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¿Cómo consigo que mi hija, que vive de manera independiente, reciba la ayuda que necesita?

Escrito por: Harold S. Koplewicz, MD

Experto clínico: Harold S. Koplewicz, MD

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Pregunta

Mi hija de 22 años está a punto de graduarse de la universidad, pero ha mostrado síntomas de depresión leve durante varios años. La convencí de que fuera al centro de asesoría de su escuela, donde le dijeron que debería seguir viendo a un terapeuta, pero ella sintió que la experiencia había sido demasiado traumática como para continuar. Es una persona extremadamente reservada que nunca ha podido expresar sus sentimientos. He conseguido ayudarla a tener una vida relativamente normal al hablar con ella durante horas por teléfono y escucharla durante sus ocasionales ataques de pánico o ansiedad. No sé que más puedo hacer y me temo que la vida adulta será demasiado para ella. ¿Cómo lograr que un hijo que vive de manera independiente reciba la ayuda que necesita?

Respuesta

Uno de los desafíos más difíciles a los que un padre se puede enfrentar es lograr que un hijo, adolescente o especialmente un adulto joven que no cree tener un problema, acepte la ayuda psiquiátrica que parece necesitar. Muchas enfermedades psiquiátricas, como la depresión, son percibidas de manera muy diferente a las dolencias físicas, tanto por parte de quienes las sufren como por parte de quienes están a su alrededor.

Cuando los niños tienen cáncer, saben que los está matando y que deben combatirlo. Los dolores de cabeza pueden ser intensos y las erupciones en la piel causan una comezón que incomoda. Estas enfermedades se perciben como algo separado de la persona que está luchando contra ellas. En cambio, los trastornos psiquiátricos pueden alterar el pensamiento y la cognición, a tal punto que los pacientes pueden estar del lado de la enfermedad: pueden considerarla una parte de ellos mismos, como algo que no se puede o no necesita ser tratado. Este sentimiento podría ser parte del motivo por el que su hija consideró que la terapia fue “traumática”.

En mi opinión, uno de los factores que contribuye a esta difícil situación es el estigma que rodea a las enfermedades mentales. Este estigma pone una barrera psicológica entre una persona y la aceptación de que en realidad puede tener un problema, una barrera de vergüenza y miedo. Es posible que su hija no pueda atravesar sola esa barrera, pero hay formas concretas de que usted pueda tratar de llegar a ella y ayudarla.

Primero, asegúrele que el hecho de haber tenido una mala experiencia con un psiquiatra no significa que los profesionales de salud mental no puedan ayudar, o que el diagnóstico, la evaluación y el tratamiento serán iguales a su experiencia previa. Sin saber exactamente qué método utilizó su terapeuta anterior, le puedo decir que hay muchos médicos que se han alejado del psicoanálisis y se han acercado a otros métodos basados en evidencia científica, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal, y que los medicamentos que están disponibles actualmente son efectivos en el 80% de los casos. Usted también debería acompañarla a una consulta con un nuevo médico: su amor y su acompañamiento pueden ser tan importantes como su determinación y preocupación por ayudar a su hija a que comience a dejar esta etapa difícil en el pasado.

También puede ser honesta con ella acerca del futuro y los riesgos de continuar ignorando estos sentimientos dañinos. Ella acaba de graduarse de la universidad, lo cual es un logro fantástico para alguien que está lidiando con problemas emocionales, pero a la vez es probable que se haya perdido partes importantes del desarrollo: hacer amigos, encontrar el amor, divertirse. Para poder recuperar el tiempo y estos momentos, tendrá que buscar ayuda, o permitirle a usted que la ayude. Si todavía la está apoyando de alguna manera, usted podría utilizar estos privilegios para aplicarle presión si fuera necesario. Si ella realmente está deprimida, entonces tiene un problema que es tan importante de combatir como una adicción a las drogas.

A veces, y esto es lo más difícil, esperar es lo único que funciona. Cuando una enfermedad psiquiátrica avanza hacia la edad adulta, se vuelve más difícil de tratar y aún más peligrosa. Pero a veces se requiere un susto para que alguien reaccione y empiece a buscar ayuda.

Sobre todo, el mensaje que le quiero dar es que no se rinda con su hija. Y el mensaje que le quiero dar a su hija es: no te rindas. Todo puede mejorar. No eres tu depresión.

La última revisión de este artículo se realizó el 21 de noviembre de 2024.