Cuándo considerar un programa de año sabático
Apoyo para los estudiantes que todavía no están preparados para la universidad.
Expertos clínicos: Matthew M. Cruger, PhD , Jodi Musoff, MA, MEd
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A veces los jóvenes no están preparados para ir a la universidad. Puede que necesiten ayuda con cosas como la organización, pedir ayuda o manejar las emociones. O puede que se sientan agotados o desmotivados. Tomarse un año sabático puede ayudarlos a prepararse para una mejor experiencia universitaria.
Una preocupación común es que los jóvenes pierdan el ritmo si se toman un año sabático. Pero para aquellos que necesitan un apoyo adicional, un año sabático podría significar que tengan más éxito cuando empiecen la universidad. De lo contrario, podrían enfrentarse a muchas dificultades e incluso abandonar los estudios.
Hay diferentes tipos de años sabáticos para elegir. Pensar en el tipo de apoyo que necesita su hijo puede ayudarlo a elegir uno adecuado.
Un programa de puente ofrece a los jóvenes la práctica de tomar clases en un entorno universitario antes de que los créditos ” cuenten”. Los programas puente ayudan a los jóvenes a desarrollar su independencia y a reforzar sus habilidades organizativas.
Un “quinto año” o “año de postgrado” permite a los jóvenes inscribirse en un internado privado para estudiar de forma independiente. Puede ayudarlos a practicar la vida fuera de casa en una residencia que ofrece más estructura que una universidad típica. También ayuda a los jóvenes a rellenar las lagunas del expediente académico de high school.
Otros jóvenes optan por experiencias del mundo real como el voluntariado o las prácticas. Estas pueden ayudarlos a decidir qué quieren hacer en la universidad o después. Otra opción son los viajes o las excursiones orientadas a la aventura, como Outward Bound. Estas pueden ayudarlos a adquirir una perspectiva diferente y desarrollar importantes habilidades sociales y vitales.
Los asesores universitarios pueden ayudar a su hijo a decidir si un año sabático es una buena opción. Algunas familias también trabajan con consultores educativos independientes especializados en programas de año sabático.
Cuando llega el momento de empezar con las postulaciones para ingresar a la universidad, no es tan inusual que tanto padres como adolescentes quieran dar un paso atrás. Los estudiantes universitarios están tardando más en graduarse: solo el 41% (en inglés) recibe su título universitario en 4 años, con la desafortunada consecuencia de que los jóvenes adultos ven cómo sus préstamos estudiantiles se acumulan más rápido que sus créditos académicos. Para algunos estudiantes, tomarse un año sabático antes de empezar la universidad podría ponerlos en una posición más firme. Pero, ¿cómo saben las familias si un año sabático es adecuado para ellos?
Por qué podría ser conveniente un año sabático
Hay muchas razones por las que los adolescentes podrían no estar preparados para la universidad. Puede que necesiten ayuda con:
- Organización
- Autodefensa
- Regulación emocional
- Emocionarse con ir a la universidad
- Decidir qué estudiar
- Agotamiento por la high school
- Un trastorno de salud mental o del aprendizaje
Alan Katz, padre de un estudiante que terminó tomándose un año sabático, dijo que su hijo tuvo un par de años difíciles en la high school mientras luchaba contra la ansiedad y la depresión. Aunque su hijo era inteligente y capaz, no estaba motivado y tenía dificultades para concentrarse cuando llegaba a clase.
“Estaba más que claro que no saldría adelante en un entorno universitario en ese momento”, dijo Katz. Por ello, la familia comenzó a informarse sobre los programas de año sabático ´para bajar la velocidad a todo´. Y darle la oportunidad de tomarse un descanso, ponerse al día y crecer”.
El doctor Matthew Cruger, PhD, director sénior del Learning and Development Center del Child Mind Institute, dice que los padres suelen tener una idea de cuándo un hijo no está preparado para la universidad, pero que a menudo (y es comprensible) les preocupa que su hijo adolescente pierda el ritmo si no sigue adelante de manera inmediata. El programa adecuado de año sabático podría ser una forma de garantizar que los jóvenes sigan avanzando.
