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En la escuela de mi hija quieren que repita el segundo grado. ¿Cuándo es bueno que un niño repita el año, si es que lo es alguna vez?

Escrito por: Matthew M. Cruger, PhD

Experto clínico: Matthew M. Cruger, PhD

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P A mi hija le diagnosticaron mutismo selectivo, ansiedad y disgrafía. La escuela quiere que repita el segundo grado porque está atrasada en matemáticas, lectura y escritura. Ella ve a un terapeuta ocupacional y tiene un tutor después de la escuela dos veces por semana durante una hora. En la escuela trabaja con un maestro de educación especial durante media hora cinco días a la semana, y está en un grupo social dos veces por semana. ¿Simplemente no está atenta? ¿O es la ansiedad la que causa la falta de atención? ¿Cuándo es bueno hacer que un niño repita el año, si es que lo es alguna vez?

Para la mayoría de los niños, repetir año no es una gran idea. Puede ser una experiencia desmoralizadora y debe ser abordada con cautela.

Generalmente, cuando oigo que a un niño se le pide repetir un grado, es porque la escuela o el maestro o los padres (o todos ellos) piensan que es “inmaduro socialmente” para su edad y que está por detrás de sus compañeros, o porque no ha dominado las habilidades académicas del grado.

Sin embargo, la mayoría de los niños de los que oigo decir que son demasiado “jóvenes” o “inmaduros”, o que no asimilan suficiente información, son niños que tienen algunos problemas que les dificultan el aprendizaje, ya sea social o académicamente. Puede que sean desatentos o hiperactivos, o que tengan ansiedad severa o un trastorno de aprendizaje que se interpone en su camino. Por lo tanto, la idea de repetir el año no tiene sentido, porque lo que estos niños necesitan es ayuda o intervenciones específicas para las cosas que se les están interponiendo.

En el caso de su hija, usted ya ha dado un paso importante al identificar tres condiciones separadas que podrían estar causando que se retrase con respecto a sus compañeros. Los apoyos que se le están proporcionando a su hija son un gran comienzo. Si no le permiten mantenerse al día con sus compañeros, puede que necesite una mayor frecuencia de visitas o una atención más individualizada. Por ejemplo, si recibe atención en un grupo pequeño, podría ser más beneficioso para ella reunirse de manera individual con el terapeuta. Las discapacidades del aprendizaje, como los trastornos de lectura, escritura o  matemáticas, se pueden tratar con éxito mediante intervenciones que ayuden a los niños a compensar sus debilidades y encontrar estrategias eficaces para mantenerse al día con las exigencias académicas.

Si su hija tiene mutismo selectivo, es importante asegurarse de que sea tratada por un equipo que utilice los mejores enfoques basados en evidencia, lo cual puede ser muy efectivo. No hablar o participar en la clase puede llevar a los niños a tener un bajo rendimiento.

La ansiedad puede causar falta de atención, pero también hay niños que son ansiosos y desatentos. Puede ser necesario realizar una evaluación adicional para descartar si su falta de atención se produce de forma separada de sus otros problemas, y  si requiere atención.

En general, retrasar a un estudiante no es un criterio de primera elección para un estudiante que se está quedando atrás. Lo mejor es tener un sentido claro de los diagnósticos y encontrar los mejores tratamientos para manejar esos trastornos.

La última revisión de este artículo se realizó el 9 de enero de 2023.