Los expertos sugieren que deberías esperar para darles un teléfono celular a tus hijos al menos hasta octavo grado. Además de la edad, hay que tener en cuenta la conciencia social de los niños, su comprensión de la tecnología y madurez. Si tus hijos pierden cosas con frecuencia o tienden a hacer cosas de manera impulsiva, podría ser útil empezar con un teléfono que no se pueda utilizar para acceder a las redes sociales, ni para jugar o navegar por Internet, como por ejemplo un Gabb Phone.
¿Cuándo le deberías dar un teléfono a tus hijos?
No se trata solamente de tener la edad adecuada.
Expertos clínicos: Jerry Bubrick, PhD , Dave Anderson, PhD , Max Stossel
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Cómo sé si mis hijos están preparados para tener un teléfono?
- ¿Cómo puedo usar los controles parentales para mantener seguros a mis hijos?
- ¿Qué tipo de reglas deberían acompañar la compra de un teléfono?
Lectura rápida
Cuando los niños están en la middle school suelen insistir a sus padres que les compren un teléfono celular. Pero ¿cómo puedes saber si tu hijo o hija están preparados para manejar la responsabilidad que implica un teléfono? ¿Y qué permitirles que hagan con el teléfono, que sea seguro para ellos?
Tal vez quieras que tu hijo o hija de cuarto grado tenga un teléfono para que se mantenga en contacto contigo y sus amigos, pero la mayoría de los padres no quieren que sus hijos que están en los últimos años de la primaria y al comienzo de la middle school se sumerjan en Internet y las redes sociales.
Si tus hijos están preparados o no para tener un teléfono depende, no sólo de su edad, sino también de su grado de madurez. ¿Suelen perder cosas? ¿Es posible que digan o hagan cosas de las que después se pudieran arrepentir? ¿Qué tan sensibles son a la crítica? ¿Responden bien a los límites en el tiempo de pantalla?
Los niños con TDAH son especialmente vulnerables a quedarse concentrados en las cosas que proporcionan un estímulo constante, como las redes sociales y los juegos. Y es más probable que sean impulsivos y publiquen cosas que no deberían. Puede que los padres de niños con TDAH quieran esperar más tiempo para darles un teléfono, o considerar sus opciones.
Afortunadamente, los teléfonos celulares ahora ofrecen controles parentales que les permiten a los padres establecer límites en el tiempo de pantalla, así como en el uso de apps, programas de televisión, películas y sitios web a los que los niños tienen permitido acceder. También existen herramientas como Bark y Screen Time que te permiten monitorear y limitar el tiempo de pantalla en el teléfono de tus hijos.
Si crees que tus hijos están preparados para manejar un teléfono, es importante que comprendas que tú sigues estando a cargo. Como madre o padre necesitas conocer la contraseña de tus hijos, establecer reglas claras y explicar qué sucederá si no se cumplen. Si todos están en la misma página, será mucho más fácil darles un teléfono a tus hijos.
Cuando los niños son pequeños, la mayoría están muy entusiasmados con los teléfonos. Saben cómo jugar videojuegos, ver videos, tomar fotografías y conversar con sus abuelos en Facetime. En los momentos de inactividad ruegan que mamá o papá les presten su teléfono, o simplemente lo agarran.
Pero ¿cuándo tienen los niños la edad suficiente (y son lo suficientemente responsables) para tener su propio teléfono? ¿Y qué es lo que deberían tener permitido hacer con él?
“La pregunta ha pasado de cuándo darle un teléfono a tus hijos, a cómo hacerlo para que la introducción del teléfono esté en consonancia con su etapa de desarrollo”, explica Dave Anderson, PhD, psicólogo clínico del Child Mind Institute. “Podría ser útil que un niño de cuarto grado tenga un teléfono para estar en contacto contigo cuando hay que recogerlo o cuando está en una fiesta de pijamas, pero la mayoría de los padres no quieren que sus hijos que están en los últimos años de la escuela primaria o comenzando la middle school se sumerjan en Internet y en las aplicaciones de las redes sociales”.
Presión sobre los padres
Cuando los niños están en la middle school, la presión de sus compañeros puede ser intensa, y a los padres les preocupa que sus hijos se sientan aislados si otros niños tienen teléfonos y ellos no. Según Common Sense Media (en inglés), el 42% de los niños tiene teléfono a los 10 años. A los 12 años, el 71%. A los 14 años, el 91%.
Max Stossel, fundador y director general de Social Awakening (en inglés), un grupo que promueve el uso saludable de la tecnología y las redes sociales, recomienda a los padres abstenerse de darles un teléfono a sus hijos al menos hasta octavo grado. Un grupo de padres llamado Wait Until 8th (en inglés) tiene como objetivo ayudar a los padres de una comunidad escolar a unirse y comprometerse a no dar teléfonos celulares a sus hijos hasta que lleguen a octavo grado. Los padres que firman este compromiso se mantienen en contacto entre sí para apoyarse.
Una estrategia para evitar los riesgos y la adicción a los teléfonos celulares, señala Stossel, es que los niños empiecen con un teléfono que no se pueda usar para redes sociales o juegos ni para navegar por Internet. Un Gabb Phone (en inglés), por ejemplo, sirve para llamar y enviar mensajes. También tiene cámara, calendario, radio FM y GPS, lo que permite saber dónde están los niños. Pero no tiene tienda de apps, mensajes con fotos ni mensajes grupales.
Controles parentales
Los celulares ofrecen a los padres la posibilidad de utilizar los propios controles del teléfono para establecer límites. “Aquí es donde las empresas de telefonía móvil han madurado en los dos últimos años”, señala el Dr. Anderson. “Los padres pueden establecer medidas de seguridad sobre qué aplicaciones se pueden descargar en el teléfono”.
