Lo que hemos aprendido al enseñar a nuestro hijo a hacerlo solo.
in EnglishAunque ya lo hemos hecho antes, empiezo a sentir un nudo familiar en el estómago a medida que se acerca el gran día. Mi hijo James, de 14 años, volará de Houston a Nueva York para visitar a la familia durante un par de semanas. Tres horas y 51 minutos, más quién sabe cuánto tiempo sentado en la pista. Completamente solo.
Probablemente estén pensando que soy una madre sobreprotectora. Quiero decir, James va a empezar la high school el año que entra. Pero la cosa es esta: en nuestro último vuelo juntos, James empezó a gritar de repente “¡Mis oídos! ¡Mis oídos! ¡Ayúdame! ¡Haz que pare!”, cuando el avión descendía y se le reventaban los oídos. Gracias a Dios por los compasivos asistentes de vuelo (y por un montón de chicle).
Aunque James puede parecer bastante funcional, tiene multitud de necesidades especiales (incluidos autismo y TDAH) que le impiden cruzar la calle con seguridad, y mucho menos volar solo. Para complicar aún más las cosas, también se tambalea, sobre todo cuando sus pies están a miles de metros del suelo. James no sabrá que una señal de cinturón de seguridad encendido significa “No vayas al baño en este momento”. (Honestamente, yo tampoco estoy segura de cuándo se puede ir al baño). Es muy posible que derrame su bebida mientras sube y baja la “increíble bandeja del asiento” dos docenas de veces. ¿Y si su vecina cree que es molesto? ¿Y si le pisa el pie mientras va al baño? ¿Y si se le tapan los oídos?
Probablemente te preguntes por qué pondría a este niño en un vuelo transcontinental solo. Vivimos a 2,900 kilómetros del padre y la madrastra de James, y a pesar de la distancia, es muy importante para mí que James mantenga la relación con la mayor parte posible de su familia. Si se necesita toda una comunidad para criar a un niño, se necesita un país pequeño para criar a un niño con necesidades especiales. Simplemente no tenemos los recursos para que un adulto lo acompañe en ambos sentidos.
Pero también es cierto que, a medida que James crece, trabajamos constantemente en sus habilidades para vivir de forma independiente, que son invaluables para su éxito y felicidad a largo plazo como adulto con necesidades especiales. James nunca conducirá un coche y todavía no sabe montar en bicicleta, a pesar de sus numerosos intentos. Pero este año lo estaremos preparando para caminar solo una cuadra hasta la high school, y le compramos su primer teléfono móvil para que pueda llamarme en cuanto llegue sin que lo atropelle un coche en la única calle que tiene que cruzar.
Así que, a pesar de los riesgos, con mucha planificación (y preocupación), James ya ha hecho oficialmente el viaje solo dos veces. Ha habido contratiempos, claro, pero James se siente listo para volar de nuevo.
Estos son algunos consejos sobre cómo preparamos a nuestro hijo con necesidades especiales, y a su aerolínea, para el gran viaje:
Cuando estés listo para reservar los boletos, busca en Internet el vuelo que deseas. A continuación, ahórrate problemas y llama a la línea de asistencia para discapacitados (DA, por sus siglas en inglés) de la aerolínea para reservarlo.
Antes de conocer la línea DA, probé la línea de reservaciones típica de Jet Blue. La primera persona con la que hablé me dijo que no, que nadie podía acompañar a James al baño porque los asistentes de vuelo no se ocupaban de “problemas de baño”.
“No necesita ayuda dentro del baño”, expliqué, “solo por el pasillo por si tropieza o se cae”.
“Eso está fuera del alcance de los asistentes”, me dijeron.
“Entonces, si me caigo de camino al baño, ¿nadie vendrá a ayudarme?”, pregunté incrédula.
Colgué, frustrada, pero una vez que encontré la línea DA, me dijeron que James no solo podría ser ayudado a ir al baño, sino que también tendría un asiento especial, a una fila de distancia para minimizar el camino. Jet Blue satisfizo todas nuestras necesidades, ¡e incluso nos contactaron la mañana del vuelo para ver si necesitábamos algo más para que James estuviera más cómodo!
