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Cómo apoyar a un hermano que tiene problemas

Si te preocupa la salud mental de tu hermano o hermana, aquí te explicamos cómo puedes ayudar.

Escrito por: Gaby Galvin

Expertos clínicos: Stephanie A. Lee, PsyD , Kimberly Alexander, PsyD

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Siempre me han dicho que tengo un fuerte carácter de hermana mayor, y con cuatro hermanos menores, esto tiene sentido. Cuando uno de ellos pasa por un momento difícil, siempre quiero ayudarlo a resolver sus problemas, pero a veces me excedo, especialmente si yo he pasado por algo similar en el pasado. A lo largo de los años, he tenido que aprender a estar ahí para mis hermanos sin repartir consejos no deseados ni frustrarme.

Los hermanos tienen un punto de vista único sobre los altibajos de su familia. Si tu hermano o hermana tiene problemas de salud mental, es posible que acuda a ti en busca de ayuda, antes de acudir a tus padres. Puede que notes que se están portando mal en casa, pero permanecen callados en la escuela. A veces, incluso podrías sentirte como un intérprete entre padres y hermanos que no logran entenderse.

Estos problemas no son tan inusuales como se podría pensar: uno de cada cinco adolescentes (en inglés) ha tenido un episodio depresivo mayor, mientras que la ansiedad afecta a uno de cada 11 niños menores de 18 años. Los expertos en salud mental quieren que tú (y yo) sepamos que no estamos solos, y que hay formas de apoyar a un hermano que está luchando contra la ansiedad o la depresión, sin dejar de cuidarnos a nosotros mismos.

Las dinámicas entre hermanos pueden ser complicadas, y “descubrir ese ritmo es una tarea continua para cada familia”, dice Stephanie Lee, PsyD, psicóloga clínica del Child Mind Institute.

Cómo saber si tu hermano o hermana pudiera necesitar ayuda

Los niños suelen sentirse tristes o ansiosos de vez en cuando, sobre todo si su familia está atravesando un cambio importante, como una mudanza, un divorcio o la muerte de un pariente. A veces podría ser vergonzoso o difícil de manejar, y la Dra. Lee dice que eso es normal.

Pero si observas cambios persistentes que afectan la vida cotidiana de tu hermano o hermana (como si pierde interés en sus pasatiempos, nunca quiere ver a sus amigos, parece estar enojado todo el tiempo o como que no puede calmarse cuando se enoja), podría estar pasando algo más grave.

Ten en cuenta que no eres responsable de cómo actúa tu hermano, solo de cómo tú respondes. “A veces tu hermano puede tener problemas para manejar sus emociones o sus comportamientos, y no es culpa tuya”, dice Kimberly Alexander, PsyD, psicóloga clínica del Child Mind Institute. “No es tu papel manejar esos problemas, pero si ves algo alarmante, definitivamente debes decir algo”.

Cómo hablar con tu hermano o hermana

Si un hermano acude a ti para contarte acerca de un problema, reconoce que probablemente le resulta difícil admitir que algo va mal. Lo mejor que puedes hacer es escucharlo con la mente abierta y sin prejuicios. A tu hermano o hermana le puede ayudar saber que sus sentimientos son válidos y que están siendo tomados en serio por ti.

Al mismo tiempo, no querrás que tu hermano se quede sintiéndose mal por mucho tiempo, por lo que a menudo ayuda ofrecerles distracciones, como ir a dar un paseo en bicicleta o empezar a ver un nuevo programa de televisión juntos. Pregúntale cómo puedes apoyarlo: por ejemplo, quizá tu hermano o hermana quiera tu ayuda para plantear el problema a sus padres. Si tu hermano y tú tienen una edad cercana, estos consejos sobre cómo ayudar a un amigo con problemas de salud mental también pueden ser útiles.

Cuándo (y cómo) involucrar a tus padres

Si un hermano te confía un problema que está enfrentando, puede que sientas que estarías rompiendo su confianza si se lo cuentas a otra persona. Pero si te preocupa su seguridad (si está consumiendo drogas, actúa de forma agresiva o habla acerca de hacerse daño) o si tú te sientes abrumado por la situación, es momento de involucrar a uno de tus padres (o a otro adulto en el que confíes).

Intenta encontrar un momento tranquilo para hablar con tus padres, cuando no estén ocupados trabajando o cuidando de tus hermanos y así puedan prestar toda su atención a lo que estás diciendo. Al principio, estas conversaciones pueden desencadenar muchas emociones, así que haz lo posible por mantener la calma al expresar tus sentimientos. Si te pone nervioso plantear el tema, prepara de antemano lo que quieres decir.