Los teléfonos permiten limitar no sólo el acceso de los niños a las aplicaciones, sino también el tipo de películas y programas de televisión que pueden ver. Además, se pueden establecer límites de tiempo para juegos, entretenimiento y redes sociales, y vigilar lo que hacen durante el tiempo que pasan frente a la pantalla. (Para conocer a detalle cómo establecer límites en los teléfonos celulares, consulta este artículo en inglés de Consumer Reports).
Los elementos potencialmente más peligrosos son las redes sociales e Internet sin restricciones. Stossel recuerda a un colega que cuando hablaba con grupos de estudiantes pedía que un voluntario se acercara y demostrara cómo esquivar el sistema de seguridad de la escuela. En cada una de estas ocasiones un estudiante lo hacía sin gran dificultad, explicando qué aplicaciones utilizar para llegar a sitios web bloqueados.
“Por lo tanto, los niños siempre van un paso por delante de sus padres”, añade Stossel. “Y tratar de supervisar todo a lo que tienen acceso puede ser un trabajo de tiempo completo”.
Él recomienda la herramienta de control parental Bark, que monitorea la actividad de los niños en redes sociales, YouTube, correo electrónico y mensajes de texto. Filtra las señales de contenido nocivo, como material sexual, amenazas de violencia, depresión, ideación suicida y bullying. Los padres reciben alertas por correo electrónico y mensajes de texto si hay algo preocupante en la actividad en línea de los niños. También se puede utilizar para limitar el tiempo de pantalla y bloquear sitios web específicos.
Screen Time es otra herramienta que permite establecer límites de tiempo diario de pantalla, bloquear períodos en los que no se deben utilizar las pantallas, e incluye categorías de sitios y URL individuales.
No se trata solamente de la edad
Jerry Bubrick, PhD, psicólogo clínico del Child Mind Institute, dice que a menudo le preguntan cuál es la edad adecuada para darle un teléfono a un niño. “Les digo a los padres que no se trata tanto de una edad en particular, sino de la conciencia social y la comprensión de lo que significa la tecnología”, explica el Dr. Bubrick. Cuando estés considerando la posibilidad de adquirir un teléfono, así como lo que les deberías permitir hacer a los niños con él, su recomendación es que tomes en cuenta lo siguiente:
- ¿Con qué frecuencia tus hijos pierden cosas, en especial cosas costosas? Si les dices que algo es muy importante, ¿lo cuidan de manera especial o lo dejan en el autobús después de unos días?
- ¿Qué tan bien manejan el dinero? ¿Podrían estar en medio de un juego y de manera impulsiva comprar más vidas sin considerar su costo?
- ¿Con cuánta facilidad captan las señales sociales? Si se tardan en captarlas, este déficit se podría agravar al enviar mensajes de texto y publicar en las redes sociales.
- ¿Cuánto saben tus hijos sobre tecnología? ¿Comprenden realmente que en el futuro, el personal que trabaja en las admisiones a la universidad, los empleadores y compañeros de trabajo podrían ver algo de lo que publiquen ahora?
- ¿Qué tan bien responden a los límites del tiempo de pantalla? Si todo el tiempo están en la computadora o consola de juegos, probablemente también tengan dificultad para dejar el teléfono.
Teléfonos celulares y TDAH
La estimulación constante que proporcionan los teléfonos celulares puede distraer de manera especial a los niños con TDAH. “Los teléfonos están hechos para ser lo más gratificantes como sea posible”, explica el Dr. Anderson. Si no estás recibiendo un correo electrónico, estás recibiendo una actualización de tus redes sociales, o revisando un servicio de noticias o resultado deportivo”.
A los niños con TDAH les cuesta más resistirse a toda esa estimulación y mantenerse atentos a actividades que son menos gratificantes pero más importantes, como las tareas de la escuela o la conversación en la mesa durante la cena.
Su impulsividad también podría hacerlos más propensos a publicar o enviar algo de lo que después podrían arrepentirse. En un mundo donde todo lo que creamos se registra en el ciberespacio, se corre el riesgo de cometer errores más duraderos.
Qué tan preparados están los padres para dar ese paso
Si estas por comprarle un teléfono a tus hijos, los expertos recomiendan establecer lineamientos claros en una conversación antes de que reciban el dispositivo. Estos son algunos ejemplos de reglas que los padres pueden aplicar al uso del teléfono celular de sus hijos:
- Diles que tú tienes que conocer la contraseña de su teléfono y que tienes derecho a retirarlo si no tienes la certeza de que lo están usando de manera prudente.
- Establece límites tanto para el tiempo de pantalla general como para el tiempo de uso del teléfono. El Dr. Bubrick recomienda esta regla en especial para los niños que ya tienen dificultades para separarse de una pantalla.
- Acuerda los límites de dinero disponible para cubrir el plan de datos y los gastos de cualquier juego o aplicación.
- Consigue una buena funda protectora y determina cuáles serán las consecuencias si el teléfono se pierde o se rompe. ¿Será reemplazado? Y, de ser así, ¿quién lo pagará?
- Especifica las horas del día en las que no se permite el uso del teléfono, como a altas horas de la noche o durante las actividades familiares.
- Cuando tus hijos comiencen a usar redes sociales, vigílalos y hazles saber que lo estás haciendo.
Los expertos dicen que aunque optes por reglas diferentes, es importante que te asegures de que sean claras desde el principio, y que establezcas las consecuencias por no seguirlas.
“Estás entrenando a tus hijos para que tomen buenas decisiones con el tiempo —explica el Dr. Bubrick—, para que cuando eventualmente se independicen, puedas confiar en que tomarán esas buenas decisiones por sí solos”.