Saltar al menú principal Saltar al contenido Saltar al pie de página

Lo sentimos, la página que busca no tiene versión en español. Puede hacer una nueva búsqueda o visitar la página de Temas populares.

Nuestro hijo de 11 años tiene autismo de alto funcionamiento y no puede mantener sus manos quietas. Toca a familiares, amigos y extraños. Estamos desesperados por ayuda.

Escrito por: Mandi Silverman, PsyD, MBA

in English

P Nuestro hijo, que tiene 11 años, tiene autismo de alto funcionamiento y no puede mantener sus manos quietas. Toca a familiares, amigos y extraños, especialmente los pies y las caras. Hemos hablado con médicos y terapeutas, y también hemos investigado por nuestra cuenta, pero no hemos encontrado respuestas. Esto está afectando mucho a nuestra familia y estamos buscando ayuda desesperadamente.

Esta es una pregunta común que hacen los padres de niños con trastornos del espectro autista. Estos jóvenes suelen tener dificultades para comprender el concepto de espacio personal, así como para reconocer qué tipo de gestos sociales son aceptables con distintos tipos de personas. Esa falta de “filtro social” puede incluso poner en riesgo su propia seguridad o la de los demás. Entiendo que para usted como padre puede ser muy frustrante y preocupante cuando su hijo actúa de manera indiscreta e impredecible. Gracias por hacer una pregunta tan importante.

Hay algunas opciones que creo que podrían ser útiles para usted y su hijo. El primer concepto que puede ser importante comprender es lo que llamamos el “ABC de la conducta”, por sus siglas en inglés. “A” significa “antecedente” (o desencadenante), “B” en el caso de inglés es para “behavior” (comportamiento) y “C” es para “consecuencia” (o resultado). A menudo usamos este modelo para entender los mecanismos subyacentes detrás de un comportamiento, o por qué ocurre un comportamiento, para decirlo en otras palabras. Usted puede comenzar a hacer esto al tomar nota de lo que sucede justo antes de que su hijo intenta tener contacto físico con alguien. ¿En realidad él quería llamar la atención de la persona pero no sabía cómo hacerlo verbalmente? ¿Estaba molesto por algo que las personas hicieron, pero no pudo expresar por qué o cómo? ¿Estaba emocionado por algo y quería compartir un momento agradable con ellos? Las preguntas anteriores son una manera de explorar déficits específicos en cuanto a habilidades sociales. Si usted encuentra que una o más de estas situaciones podrían aplicar a su hijo, le sugiero buscar un grupo de habilidades sociales con compañeros de su misma edad. El entrenamiento individual en habilidades sociales también es una opción, aunque el tratamiento en grupo es ideal para que él pueda practicar las habilidades que va aprendiendo en el momento y en tiempo real.

También es importante considerar los factores ambientales. ¿Su hijo trata de hacer contacto físico con otras personas en ciertos momentos del día en los que puede tener hambre, estar cansado o aburrido? Si este es el caso, tal vez quiera considerar ofrecerle algo de comer, una siesta o una distracción que sea interesante para él.

Otra opción sería enseñarle a su hijo lo que llamamos un “comportamiento de reemplazo”. Esto significa, hacer que se involucre en un comportamiento similar que no sea tan intrusivo socialmente. Por ejemplo, si usted nota que su hijo tiene dificultad para mantener las manos quietas cuando se encuentra con alguien por primera vez, puede enseñarle a chocar los cinco o a estrechar la mano. De esta manera, él seguirá teniendo contacto físico, pero de una manera respetuosa y segura.

También puede animar a su hijo a hacer lo que llamamos el “opuesto positivo” del comportamiento. Por ejemplo, si usted quiere que mantenga las manos quietas, en lugar de decir “¡no hagas eso!”, dele un reemplazo positivo por algo que usted sí quiere que haga. En este ejemplo, usted puede animarlo a que mantenga sus manos a los lados, o que “asegure sus manos”. Si opta por probar esto, siempre animamos a los padres a que den muchos elogios específicos después de un comportamiento opuesto positivo. Esto podría ser algo como: “¡Muchas gracias por asegurar tus manos!” Esto le permite a su hijo saber que a usted le gusta su comportamiento, y específicamente, que le gusta lo que está haciendo con sus manos en ese momento (mantenerlas quietas). Esta retroalimentación positiva es especialmente útil para los niños con autismo, ya que es breve, específica y concreta, y es muy fácil de asimilar y entender para ellos.

También puede considerar una tabla de recompensas como un incentivo adicional para su hijo, junto con las opciones anteriores. Para probar esto, cada vez que él realice un comportamiento de reemplazo o un opuesto positivo, obtiene una estrella/puntos que cuentan para algo que realmente quiere. Él podrá canjear sus ganancias al final de la semana o en un momento determinado de la semana. Asegúrese de que las estrellas o puntos sean algo realmente valioso para él.

Si encuentra que estas intervenciones son difíciles de aplicar, puede obtener el apoyo de un profesional de la salud mental para abordar estos desafíos. Estamos para ayudarlo a utilizar estas técnicas con su hijo.

La última revisión de este artículo se realizó el 30 de marzo de 2023.