Ansiedad por el regreso a clases durante el COVID
Cómo ayudar a los niños a manejar sus miedos y a ganar independencia
Experto clínico: Jennifer Louie, PhD
in EnglishLos niños que regresan al aula este otoño se enfrentan a desafíos inusuales, y uno de ellos es la ansiedad de separarse de sus familias después de meses de estar juntos. Para algunos niños esto podría causar ansiedad por separación, además de la ansiedad que pueden sentir al dejar su lugar seguro para enfrentar la pandemia.
“Los niños se han acostumbrado realmente a estar en casa con sus padres ahora”, señala Jennifer Louie, PhD, psicóloga clínica del Child Mind Institute. Incluso los niños que se habían adaptado cómodamente a la escuela antes de la pandemia encuentran estresante estar separados ahora. Y, agrega, “existe el temor adicional de que otras personas no están tan seguras como pensábamos que lo estaban”.
Ahora cuando los niños salen de la casa, a menudo se les recuerda que no deben acercarse demasiado a otras personas, que mantengan los cubrebocas puestos, que usen desinfectante, que se laven las manos, señala la Dra. Louie. “La ansiedad está en el aire y creo que los niños la sienten. Creo que ellos se están preguntando: ¿Estamos seguros de que es seguro regresar? ¿Están a salvo las demás personas? ¿Y es seguro tocar esto?”.
Estos son, por supuesto, miedos realistas que comparten muchos adultos. Y los padres también saben que existe un riesgo real de que se suspenda la escuela presencial si esto lleva a nuevos brotes de coronavirus.
“Creo que muchos padres han notado cierto apego en los niños más pequeños, o incluso en los de nueve o diez años”, informa Rachel Busman, PsyD, directora del Anxiety Disorders Center en el Child Mind Institute. “Los niños dicen cosas como ‘no quiero volver a la escuela’ o ‘no quiero estar lejos de ti’. Han estado fuera de la rutina de ir a la escuela durante tanto tiempo que es razonable que les cueste trabajo regresar. Además, es posible que tarden un poco más en adaptarse, en especial a estos horarios híbridos”.
Para algunos niños, la emoción de volver a la escuela después de tantos meses en casa superará la posible ansiedad, señala la Dra. Louie. “Pero creo que los niños que ya tienen ansiedad son más propensos a volverse más ansiosos”.
Por lo tanto, los padres tienen una complicada misión para lidiar con toda esta ansiedad e incertidumbre: convencer a los niños de que es seguro estar lejos de ellos, y al mismo tiempo animarlos a tener cuidado y prepararlos para ser flexibles en caso de que la situación cambie. ¿Cómo se hace eso? Estos son algunos consejos.
Valide sus sentimientos
Es preocupante cuando los niños son apegados o temen separarse de usted, pero es importante que los padres se mantengan calmados y positivos. “Si su hijo le dice que está preocupado o que tiene alguno de esos sentimientos negativos, usted querrá aceptar sus sentimientos y darle algo de espacio para que los exprese. Pero no quiere fomentarlos demasiado y quiere ayudar a los niños a pensar en qué pueden hacer al respecto”, dice la Dra. Louie.
“Si a su hijo le está resultando un poco difícil, o dice que lo extraña, está bien”, agrega la Dra. Busman. “Creo que usted querrá decir: ‘Yo también te extraño y estoy muy orgulloso de ti por ir a la escuela’”.
Establezca el tono
“Para mí, el pensamiento más importante sobre el regreso a la escuela es que los padres lideren el cambio. Si usted lidera con su propia ansiedad, solo creará más ansiedad”, dice la Dra. Busman.
“Por lo tanto, usted querrá decir lo que sabe, responder preguntas y actuar de manera calmada, incluso cuando no lo está”. Trate de no hacer preguntas capciosas (“¿estás nervioso de regresar mañana a la escuela?”). Este tipo de preguntas pueden indicarle a su hijo que realmente hay algo de qué preocuparse.
Si los niños tienen preguntas que usted no sabe cómo responder, puede decir: “Esa es realmente una buena pregunta. No estoy seguro, pero puedo buscar la respuesta”, sugiere la Dra. Busman. “Hagamos una lista de las preguntas que tenemos”. Los niños aprecian saber lo que usted está haciendo para manejar la situación y también lo que ellos pueden hacer, por lo que trabajar juntos en plantear y responder preguntas puede ayudarlos a mantener la calma.
Ayúdelos a pensar positivo
A los niños pequeños que están preocupados por la separación, les ayuda saber qué está hace usted mientras ellos están fuera de casa, y cómo se mantiene a salvo. Puede ayudarlos a imaginar dónde se encuentra, sugiere la Dra. Louie: “Mami irá al supermercado. Voy a estar en tal o cual pasillo, ¿qué crees que voy a comprar?”.
Otra forma de ayudar a los niños a enfocarse en las cosas positivas es tratar de que hablen de las cosas buenas de la escuela. ¿Qué esperan con emoción? ¿Qué disfrutaron el día anterior?
La Dra. Louie agrega que los objetos de transición pueden ser muy útiles para que los niños pequeños se sientan conectados con su hogar. Un objeto de transición puede ser cualquier cosa que ayude a su hijo a sentirse conectado con usted cuando están separados: una piedra, un botón, un pañuelo. “Idealmente, algo pequeño que puedan guardar en su bolsillo, que no los distraiga demasiado, pero que sea algo que puedan llevar consigo, algo de casa, algo de su cuidador que pueda ayudarlos a sentirse mejor”.