La Dra. Lee sugiere abrir la conversación así: “No sé muy bien cómo empezar esta conversación. Realmente necesito ayuda y quiero hablar de ello”.

La doctora sugiere que especifiques aquello que te preocupa o las preguntas que tienes sobre el comportamiento de tu hermano o hermana, y que procures “asegurarte de decirle a tus padres lo que necesitas y lo que quieres, en lugar de limitarte a quejarte en ese momento, lo que podría dificultar que los padres ayuden”.

Este es un ejemplo de cómo podría sonar esto: “A veces, cuando regresamos a casa desde el colegio, mi hermana actúa de manera tan salvaje que me avergüenzo e incluso me preocupa su seguridad. ¿Qué podríamos hacer para que eso sea menos estresante para mí y más seguro para ella?”.

A veces pueden ser necesarias varias conversaciones antes de que tus padres comprendan el problema por completo, así que prepárate para hablar del tema más de una vez. Si la primera conversación no sale bien, piensa si hay una forma mejor de comunicar tus sentimientos y lo que quieres de tus padres. Por ejemplo, si tus padres descartaron tu preocupación de que tu hermana parezca estar deprimida (“¡solo está de mal humor!”), podrías volver a intentarlo, con ejemplos más concretos de los comportamientos que te preocupan.

Si sigues pensando que tus padres no lo entienden después de unos cuantos intentos, recuerda que hay otros adultos a tu alrededor que pueden ayudarte, como maestros, tutores, consejeros escolares y otras personas de tu comunidad. Algunos podrían hablar con tus padres por ti, o incluso simplemente validar tus sentimientos y ayudarte a elaborar un plan para abordar el problema.

“Siempre habrá un adulto de confianza si sientes que tus padres no te han escuchado realmente”, dice la Dra. Alexander. Por ejemplo, “si cuando te vas a cortar el pelo siempre conversas con el barbero o peluquero, todas estas personas forman parte de tu ecosistema, así que también puedes acudir a ellos”. Cualquier adulto en el que confíes te puede ayudar a hablar de este tipo de cosas y averiguar a dónde acudir para obtener más apoyo.

Revisa cómo estás tú

Cuando un hermano está lidiando con una depresión o ansiedad grave, se puede sentir aterrador. Si a veces te resulta difícil o frustrante lidiar con los comportamientos de tu hermano o hermana, recuerda que esto también es un sentimiento natural.

“Puede que sientas resentimiento o que te sientas culpable por los sentimientos que te produce tu hermano”, dice la Dra. Lee.

Solo trata de controlar tus propias reacciones. Está bien sentir vergüenza si tu hermana se porta mal delante de tus amigos, por ejemplo, pero gritarle probablemente los hará sentir mal a ambos. Además, asegúrate de contar con tus propios amigos y adultos de confianza con los que puedas hablar de la situación.

Si el estrés familiar ha empezado a afectarte de manera personal, es momento de revisar cómo estás. Asegúrate de estar haciendo las cosas que te mantendrán mental y físicamente saludable: dormir lo suficiente, comer regularmente, hacer ejercicio y tener algo de tiempo libre, ya sea para leer un libro, escuchar música o ponerte al día con los amigos.

En cuanto a tu propia salud mental, trata de no aumentar tu propia ansiedad al “tomar prestada la preocupación” de tu hermano o hermana, dice la Dra. Lee: “No es una buena idea empezar a tener preocupaciones del tipo: ‘¿Va a ser así siempre? Si tiene problemas a los cinco años, ¿va a seguir así a los 29?”.

La conclusión es que no sabes si tu hermano o hermana seguirá teniendo problemas, así que no te adelantes asumiendo lo peor. El apoyo de tu familia y de un profesional de la salud mental puede marcar una gran diferencia. También puedes leer más aquí sobre cómo pedirle a tus padres apoyo para la salud mental. Mientras tanto, ten un poco de paciencia con tu hermano o hermana, con tus padres y contigo mismo.

“Habrá cosas que supondrán un reto”, dice la Dra. Lee. “Cuanto más puedas dejar ir las cosas y no quedarte atascado demasiado en ellas y dirigirte un poco más hacia lo que intentas cambiar… creo que eso sirve de mucho”.

La última revisión de este artículo se realizó el 15 de mayo de 2024.