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Cómo trabajar bien con el maestro de su hijo

Consejos para construir una relación colaborativa y abordar los desacuerdos.

Escrito por: Hannah Sheldon-Dean

Experto clínico: Heidi Wheeler, PsyD

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Sabemos que es importante que los padres tengan una buena comunicación con los maestros de sus hijos, pero puede que sea difícil saber lo que eso significa exactamente. ¿Qué tipo de información debería compartir con el maestro?, ¿cómo saber qué preguntas hacer?, y ¿qué hacer si surgen desacuerdos? 

Si su hijo tiene un trastorno del aprendizaje, es especialmente importante responder estas preguntas. Los niños con este tipo de trastornos suelen enfrentar desafíos sociales y de autoestima, por lo que tener una buena relación con su maestro es fundamental para poder apoyar su salud mental y su aprendizaje académico.

Estos son algunos consejos para que los padres de niños de primaria y middle school establezcan una relación sólida con el maestro y mantengan los canales de comunicación abiertos a lo largo de todo el año escolar. Estos consejos también pueden ser útiles para los niños que trabajan de cerca con un especialista en aprendizaje, consejero escolar u otro miembro del personal escolar. 

Comenzar pronto

Dedicar un poco de tiempo al principio del año escolar o incluso justo antes de que comience, puede ser una buena manera de establecer una relación con el maestro de su hijo y estar todos preparados para un año exitoso. 

Proporcione al maestro información básica sobre su hijo y su situación escolar, ya sea a través de un correo electrónico o en una conversación en persona en algún evento de bienvenida. “Es realmente importante desarrollar una colaboración desde el principio”, afirma Heidi Wheeler, PsyD, neuropsicóloga del Centro para el aprendizaje y el desarrollo del Child Mind Institute. Ella recomienda informar al maestro acerca de cualquier detalle importante en relación con:

  • Preocupaciones que usted pudiera tener sobre el inicio del ciclo escolar de su hijo, ya sea académicas, sociales o emocionales, incluyendo cualquier diagnóstico de salud mental o de aprendizaje.
  • Fortalezas destacadas y lo que le ha funcionado bien en el pasado (por ejemplo, si le encantan las matemáticas o si trabaja muy bien en equipo).
  • Cualquier cosa en la que su hijo esté trabajando en casa que se pueda reforzar en la escuela (como hacer respiraciones profundas cuando experimenta una emoción intensa).

“El maestro puede apoyar el progreso de alguna meta que usted quisiera establecer para su hijo”, añade la Dra. Wheeler.

La idea es estar alineados en cuanto a las principales fortalezas y desafíos de su hijo, de modo que puedan trabajar juntos para ayudarlo a seguir desarrollando lo que funciona y progresar en las áreas que implican mayor dificultad.

También es buena idea utilizar esta primera comunicación para definir la mejor manera de ponerse en contacto más adelante. ¿El maestro prefiere recibir un correo electrónico suyo o una llamada telefónica? ¿Cuál es el mejor horario para programar una reunión virtual o para reunirse en persona? ¿Con cuánta anticipación le gusta planificar? Tener una idea de las preferencias y los horarios del maestro (y compartirle los suyos) facilitará la comunicación en el futuro. 

Mantenerlo informado

Puede ser difícil decidir si informar a los maestros sobre algo que está sucediendo en la vida de su hijo su hijo, especialmente porque usted sabe lo ocupados que están. Pero la Dra. Wheeler afirma que es mejor exagerar en esto: “Los acontecimientos relevantes que suceden en la familia pueden afectar el estado socioemocional de su hijo y, por tanto, pueden tener un impacto en su desempeño académico, por lo que es importante compartirlos”. 

Si en la familia están atravesando por la muerte o enfermedad de un ser querido, o si es su hijo quien está enfrentando alguna enfermedad, hágale saber al maestro que esto lo está afectando e infórmele sobre cualquier cambio de horario que se pudiera dar a causa de esta situación. Depende de usted cuántos detalles quiera compartir, lo importante es considerar cómo podrían afectar estos cambios a su hijo en la escuela e informar al maestro la manera en que puede apoyar.

También vale la pena mencionar cualquier cambio en las condiciones de vida de su hijo o en la estructura familiar, por ejemplo un divorcio o una mudanza. Incluso cambios aparentemente más pequeños, como que alguno de los padres esté viajando más por motivos de trabajo o que algún hermano mayor se vaya a ir de la casa, pueden tener un impacto significativo en los niños, especialmente en los más pequeños. Definitivamente, dígale al maestro si nota que su hijo está teniendo dificultad con un algún cambio específico. Pero incluso si no es así, puede ser útil mantenerlo informado: cuando tienen una idea clara de lo que ocurre en la vida del niño, los maestros pueden notar desafíos que surgen en la escuela y que usted no ha observado en casa. 

Ser proactivo

Es común que los niños se comporten distinto en la escuela y en la casa, de modo que el maestro puede observar cosas sobre su hijo que usted no ha notado en casa. Por ejemplo, su hijo podría ser cooperativo en casa pero portarse mal en la escuela a causa de ansiedad social, frustración con el trabajo académico o cualquier otra razón. O podría mantenerse enfocado en la estructura del día escolar y luego tener dificultad para portarse bien en casa, una vez que ya no siente la presión de la escuela.

Por eso, es útil preguntarle directamente al maestro acerca de cómo está funcionando su hijo en diferentes áreas, dice la Dra. Wheeler. “Usted podría preguntar, por ejemplo: ‘¿Mi hijo tiene amigos? ¿Cómo son sus habilidades sociales en la escuela? ¿Le preocupa algo acerca del comportamiento de mi hijo en la escuela o de su desempeño académico?’”.

