Puedes ayudar a tu hijo o hija a dejar de mojar la cama con la técnica del sensor y la campana, en la que el niño se coloca un dispositivo con un sensor integrado que hace ruido cuando se moja. Esta alarma despierta al niño a tiempo para que pueda dejar de orinar e ir al baño. También puedes ayudar a tu hijo o hija a aprender a llevar un registro de cuándo van al baño y cómo se sienten cuando necesitan ir. De esta manera, pueden adquirir un mayor control de sus funciones corporales.
Cómo ayudar a los niños a que dejen de mojar la cama
Los accidentes pueden ser una señal del trastorno de enuresis.
Experto clínico: Laura Kirmayer, PhD, MSW
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Qué es la enuresis?
- ¿Cómo se diagnostica la enuresis?
- ¿Cómo se trata la enuresis?
Lectura rápida
Si tu hijo o hija sigue mojando la cama después de cumplir los cinco años, es posible que tenga un trastorno llamado “enuresis“.
La enuresis es cuando los niños se orinan a horas y en lugares inapropiados. Podrían hacerlo a propósito o por accidente. Para ser diagnosticados, es necesario que los niños se orinen al menos dos veces por semana durante tres meses o más. Lo primero que hará un médico será descartar diabetes, apnea del sueño, una infección del tracto urinario y otros problemas.
Los niños con enuresis pueden mojar la cama mientras duermen (enuresis nocturna) o la ropa cuando están despiertos durante el día (enuresis diurna), o bien ambas cosas. En algunos casos esto ocurre porque no han aprendido a controlar su vejiga. En otros casos sí aprendieron pero dejaron de poder hacerlo.
Si tu hijo o hija lo hace a propósito, puedes utilizar el refuerzo positivo para ayudarlos a dejar de hacerlo. Si no pueden evitarlo, el primer paso es que aprendan a controlar su vejiga.
También debes buscar las razones por las que están teniendo este tipo de accidentes. Es posible que sientan que no pueden ir al baño en la escuela, o que se olviden de que tienen que ir porque están haciendo algo muy divertido o interesante.
La enuresis es muy tratable. El tratamiento más común para la enuresis nocturna es la “técnica de la campana y la almohadilla”, también conocida como alarma de enuresis. Por la noche, los niños usan un dispositivo con un sensor integrado que hace ruido cuando se moja. La alarma despertará a tu hijo o hija para que pueda terminar de orinar en el baño.
Para que sea menos estresante, el tratamiento debería convertirse en una actividad familiar. Pueden llevar juntos el seguimiento del proceso en una gráfica, e incluso recordarles que deben ir al baño. También hay una pastilla para la enuresis, que los padres utilizan en situaciones como un campamento de verano o una fiesta de pijamas. Superar la enuresis puede requerir tiempo, pero mantener una actitud positiva hará que los niños permanezcan motivados.
Aunque mojar la cama o tener accidentes durante el día no es inusual en niños pequeños, puede causar mucha vergüenza y frustración, en especial cuando parece que los niños no lo están superando o están incluso teniendo retrocesos al respecto. Cuando el problema persiste después del quinto cumpleaños, podría ser señal de un trastorno llamado enuresis.
La enuresis se caracteriza por la micción (escape de orina) voluntaria o involuntaria en momentos y lugares inadecuados. Los niños deben tener al menos cinco años de edad para que se les diagnostique el trastorno, y los incidentes de enuresis deben ocurrir al menos dos veces a la semana durante tres o más meses.
La Dra. Laura Kirmayer, psicóloga clínica, ha trabajado con muchos niños que tienen enuresis y dice que el trastorno es muy tratable, aunque advierte que es importante descartar cualquier posible condición médica antes de diagnosticar a un niño con enuresis. La diabetes, apnea del sueño, infección del tracto urinario, desequilibrio hormonal, estreñimiento crónico o algún otro problema también pueden ser causa de la enuresis.
Tipos de enuresis
Los niños que tienen enuresis puede que mojen la cama mientras están dormidos (enuresis nocturna), o su ropa cuando están despiertos durante el día (enuresis diurna), o ambas.