Practiquen la separación
Para los niños que están ansiosos por estar separados, nuestros expertos sugieren practicar la separación, comenzando con pequeños pasos y desarrollando poco a poco la tolerancia hacia una mayor independencia.
“Cosas como que juegue solo en su habitación mientras mamá está en la cocina preparando la cena. O quedarse con otro cuidador mientras mamá o papá salen”, explica la Dra. Busman. “Esas pequeñas cosas construyen la aceptación hacia la gran separación”.
Tengan una rutina
Asegurarse de que su hijo tenga una rutina predecible antes de ir a la escuela puede ayudar a los niños, especialmente a los más pequeños, a sentirse más seguros.
“Creo que esto simplemente elimina la incertidumbre: siempre hacemos esto y siempre hacemos aquello”, dice la Dra. Louie. “Por ejemplo, cuando papá te deja en la escuela siempre te da un abrazo y un beso antes de despedirse, y luego nos despedimos desde la puerta”.
Y si la rutina y la práctica de separación no logran evitar que el niño se aferre a usted al dejarlo en la escuela, es útil tener un plan coordinado con el maestro, para que usted sepa que cuando él se acerque para atraer la atención de su hijo y su hijo empiece a involucrarse tímidamente, es la señal para que usted se vaya. “Tan pronto como el maestro te da una señal de que lo tienen bajo control, aunque sea un poquito, quieres decir: ‘¡Bien hecho! Nos vemos más tarde. Mami volverá al mediodía”, dice la Dra. Busman.
Muchos niños se sienten mejor en cuanto entran en el ritmo de la jornada escolar, por lo que, por lo general, no sirve de nada alargar las despedidas.
También puede ayudar probar pequeñas variaciones en el proceso de separación. Tal vez a su hijo le vaya mejor con un cuidador que con otro, o tal vez compartir el automóvil con alguien en su “grupo” facilita el proceso. “Está bien averiguar qué funciona en su familia y utilizar cualquier recurso que sea necesario”, dice la Dra. Busman.
Enfatice las medidas de seguridad
No podemos prometerles a nuestros hijos que no nos enfermaremos, pero podemos expresar nuestra confianza en que las escuelas han estado planificando durante meses para minimizar el riesgo y mantener a todos a salvo, y que por eso se han implementado todas las nuevas reglas. “Creo que ayuda tranquilizar a los niños diciéndoles que todos están haciendo todo lo posible por mantener las cosas saludables —sugiere la Dra. Louie— y que no abrirían la escuela a menos que fueran realmente cuidadosos”.
Los niños mayores pueden entender el concepto de riesgo aceptable. “Nunca podemos estar 100 por ciento seguros de que no nos vamos a enfermar —señala la Dra. Louie— a veces tenemos que correr pequeños riesgos para hacer cosas importantes”.
Fomente la flexibilidad
Dado que existe la posibilidad de que los niños que comienzan la escuela en persona tengan que volver al aprendizaje remoto, al menos por ciertos espacios de tiempo, es útil que los niños sepan que usted está preparado para los cambios que puedan ocurrir.
“No queremos que los niños se asusten si hay retrocesos”, señala la Dra. Louie. “Tenemos que vivir esta posibilidad día a día, por lo que podemos decir: ‘Hoy los adultos han decidido que es seguro que vayas. Si eso cambia y parece más riesgoso, decidirán que deberíamos quedarnos en casa “.
Dígale a su hijo que toda la familia tendrá que ser flexible, agrega la Dra. Busman. “Puede decir: ‘Supongo que las cosas podrían cambiar entre ahora y el fin de año. ¿Y sabes qué? Te prometo que te daré la información que tenga, pero me encantaría que tú también hicieras una promesa. Si tienes alguna pregunta, siempre debes acudir a mí primero para que yo pueda asegurarme de que tienes toda la información”.
¿Cuándo debería buscar ayudar?
Los niños que tienen problemas para separarse a menudo solo necesitan tiempo y el apoyo de los padres y los maestros para adaptarse. Pero si su hijo sigue teniendo crisis severas al momento de dejarlo en la escuela por más de dos o tres semanas, y no puede recuperarse o incluso permanecer en la escuela durante más de tres o cuatro semanas, entonces buscar ayuda puede marcar una gran diferencia.
El tratamiento para la ansiedad por separación generalmente involucra a un terapeuta que trabaja con el niño y a los padres para planificar formas paso a paso para que practiquen separarse poco a poco.
Los terapeutas a menudo también trabajan con los maestros para ver qué pueden hacer para ayudar y asegurarse de estar en sintonía con los padres. La terapia también implica ayudar a los niños ansiosos a hablar consigo mismos en los momentos difíciles, y asegurarse a sí mismos que están bien.
En algunos casos, los niños pueden resistirse a regresar a la escuela porque la cuarentena fue en realidad mucho más fácil para ellos que ir a la escuela: niños con mucha ansiedad social o que sufrieron acoso, o niños con trastornos del aprendizaje a los que se les hizo más fácil en casa. donde podían hacer las cosas a su propio ritmo. Los terapeutas pueden explorar con ellos qué aspectos de la escuela no les gustan o no quieren hacer, incluso si usted no está seguro al principio. “A veces simplemente usted no lo sabrá —agrega la Dra. Louie— pero de todas maneras puede implementar las técnicas de comportamiento sin saber exactamente por qué no quieren ir”.