Al hacer preguntas de forma proactiva, incluso cuando usted no tenga alguna preocupación en particular, puede detectar de forma oportuna señales de que algo pudiera no estar bien, al tiempo que refuerza ante el maestro su disponibilidad e interés en trabajar juntos en caso de que surjan problemas.

Planificar con anticipación

Los maestros están ocupados ¡y usted también! Un poco de planificación puede hacer más productivo el tiempo del que ambos disponen para hablar y ayudarlos a enfocarse en las necesidades de su hijo. 

Tanto si se reúne con el maestro para hablar de alguna preocupación específica o simplemente para saber cómo le está yendo a su hijo en general, escriba con anticipación lo que quiere abordar. Trate de elegir solo algunos puntos clave en los que se enfocará, para asegurarse de no olvidar nada importante, y mantenga los asuntos menos relevantes como opcionales, en caso de que le quede tiempo adicional para abordarlos.

Al inicio de la conversación pueden establecer juntos una agenda rápida e informal: “Mi prioridad es saber el progreso que ha tenido Lydia en la lectura y también me gustaría hablar sobre cómo está manejando sus emociones cuando se siente frustrada. ¿Hay algo más de lo que le gustaría que habláramos el día de hoy?”.

Y si están trabajando juntos en la resolución de algún problema en particular, puede ser útil terminar la reunión con una o dos acciones concretas a seguir: “De acuerdo, voy a reforzar esas estrategias de lectura cuando haga su tarea y nos volvemos a reunir en dos semanas para ver cómo va”.

Enfocarse en la colaboración

Es común que surjan tensiones con el maestro, en especial si su hijo tiene un trastorno del aprendizaje y dificultades académicas. Tal vez usted no esté convencido de que su hijo está recibiendo el apoyo adecuado en el salón de clases o quizá su hijo le asegura que no le cae bien al maestro.

Cuando se encuentre en alguna de estas situaciones complejas es fundamental “dejar claro que su enfoque surge de la preocupación por su hijo y no de un afán de culpar o acusar”, dice la Dra. Wheeler. En lugar de señalar lo que cree que el maestro pudiera estar haciendo mal (“’¡usted está haciendo que Carlos sienta que no es inteligente!”), intente plantear sus preocupaciones con una perspectiva que muestre su interés por trabajar juntos para encontrar una solución: “Últimamente, Carlos ha estado llegando a casa desanimado después de la escuela. Quisiera platicar con usted sobre algunas estrategias que ambos podríamos implementar para ayudarlo a sentirse más seguro”.

Si su hijo le expresa alguna preocupación de forma directa, puede ser útil compartir esa perspectiva con el maestro, dejando claro que usted sabe que puede haber más elementos a considerar en la historia. Usted podría decir algo como: “El otro día, Daniela me dijo que cree que usted está enojado con ella. Supongo que hubo algún malentendido, pero me gustaría conversar sobre qué pudo haberla hecho sentir así y cómo podemos ayudarla a sentirse más segura en la escuela”. 

Los maestros quieren que su hijo progrese en la escuela, tanto como usted, afirma la Dra. Wheeler, “y si escuchan que su hijo esgtá sufriendo, también querrán saber cómo ayudarlo”. 

Apoyar la autonomía de su hijo

En el caso de niños mayores, suele ser buena idea involucrarlos en la comunicación con los maestros. Esto puede ir desde simplemente mantenerlos al tanto, hasta ayudarlos a participar en la conversación. 

“Si se sienten cómodos de expresar su perspectiva, cuanto más podamos apoyar su autonomía, mejor”, dice la Dra. Wheeler. Ambos podrían hablar juntos con su maestro o usted podría apoyarlo en el proceso de preparar la conversación y planificar qué es lo que quiere decir.

Cuando hay algún problema, a menudo resulta más útil apoyar a los niños más grandes “tras bambalinas” que hablar directamente con su maestro. “Tal vez necesite practicar para defenderse y elegir sus palabras con cuidado. Por esto es bueno conversar al respecto y practicar con anticipación”, sugiere la Dra. Wheeler. “Y si hay obstáculos que puede prever que se interpondrán en el camino, practicar cómo los manejará”.

Pero también habrá situaciones en las que es más apropiado que usted intervenga y maneje la conversación a su nombre. Lo importante es asegurarse de que su hijo tenga una voz en el proceso de colaboración con su maestro, incluso si es sólo a través de conversar con usted sobre lo que él piensa que es la mejor manera de abordar el desafío en cuestión. Hágale saber que usted está ahí para apoyarlo y que, si no sabe cómo manejar alguna situación, juntos pueden idear soluciones”, afirma la Dra. Wheeler.

Mantenerse positivo

Así como es importante mantener la comunicación con el maestro cuando su hijo tiene algún problema, también es útil estar en contacto cuando todo va bien. Usted le puede compartir una breve anécdota positiva cuando se reúnan en la escuela (“¡a Roberto le encantó el proyecto de escritura creativa de la semana pasada!”), o enviarle una nota de agradecimiento cuando vea que su hijo está progresando: son maneras sencillas de expresar gratitud y mantener abierto el canal de comunicación.

Sobre todo, afirma la Dra. Wheeler, recuerde que usted y el maestro de su hijo están en el mismo equipo: “Ambos están ahí porque quieren apoyar a su hijo. Recordar ese objetivo común puede llevarlos muy lejos”.

La última revisión de este artículo se realizó el 23 de noviembre de 2023.