La comunidad de psicología también distingue entre lo que se llama enuresis primaria y secundaria. En el primer caso, el niño nunca aprendió a controlar la vejiga y ha estado mojando la cama desde que era bebé. Los niños que tienen enuresis secundaria aprendieron a usar el baño correctamente y mantenerse secos durante la noche, pero desarrollaron la condición al menos seis meses después de haber aprendido a controlar la vejiga.
La enuresis nocturna primaria es la forma más común del trastorno.
En lo relativo al tratamiento, la distinción más importante que hay que hacer es determinar si la enuresis es voluntaria o involuntaria. Si es voluntaria, el tratamiento debería ser similar al de cualquier otro plan de tratamiento para el comportamiento de oposición: los padres deben centrarse en el refuerzo positivo de las conductas deseadas, y establecer límites y consecuencias adecuadas para las conductas no deseadas. En el caso de la enuresis involuntaria, es necesario comenzar el tratamiento con el desarrollo de habilidades, porque el niño todavía está aprendiendo como controlar la vejiga. El uso de métodos disciplinarios (o avergonzarlos) sería injusto para los niños con enuresis involuntaria, y podría tener consecuencias negativas.
Presta atención a lo que podría estar ocasionando los accidentes, como la ansiedad, la cual podría hacer que un niño no quiera ir al baño en la escuela o sienta que no puede pedir permiso. Otros niños que tienen problemas de distracción o impulsividad podrían incluso olvidar que necesitan usar el baño, porque están haciendo algo muy divertido o interesante. Los niños que experimentan un alto grado de estrés en casa o en la escuela también podrían comenzar a tener accidentes otra vez. Prestar atención a las posibles causas subyacentes puede ayudar a los padres a identificar si su hijo podría requerir algún apoyo específico, además de las intervenciones habituales para la enuresis.
La técnica del sensor y la campana
El tratamiento más frecuente para la enuresis nocturna es la técnica del sensor y la campana, también conocida como alarma para enuresis. Este método consiste en un dispositivo que los niños usan en la noche, el cual tiene un sensor integrado que emite un sonido cuando se moja y que, idealmente, despierta al niño a tiempo para que pueda detener la salida de orina e ir al baño.
La Dra. Kirmayer dice que para un pequeño porcentaje de niños, este método puede tener un tipo de efecto placebo positivo. El simple hecho de usar la alarma significa que comenzarán a estar más conscientes de la vejiga y, en consecuencia, tendrán menos accidentes. Sin embargo, la alarma no les enseña a los niños cómo prevenir los accidentes, ya que sólo se activa cuando la cama ya está mojada, por lo general después de que el niño ya ha vaciado la vejiga. Además, a veces se requieren algunos meses antes de que el método del sensor y la campana comience a tener efecto.
Si se ha determinado que el niño tiene enuresis involuntaria, la Dra. Kirmayer sugiere un enfoque más proactivo que las familias pueden intentar por sí solo o en combinación con la alarma.
Aprender sobre la vejiga
A la Dra. Kirmayer le gusta comenzar el tratamiento explicando cómo funciona la vejiga. En una sesión con los padres y el niño, ella describe la vejiga como un músculo que se puede controlar y explica que el cerebro y el músculo pueden trabajar juntos. La sesión es informativa, pero también intenta hacerla divertida utilizando un globo lleno de agua para demostrar cómo la vejiga puede expandirse y contraerse.
Las familias que acuden en busca de ayuda para la enuresis suelen sentirse frustradas, así que puede ser un alivio tanto para los padres como para los niños cambiar el enfoque desde lo que el niño no está haciendo hacia terrenos más neutrales y proactivos: aprender cómo funciona la vejiga y cómo, con tiempo y práctica, el niño puede aprender a controlarla.
