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La gestión de los medicamentos en la universidad

Requiere práctica, así que el mejor momento para empezar es durante la high school.

Escrito por: Rae Jacobson

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Seamos honestos: uno de los placeres más esperados de ir a la universidad es escapar de la supervisión de los padres. La universidad es una etapa en que los jóvenes pueden probar cómo es vivir por su cuenta, y queremos que disfruten su nueva libertad.

Para algunos jóvenes la transición será difícil. Hay mucho que aprender sobre cómo cuidar de sí mismos, por no hablar del trabajo escolar a nivel universitario. Y en el caso de los jóvenes que están en tratamiento con medicación, parte de ser independiente significa ser responsable del manejo de sus medicamentos.

El primer año de universidad no es un buen momento para que los jóvenes dejen de tomar un medicamento que ha funcionado, ya sea por descuido o porque están experimentando. Asegurarse de que su hijo tenga el conocimiento y la preparación que necesita para mantener su propio régimen de medicamentos puede marcar la diferencia entre un buen comienzo y un aterrizaje complicado.

Empiece temprano

Las primeras semanas de la universidad están llenas de información nueva. Tan solo recordar dónde son las clases y descifrar un horario escolar totalmente diferente pueden ser demasiado con lo que lidiar. Por lo tanto, este no es el momento para empezar a averiguar cómo manejar los medicamentos.

En lugar de eso, ayude a los jóvenes a empezar a desarrollar habilidades con suficiente anticipación, de manera que para cuando llegue el primer año de universidad, la rutina no sea ninguna novedad. “Mi enfoque comienza mucho antes de la universidad”, dice la Dra. Alison Baker, psiquiatra de niños y adolescentes.

La Dra. Baker recomienda que los niños aprendan a manejar sus medicamentos al comienzo del tercer año de la high school. “Cuando los niños se sienten cómodos y están familiarizados con el manejo de sus propios medicamentos, lo que incluye llamar a la farmacia o pedirle a su terapeuta que les dé una receta nueva, son más hábiles y es mucho más probable que mantengan las buenas prácticas cuando lleguen a la universidad.

Organizarse

El primer paso es fomentar la independencia al dejar a los niños a cargo de tomar sus medicamentos todos los días, pero con la implementación de algunas medidas preventivas:

  • “Para empezar, les digo a las familias que se consigan uno de esos pastilleros con compartimentos para todos los días de la semana”, dice la Dra. Baker. “Después, hago que los niños organicen su medicación para la semana. De esa manera, los padres pueden verificar que los niños se hayan tomado los medicamentos”.
  • Las alarmas de teléfono son excelentes para los medicamentos se tienen que tomar a cierta hora del día. Utilicen un tono exclusivo de alarma para que no pueda ser ignorado ni se confunda con una llamada o mensaje.
  • Póngalos a la mano. “Intente poner las píldoras junto a su cepillo de dientes —sugiere la Dra. Baker—. O junto a cualquier cosa que usted sepa que su hijo utilice a diario”. Mientras más a la mano que estén, menos difícil será que se le olviden.

Alcohol y medicamentos

La universidad es un momento de la vida para socializar y experimentar, y muchas veces eso significa fiestas u otros encuentros sociales en los que el consumo del alcohol es la norma. Esto puede ser un problema grave en el caso de los jóvenes que toman medicamentos que tienen una reacción negativa al combinarse con alcohol. Es crucial tener una conversación sobre la importancia de tomar decisiones responsables. Para empezar, los jóvenes necesitan saber si sus medicamentos harán que el alcohol los afecte más que a otros jóvenes.

“Yo brindo mucha información sobre lo que pasa cuando se toman varios medicamentos y el alcohol entra en juego”, dice la Dra. Baker. “Les explico que algunos medicamentos pueden potenciar los efectos del alcohol, lo que significa que te emborracharás más rápido que tus compañeros”.

Hable sobre los peligros de mezclar alcohol con los medicamentos, pero no sea sensacionalista. “Sea realista —dice la Dra. Baker—. Sea transparente y honesto. Las tácticas de terror no funcionan. Por lo tanto, no se trata de decir `nunca, pero nunca puedes tomar cerveza en una fiesta´, sino más bien, hacerlos pensar en las maneras en que pueden cuidarse y al mismo tiempo tener una experiencia universitaria divertida”.