Un programa que ofrezca a los jóvenes un apoyo o una preparación adicional puede ser especialmente importante para los estudiantes que tienen un trastorno del aprendizaje o emocional y que, de otro modo, podrían correr el riesgo de abandonar los estudios. “Hemos visto a muchos jóvenes que han fracasado”, señala el Dr. Cruger. “Muchos estudiantes que tienen una discapacidad van a la universidad pensando que la discapacidad ha desaparecido, y no están realmente preparados para las exigencias de la universidad. No tienen una idea de para qué sirve o de qué trata la universidad”.
La ansiedad es también una de las barreras más comunes según su experiencia. Describe que a los jóvenes les cuesta salir de su habitación, lo que significa que faltan a clase. “Entonces se imaginan que no deberían ir a clase la próxima vez porque su profesor va a estar enojado con ellos. Todas estas cosas influyen”.
Otros jóvenes pueden necesitar algún trabajo académico adicional para prepararse para la universidad, o necesitan ayuda para reforzar sus habilidades de organización u otras habilidades importantes para la vida. La capacidad de abogar por sí mismo se convierte en algo esencial en la universidad, y muchos jóvenes necesitan practicar para aprender a pedir lo que necesitan e incluso a investigar las opciones de apoyo que pueden estar a su disposición en el campus.
Y para los jóvenes que se sienten agotados o desmotivados, un año sabático ofrece la oportunidad de adquirir experiencia en el mundo real, señala Jodi Musoff, MA, MEd, especialista en educación del Child Mind Institute que tiene experiencia asesorando a estudiantes en años sabáticos. “Viajar a nivel nacional o internacional, o realizar algún trabajo de voluntariado intensivo, les permite tener una mayor visión del mundo en general y ver a las personas fuera de su burbuja”, dice. “Eso puede ayudar a los jóvenes a orientar mejor hacia dónde quieren dirigir su vida, y apreciar mejor la parte educativa de su experiencia universitaria”.
Diferentes tipos de programas de año sabático
Existe una amplia gama de programas de año sabático con objetivos muy diferentes. Decidir qué busca su hijo en un año sabático lo ayudará a elegir qué tipo de programa le conviene.
Programas puente
Algunos programas simulan una experiencia universitaria, aunque el ritmo académico es menos intenso y viene con mucho apoyo incorporado. A veces se denominan programas “puente”. Estos programas están diseñados para dar a los jóvenes la oportunidad de practicar las clases universitarias antes de que “cuenten”. Se trata de una buena opción para los jóvenes que necesitan desarrollar habilidades organización más fuertes o aprender a defenderse por sí mismos. La universidad es, por lo general, la primera vez que los jóvenes viven solos y muchos de ellos (especialmente los que tienen dificultades con las habilidades de la función ejecutiva, como organizar, priorizar y tomar decisiones) simplemente no están preparados.
“Puede que sea la primera vez que necesiten tomar decisiones sobre un horario que no está planificado de antemano para ellos”, señala Musoff. “Cosas como la preparación de un horario pueden ser un verdadero reto para algunos jóvenes, por lo que hacerlo sin las intensas exigencias académicas puede ser beneficioso”.
Algunos ejemplos son: El Thames program del Mitchell College y la Bridge Experience y Transition at College del Landmark College (páginas en inglés).
Hacer un quinto año
Otra opción, que a menudo se denomina “quinto año” o “año de postgrado”, ofrece a los adolescentes la oportunidad de matricularse en una escuela privada como estudiante de postgrado realizando estudios independientes en un entorno escolar. Esta puede ser una opción atractiva para los estudiantes que quieren llenar las lagunas en su expediente académico de la high school antes de solicitar el ingreso a la universidad, al tiempo que trabajan en cosas como la organización y la autodefensa en un entorno que ofrece más tutoría. Como estos programas suelen estar en internados, también dan a los adolescentes la oportunidad de practicar la vida fuera de casa en una residencia que sigue ofreciendo más estructura de la que se espera de una universidad tradicional.
