Es de vital importancia que hablemos con nuestros hijos sobre el racismo, la muerte de George Floyd y la continua violencia y protestas que se han extendido por todo el país. El estrés de la crisis del coronavirus ya nos ha dejado con un sentimiento de desesperanza ante la vida como estadounidense, particularmente para los adolescentes. La violencia racial y la división no se ha tornado en agresión en las calles y en nuestra conversación a nivel nacional por sorpresa.
Debemos involucrar, consolar y tranquilizar a nuestros jóvenes y ofrecerles formas productivas para canalizar su ira y frustración y, sobre todo, para ser escuchados. ¿Cómo empezamos?
La conclusión clave es tener una conversación con sus hijos ahora, de la manera en la que se hace en su familia. Y siga hablando de eso.
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