Entrenamiento
Una vez que el niño entiende cómo funciona la vejiga, es momento de comenzar a practicar. La Dra. Kirmayer recomienda que la familia pase primero una semana monitoreando el patrón de orina, dieta y líquidos del niño, y utilizar el fin de semana para que toda la familia practique lo que ella llama entrenamiento de vejiga: “Llenar la vejiga, calificar el nivel de urgencia, estar consciente de lo que se siente cuando la vejiga está realmente muy, muy llena frente a solamente un poco llena”.
Convertirlo en un actividad familiar elimina parte de la presión y crea una forma divertida para que las familias refuercen de forma positiva la creciente capacidad del niño de prestar atención a lo que está sintiendo. La Dra. Kirmayer observa que este podría ser un buen momento para que los padres ayuden también a los niños a que comiencen a prestar atención a otras experiencias sensoriales que están teniendo, ya que los niños que luchan con la enuresis a veces no están conscientes de cuándo se sienten llenos o cansados.
Además, si los padres observan que el niño tiende a tener más accidentes cuando se involucra profundamente en una actividad, ellos pueden hacerle ver al niño esa tendencia y hacer recordatorios habituales para sondear cada cierto tiempo cómo se está sintiendo.
Esta práctica diurna también ayuda a los niños que luchan principalmente con la enuresis nocturna. “Tanto la exposición a la capacitación en habilidades como la práctica tienen que suceder de día para que se generalice hacia la noche”, dice la Dra. Kirmayer. “Si tienen un sueño profundo, entonces es importante que hayan empezado a aumentar su atención y conciencia cuando están conscientes y descansados durante el día para que puedan aplicarla durante la noche, cuando el riesgo es mayor”.
Además de ayudar al niño a aprender a estar más consciente de las sensaciones que tiene en su cuerpo, otra meta debería ser que el niño empiece a sentir que tiene algo de control sobre sus funciones corporales, y que se sienta orgulloso y se emocione por la habilidad que está desarrollando. Los padres pueden ayudar al recordarles de forma periódica a los niños que revisen cómo se siente la vejiga y ofrecerles muchos refuerzos positivos para mantenerlos motivados y comprometidos.
Tomar medicamentos
Hay una pastilla para la enuresis, y los padres suelen utilizarla para eventos como un campamento o una fiesta de pijamas. Pero no resolverá el problema a largo plazo. La Dra. Kirmayer lo compara a tomar Xanax antes de un vuelo en avión: no curará su miedo a volar si en algún momento vuela sin el Xanax”, dice. Aun así, ella piensa que tomar el medicamento tiene sentido para ciertas situaciones, como una fiesta de pijamas a la que el niño está emocionado de ir.
Mantenerse positivo
Es posible que se requiera algún tiempo para que los niños aprendan a controlar la vejiga, por lo que es importante que las familias se mantengan positivas. La Dra. Kirmayer dice que se debe animar a los niños a que continúen practicando la conciencia corporal y sigan comprometidos. “Incluso si terminan mojando la cama, quizás puedan levantarse en la mañana y cambiar las sábanas o ponerlas en la cesta de lavandería (o cualquiera que sea la rutina que se haya acordado), sin que se les tenga que decir”, sugiere la Dra. Kirmayer. De esa forma, el niño se mantiene involucrado en el proceso y desempeña un papel activo. También les da a los padres algo positivo que reforzar.
“Pienso que el reto más grande es que, lamentablemente, con la enuresis nocturna los padres se despiertan y están cansados y frustrados, o bien cuando se levantan en la mañana no quieren que esa sea la primera cosa de la que deben ocuparse”, dice la Dra. Kirmayer. Es difícil para los padres guardarse lo que podrían estar sintiendo en su interior, pero es importante mantenerse neutrales y concentrarse en lo positivo. Culpar y avergonzar al niño no ayudará, e incluso puede ocasionar que comience a tener “accidentes” a propósito como desafío.
Modelar la tolerancia a la angustia al enfrentarse a desilusiones ayudará a todos en la familia a mantenerse positivos. Después de un accidente, la lección debería ser: no es gran cosa. Todavía estamos trabajando en ello, vas a lograrlo, simplemente todavía no hemos llegado allí.