Algunos ejemplos son: Cheshire Academy, Northfield Mount Hermon y Bridgton Academy (páginas en inglés).
Experiencias del mundo real
Algunos jóvenes buscarán opciones fuera del aula de practicar la adquisición de habilidades que los hagan tener más éxito en la universidad, o simplemente tener una mejor idea de lo que podrían querer hacer en la universidad y más allá. Para algunos jóvenes, el voluntariado o la realización de prácticas pueden ser la respuesta. Las escuelas a veces pueden ayudar a encontrar prácticas para los estudiantes que buscan una experiencia laboral en el mundo real. También hay programas especializados que establecen oportunidades de voluntariado o de prácticas para los estudiantes, a la vez que les proporcionan un apoyo individualizado mientras practican el desarrollo de habilidades académicas, sociales y de la vida.
Otros adolescentes pueden buscar programas que impliquen viajar o excursiones rigurosas orientadas a tareas y aventuras. El hijo de Katz acabó yendo a un programa de tipo Outward Bound para jóvenes. Dijo que el programa les resultó atractivo porque implicaba “aspectos de liderazgo y trabajo en equipo y todas esas cosas que sabíamos que lo ayudarían”. Los estudiantes del programa irían de excursión y en kayak y tendrían que hacer su propia cocina y limpieza, turnándose para ser líderes y seguidores. “Esto le daría una perspectiva que no obtuvo en clase o en el campo de fútbol”, dijo Katz, señalando que, con suerte, también quedaría bien en un currículum.
Los ejemplos incluyen: el Transitions program de la Escuela Preparatoria Winston y la NOLS, o Escuela Nacional de Liderazgo al Aire Libre (páginas en inglés)
Elegir un programa de año sabático
Los consejeros universitarios suelen ser un buen recurso a la hora de pensar en un año sabático. Hay una gama muy amplia de programas, y los consejeros pueden aconsejarlos sobre qué tipo de programas investigar y luego ayudarlos a reducir las opciones. En el mejor de los casos, como consejeros universitarios de su hijo deberían tener una buena idea de cuáles son los puntos fuertes y débiles de su hijo y acerca de cómo un programa concreto puede ser (o no) una buena opción.
Algunas familias también pueden contratar a un consultor educativo independiente especializado en programas de año sabático. El Dr. Cruger explica que los consultores educativos trabajan “como consejeros y como asesores. Han visitado y recorrido muchos de estos lugares y se han informado sobre los programas y el personal. Tienen conocimientos más avanzados sobre el abanico de opciones que hay y trabajan para la familia”.
Tanto si trabaja con un consejero universitario y realiza su propia investigación como si recurre a un asesor educativo, es esencial que piense seriamente con su hijo en cuáles son sus objetivos y en cómo un programa cumplirá esos objetivos.
Musoff señala: “Si el objetivo es la planificación y la organización y va a realizar un viaje totalmente guiado en el que tiene un acompañante que le dice exactamente lo que va a hacer cada día y lo planifica por usted, eso no va a ayudar realmente a desarrollar esas habilidades. Hay que pensar en el propósito del año y pensar en qué de ese programa va a construir eso”.
Katz está de acuerdo, y recomienda que las familias se centren en “qué tipo de programa de año sabático podría ayudar respecto a lo que le aqueja hoy y cómo lo afectará y lo posicionará para el mañana”.
También recalcó que el estigma que solía asociarse a los años sabáticos parece haber desaparecido. “Lo más importante es que cada niño es diferente”, dice. “Realmente lo hemos aprendido en los últimos años. Cada uno aprende de forma diferente y cada uno toma un camino diferente. La realidad es que cada vez que los padres se enteran de que nuestro hijo se va a un programa de año sabático dicen que desearían que lo hubiéramos planteado antes porque ellos también podrían haber considerado uno.”