Apliqué una cantidad muy poco científica de preocupación maternal a cada número que nos daban. ¿Estar allí una hora más temprano para el pase de la puerta? Vale, tres horas antes, por si tiene hambre, necesita ir al baño o lo detienen en seguridad por hablar incesantemente sobre lo que significan todos los símbolos de las señales (¿Cuántas armas crees que tienen las personas en la fila? ¿Ves alguna? ¿Qué sonido hace una bomba?). ¿El vuelo durará cuatro horas? Vale, llevaremos suficientes aperitivos y actividades para al menos seis horas, porque solo el rodaje en un aeropuerto tan concurrido como el de Nueva York podría llevar tanto tiempo.
Deberían ser tranquilas. Para ver la televisión en el avión, dos pares de auriculares deberían ser suficientes (por si se rompe uno). También metimos unos cuantos cómics nuevos en la mochila de James para que estuviera totalmente distraído durante el despegue, un Kindle cargado y unos Wikki Stix nuevos. Los Wikki Stix son unas cosas flexibles y cerosas que entretendrán a cualquiera de mis hijos (de 1 a 14 años) durante al menos 30 minutos, y en el avión cada minuto cuenta.
Empaqueta varios aperitivos, o una comida, dependiendo de la hora del vuelo, y teniendo en cuenta el tiempo que pueda pasar estacionado en la pista. En el caso de James, le dejé elegir un par de golosinas favoritas en el aeropuerto y le preparé un sándwich limpio, fácil de masticar en silencio y que no se desmoronara, y una bebida con tapa. De nada, pasajero del asiento 24C.
No solo para tener un aliento fresco, sino para esos molestos despegues y aterrizajes que pueden hacer que a James le revienten los oídos. Los tapones para los oídos o el Dramamine también pueden ser útiles en este caso, dependiendo de tu hijo.
Hablando de medicamentos…
James llevaba consigo una pequeña farmacia llena de medicamentos, algunos de ellos recetados. Después de encontrar información contradictoria sobre cómo manejar esto, conseguí una copia de la receta, la puse dentro de su mochila con las pastillas y la pasé por seguridad sin problemas. Dependiendo de lo difícil que sea reemplazar los medicamentos, es posible que desees poner pastillas en tu equipaje de mano por si acaso se pierde el equipaje.
Pase de abordad, no pases.
La regla general es que solo un adulto puede obtener un pase de puerta para acompañar a tu hijo que vuela solo, ni siquiera hermanos, el otro padre o un bebé, como descubrí. En cualquier caso, lleva tu identificación y tu mejor cara al mostrador de reservas para que puedas recoger uno (más el bebé si tienes uno) y ayudar a tu viajero solitario a pasar por seguridad hasta la puerta.
Una nota de amor podría ser útil en este caso
No para tu hijo, sino para los auxiliares de vuelo. En la mío, escribí un breve resumen de las cosas a las que había que estar atento y de cómo manejar mejor a James si se ponía nervioso o disgustado durante el vuelo. Les di mi número de teléfono móvil y les di las gracias efusivamente por el tiempo y el esfuerzo que tendrían que dedicar si a James se le reventaban los oídos (gracias a Dios, no fue así).
Hmm, ¿algún consejo de última hora? Si tuviera que señalar un factor clave de nuestro éxito hasta ahora, me quedaría con ese tiempo extra. Recomiendo llegar tantas horas antes como puedas. A James y a mí nos gusta relajarnos y tomar un aperitivo juntos, hacer algunas compras, leer un poco y ver despegar los aviones mientras esperamos. Le ayuda a acostumbrarse a su entorno y a calmarse antes de salir por su cuenta.
Te sorprendería lo fácil que es convertir una experiencia potencialmente estresante en un día especial juntos con solo un par de horas extra. Después de pasar revisión, por supuesto.
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