Las drogas y los peligros

El consumo de drogas sin prescripción médica es peligroso para todos, pero puede ser aún más peligroso para los niños que están tomando medicamentos. Es importante hablar con los estudiantes universitarios sobre las razones por las cuales no deberían consumir otras drogas.

Sea honesto y específico sobre el daño potencial. “Fumar marihuana es malo para ti”, no tiene el mismo peso que para otros jóvenes. “Fumar marihuana puede causar una reacción seria con tus medicamentos de las siguientes maneras…”. Conocer los detalles y las razones precisas puede hacer que los jóvenes retrocedan y tomen buenas decisiones cuando se encuentren en situaciones potencialmente peligrosas.

No compartir. No es un secreto que los medicamentos, en particular los estimulantes, tienen alta demanda en los campus universitarios. La práctica es tan común que compartir o vender medicamentos puede parecer como algo sin importancia. Hable con sus hijos acerca de las consecuencias de vender sus medicamentos. Algunas de las consecuencias importantes:

  • Tomar los medicamentos de otras personas puede ser muy peligroso. Los medicamentos tienen efectos diferentes en cada persona. Esta es la razón por la cual se debe acudir con un profesional certificado para recibir una prescripción. Si alguien está tomando medicamentos que entran en conflicto entre ellos o si tienen una reacción negativa, podrían resultar heridos o incluso morir.
  • Si te descubren compartiendo o vendiendo tus medicamentos, te pueden expulsar de la escuela o pueden tomar acciones legales contra ti.
  • ¡Simplemente no tienes suficientes como para compartir! “Hay una buena razón por la cual las actualizaciones de las prescripciones tienen fecha”, dice la Dra. Baker, y explica que ella tiene una política estricta de no hacer una nueva receta antes de la fecha de vencimiento de la primera. Decirles “tienes suficientes pastillas para que te alcancen, disuade el intento de compartir y puede motivarlos a ser más cuidadosos de no perder u olvidar los medicamentos”.

Las preocupaciones de los padres

Según la Dra. Baker, uno de los factores más importantes para que los jóvenes se sientan capaces e independientes rumbo a la universidad es la manera en la que sus padres manejan la transición.

Es normal sentirse preocupado cuando los niños se van a la universidad, especialmente cuando han tenido trastornos de salud mental o trastornos del aprendizaje, pero los padres deben aprender a lidiar con sus propias preocupaciones sobre sus hijos que dejan el nido. Esto incluye, pero ciertamente no se limita a, dejar que los niños se hagan cargo de sus propios medicamentos.

“Muchos padres se sienten ansiosos por transferir el mando”, dice la Dra. Baker. “Y cuando los padres no pueden ceder el control, se vuelve más difícil para los jóvenes aprender a ser independientes”. Es saludable aprender a lidiar con sus propios miedos y preocupaciones acerca de que su hijo se vaya a la universidad, y tendrá beneficios a largo plazo para usted y para su hijo.

Pero a veces esto es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Si le está costando trabajo dejar ir a sus hijos, intente desarrollar algunas estrategias propias que lo ayuden a superar los momentos difíciles:

  • Hable con otros padres. Compartir sus preocupaciones puede ayudarlo a normalizar sus experiencias y sentirse menos ansioso.
  • Conozca al personal de consejería y salud mental en la universidad de su hijo. De esa manera, si surge algún problema podrá buscar ayuda fácilmente.
  • Únase a las comunidades en línea para padres.

Tenga fe

Una vez que su hijo haya desempacado y sea tiempo de despedirse, dígale que usted tiene fe en sus habilidades. “Confíe en que los jóvenes no se quieren deprimir otra vez, ni fracasar, ni empezar a tener ataques de pánico. Igualmente, no querrán herir a alguien, ni meterse en problemas legales”, dice la Dra. Baker. “La mayoría de los jóvenes tienen la motivación que necesitan para hacer las cosas que necesitan para mantenerse seguros y estar bien”.

La última revisión de este artículo se realizó el 17 de agosto de 2022.