje que le permita describir sus fortalezas y sus desafíos.

Elogie el proceso

Cuando se trata de animar académicamente a los niños, y especialmente a aquellos que tienen discapacidades del aprendizaje, Coleman dice que es importante centrarse en el esfuerzo que están haciendo más que en el resultado final o la calificación.

“Siempre elogio el proceso. Elogio la resolución de problemas”, dice. “El cien por ciento o el sobresaliente no muestran el nivel de esfuerzo y habilidad que un niño pone en algo”.

Daryaneh Badaly, PhD, neuropsicóloga del Centro para el aprendizaje y el desarrollo del Child Mind Institute, afirma que ayudar a su hijo a desarrollar una mentalidad de crecimiento (una forma de pensar que fomenta el esfuerzo y la superación continua) es, en última instancia, lo que le permitirá alcanzar sus objetivos.

“Pasar de una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento consiste en esforzarse al máximo, en lugar de querer ser el mejor”, afirma. “Y de hecho se ha demostrado que esa actitud predice el éxito, no sólo académico, sino en diferentes áreas, ya sean las tareas de la escuela, el fútbol o alguna otra actividad”.

Pero el éxito no es el objetivo. “Se trata del proceso de cómo estoy creciendo, en lugar de si hice todo bien”, añade la Dra. Badaly. “Y eso es lo que más ayuda a tener un niño seguro de sí mismo, porque sabrá que esforzarse al máximo (en cualquier cosa) es suficiente”.

Fomentar el crecimiento personal

Alimentar la autoestima de un niño y fomentar su autoconfianza requiere ayudarlo a verse a sí mismo más allá de su discapacidad del aprendizaje. Al final del día, sus desafíos de aprendizaje sólo representan una pequeña parte de quién es y no son en absoluto una medida de su valor como ser humano. Usted puede ayudar a su hijo a darse cuenta de esto al alentar su crecimiento, no sólo en el área en la que tiene dificultades académicas, sino también en otras asignaturas y actividades extraescolares.

Intente ofrecerle muchas oportunidades para desarrollar sus talentos, habilidades e intereses en actividades que no se vean afectadas por sus dificultades de aprendizaje. Podría ser deportes, baile, música, escultismo, arte, interpretación, ajedrez, robótica… cualquier cosa que atraiga a los niños y les ofrezca la oportunidad de destacar. También pueden incluir oportunidades para explorar una pasión, como el voluntariado con animales o una causa medioambiental.

En cuanto a cómo elegir actividades en las que involucrar a su hijo, la Dra. Badaly sugiere empezar por observar lo que ya le gusta a su hijo. “Probablemente se incline por ciertos tipos de juguetes o videos de YouTube y cosas por el estilo”, señala. “Vea si puede encontrar actividades que encajen de forma natural con lo que le gusta o lo que hacen sus amigos”.

Por ejemplo, si su hijo disfruta construir con bloques, quizá haya un grupo de Lego en su zona al que pueda unirse. ¿Le gustan los juegos de estrategia o los rompecabezas? Quizá le interese un club de ajedrez.

Y no olvide tener en cuenta las funciones ejecutivas de su hijo y su tolerancia social y sensorial. Por ejemplo, si su hijo tiene TDAH o trastorno del espectro autista, puede que los deportes en grupo no sean lo más adecuado para él, aunque sea atlético. Algo como escalar, la gimnasia o las artes marciales pueden ser una opción más adecuada.

Sin prisas

La Dra. Badaly sugiere presentar algunas opciones y dejar que el niño elija qué quiere probar, sin perder de vista que este tipo de actividades son para el ocio.

“Es importante permitir que los niños opinen sobre qué hacer en su tiempo libre”, dice la Dra. Badaly. “Si no es algo divertido, entonces no es para el ocio”.

En esa misma línea, la Dra. Badaly vuelve a recordar a los padres que en las actividades para el ocio se centren en el esfuerzo y el crecimiento (incluidos los deportes), en lugar de centrarse en resultados como ganar y anotar puntos.

“Si todos se enfocan en que hay que ser los mejores, si es un deporte en el que se espera de ellos que ganen todos los partidos o, si se trata de piano, y se espera que practiquen todos los días y sean grandes pianistas —dice— entonces eso tiene el potencial de que los niños lo sientan como otro fracaso, y no ayudará en nada.”

La Dra. Badaly insiste a los padres a que se centren en ayudar a los niños a encontrar algo que les proporcione diversión.

Fomentar un sentido de pertenencia

Coleman recomienda ayudar a los niños a encontrar formas de participar activamente en su familia y comunidad que los hagan sentirse necesarios y conectados.

“Asegúrese de que su hijo se sienta valorado en casa al permitirle contribuir de forma significativa”, sugiere. “Facilite las conexiones con compañeros, amigos y familiares fuera del entorno escolar. Anime a su hijo a participar en la comunidad a través del trabajo voluntario o programas relacionados con su religión”.

Estas actividades son otra forma de reforzar el sentido de identidad del niño y de desempeñar un papel seguro que sea independiente del éxito académico. También pueden ser útiles para desarrollar habilidades de liderazgo, o simplemente practicar cómo ser un buen amigo.

La última revisión de este artículo se realizó el 21 de julio de 2023.