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Cómo prepararse para la primera cita de su hijo

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Tanto los padres como los niños pueden sentirse nerviosos antes de la primera cita con el profesional de la salud mental. Aunque esta ansiedad es normal, saber qué esperar y preparar con antelación lo que le gustaría decir puede ayudarlo a sentirse más seguro y a hacer que la cita se desarrolle con más facilidad.   

Prepare a su hijo

Los niños sienten menos ansiedad cuando saben qué esperar de su primera cita. Puede decir algo como: “Vamos a hablar con un profesional sobre cómo te sientes, cómo piensas y cómo te comportas para mejorar tu vida. Este profesional nos va a ayudar. Puede que nos haga algunas preguntas a los dos sobre cómo estamos”. Si su hijo tiene problemas de aprendizaje, podría decir que el profesional los ayudará a determinar de qué manera aprende mejor. Por supuesto, lo que diga dependerá de la edad, la madurez y el temperamento de su hijo. Considere la posibilidad de llamar  al nuevo profesional de la salud de su hijo con anticipación para preguntar si tiene algún consejo sobre cómo manejar esta conversación. Escuchar cómo describiría el médico la primera cita también puede ayudar a los padres a sentirse más cómodos.  

A veces, los niños tienen algunas preocupaciones específicas sobre la visita con el profesional. Por ejemplo, si tienen miedo a las vacunas, puede que les preocupe que les pongan una (y usted puede tranquilizarlos diciéndoles que, en este caso, no lo harán).  

Otros niños pueden pensar que van con un profesional como castigo porque han hecho algo malo o porque usted está enojado con ellos. Asegúrele a su hijo que no es así. Puede ser útil centrar la conversación en sus prioridades. ¿Tiene problemas con las tareas o para hacer amigos? El profesional  puede ayudar en eso.  

Piense en cómo describirá sus preocupaciones 

Antes de su primera cita, tómese un tiempo para pensar en cómo describir los comportamientos que le preocupan de su hijo. Cuanto más clara sea la descripción de sus preocupaciones, más fácil será hablar de ellas. Considere la posibilidad de escribir algunas notas de antemano para ayudarlo a mantener la concentración en la cita. 

Una buena manera de compartir sus preocupaciones es intentar precisar y, si es posible, cuantificar lo que usted ve en la casa. Elija comportamientos específicos y describa su frecuencia, intensidad y duración. Por ejemplo, puede señalar que su hijo hacer berrinches graves varias veces a la semana que duran media hora. De este modo, los profesionales tendrán una idea más clara de la situación. 

Contar una historia sobre el comportamiento de su hijo también puede ayudar. Por ejemplo, en lugar de decir que su hijo tiene rabietas, hable de una ocasión reciente en la que hizo un berrinche e incluya muchos detalles sobre cómo fue.  

Los profesionales competentes también querrán conocer los antecedentes de su hijo. Esté preparado para hablar sobre: 

  • Cómo era su hijo antes de que usted se preocupara 
  • Lo que ha ayudado y lo que no  
  • Cualquier antecedente familiar relevante  
  • Cualquier factor de estrés o acontecimiento reciente con el que su hijo haya tenido que lidiar, como una muerte en la familia o el comienzo de una nueva escuela. 

Responder a sus preguntas sobre el tratamiento 

Si su hijo va a empezar un tratamiento, asegúrese de que entiende cuáles son los objetivos de ese tratamiento y cómo será. Es preferible que averigüe cuanto antes si el tratamiento propuesto por el profesional se ajusta a lo que usted espera conseguir. Tener esto claro desde el principio ayudará a evitar malentendidos más adelante.  

Lleve una lista de preguntas que quiera asegurarse de que son respondidas. Estos son algunos ejemplos:  

  • ¿Cuáles son los objetivos específicos del tratamiento? 
  • Si se trata de una terapia, ¿cuál es el nombre de la terapia y en qué consiste? ¿Qué ocurrirá durante las sesiones?  
  • Si se trata de una medicación, ¿cómo se llama y cómo establece el profesional la dosis correcta? ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios?  
  • ¿Cuánto tiempo se espera que dure el tratamiento? 
  • ¿En cuánto tiempo puede esperar ver los progresos? 
  • ¿Cómo se medirán los progresos?  
  • ¿Cómo participan los padres en el tratamiento?  

Mientras se pone de acuerdo sobre el tratamiento, también es una buena idea resolver algunos aspectos administrativos básicos. Pregunte: 

  • Qué se le facturará (y qué no) 
  • La rapidez con la que el médico responderá a sus llamadas 
  • Qué merece una llamada de aviso antes de la cita 
  • En el caso de un niño mayor, ¿qué parte del tratamiento será confidencial? ¿Qué puede esperar oír?  

No tema hablar

Si le preocupa algo, sea sincero sobre sus inquietudes. El profesional que atiende a su hijo puede ofrecerle más información que lo tranquilice. Por otra parte, si puede predecir un obstáculo en el plan de tratamiento, conocerlo de antemano puede ayudar a su profesional a ajustar el plan de tratamiento con base en eso. Ser lo más transparente posible antes de que comience el tratamiento los coloca a usted y a su hijo en el camino correcto.  

Si cree que el profesional de la salud mental de su hijo no se toma en serio sus preocupaciones, es una señal de alarma importante. Encontrar un profesional en el que usted y su hijo puedan confiar es importante y (en el caso de muchas terapias) crucial para el éxito.

La última revisión de este artículo se realizó el 6 de octubre de 2021.