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El nuevo plan de emergencia de mi escuela incluye simulacros de encierro. ¿Cómo podemos evitar que asusten a los niños?

Escrito por: Jamie M. Howard, PhD

Experto clínico: Jamie M. Howard, PhD

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P He preparado el nuevo plan de emergencia de mi escuela, que contiene los procedimientos de cierre que empezaremos a practicar en los simulacros de encierro. Algunos profesores están muy preocupados de que los simulacros de encierro aterroricen a los niños y hagan más daño que bien. Creo que el cambio de protocolo es necesario y, si usamos el lenguaje correcto, no es dañino. De hecho, algunos podrían sentirse más seguros. Cuando era niño practicaba cómo pasar por debajo del escritorio del kínder en caso de que Cuba nos bombardeara, y luego disfrutábamos de leche y galletas de chocolate. No nos molestaba ni a mí ni a mis amigos de ninguna manera. Aunque reconozco que tal vez el mundo es un lugar más aterrador, siento que los niños pueden seguir las órdenes que sus maestros les dan sin sufrir daño, de la misma manera que lo hacen en los simulacros de incendio. ¿Cómo puedo ayudar a los maestros a hablar de por qué hacemos simulacros de encierro, o si deben o no hablar de ello con los niños?

Practicar simulacros de encierro corresponde al espíritu de algo que llamamos afrontar el futuro, estar preparado, y estoy de acuerdo en que puede ser una experiencia positiva. Cuando nos enfrentamos a algo potencialmente aterrador, si logramos adelantarnos a la ansiedad, los niños se sentirán más en control. Sentirán una sensación de competencia. Saben que los profesores tienen un plan, y todo el asunto puede hacerlos sentir bastante seguros.

Deberíamos ser honestos con los niños sobre la baja probabilidad de que venga un extraño a nuestra escuela que no pertenezca aquí, que quiera hacernos daño. Pero queremos asegurarnos de que tenemos un plan consistente.

La manera o el estilo en que lo comunique es importante. Se trata de hacerlo de manera fácil, y hablar de ello con mucha confianza y competencia. Porque los niños leen el tono de voz, y la emoción en la presentación.

Recuerde comunicar que estamos a cargo, esta es nuestra escuela, y queremos asegurarnos de que sólo la gente que pertenece a este lugar esté aquí. Así como si hay un día de nieve tenemos un plan, si hay una tormenta tenemos un plan, si alguien que no pertenece aquí está en el edificio, tenemos un plan para manejarlo.

Entonces usted querrá practicar de vez en cuando. E incluso puede hacer que sea un ejercicio de construcción de la comunidad. Queremos que toda nuestra escuela esté a salvo. Todos estamos participando en esto. Somos fuertes y competentes. Podemos manejar esto.

Evitar el tema no es una buena idea, porque la evasión mantiene la ansiedad. Para cualquier niño que tenga ansiedad por un tiroteo en la escuela, no hablar de ello es sólo confabularse en la evasión que mantiene esa ansiedad. Así que querrán hablar de ello.

Además, este tipo de simulacro puede ser una oportunidad para identificar a los niños que pueden estar más ansiosos de lo que la gente sabe. Puede hablar con ellos con más detalle. Hágales preguntas abiertas sobre lo que los asusta. Enfatice la baja probabilidad, las medidas de seguridad concretas que se han estado tomando, ese tipo de cosas.

En términos de cuán explícito usted debe ser, use el sentido común. No hable en código o use eufemismos con los niños, eso puede hacer que su imaginación se vuelva loca. Pero tampoco siembre imágenes horripilantes en sus cabezas. Encuentre el equilibrio adecuado.

Tal vez desee decir que si alguien quisiera lastimar nuestra escuela, a nuestros estudiantes o maestros, a un miembro de nuestra comunidad escolar, nosotros no queremos eso. No lo toleraríamos. Así que tenemos un plan para evitar que eso suceda. Gran parte del mensaje está en la entrega: Estamos siendo muy cuidadosos aquí, pero con este plan confiamos en que nos mantendremos a salvo.

La última revisión de este artículo se realizó el 18 de septiembre de 2024.