Mi hija de 4 años dice que es mala y que nadie la quiere en la escuela. ¿Qué podemos hacer?

Es desgarrador escuchar a tu hija decir cosas malas sobre ella misma o decir que odia la escuela, especialmente cuando es tan joven y tiene tanta escuela por delante. Es posible que ustedes hayan estado tentados a responder cosas como: “No eres mala”, “a todos les caes bien” o “¡si a ti te encanta la escuela!”. Pero este tipo de comentarios no siempre ayudan.

Una de las primeras cosas que les podría sugerir es indagar un poco más en lo que está pasando. Intenten pasar algún tiempo jugando con su hija a solas y permitan que ella tome la iniciativa para que se sienta cómoda. Mientras juegan, hablen de la escuela. No le hagan demasiadas preguntas, pero pregúntenle con delicadeza cómo le va en la escuela y cómo se siente. Después, es importante validar lo que ella diga. Podrían decir cosas como: “A mí también me pondría triste”, o “entiendo que te sientas así”.

Empezar así es importante por dos razones. En primer lugar, les da una mejor idea de cómo ayudar. Pero además, verbalizar cómo se siente y recibir su validación también la ayudará a ella a sentirse menos sola. Le permite saber que sus sentimientos son normales y que sus padres la respaldan.

Acérquense también al maestro o maestra de su hija. ¿Ha observado patrones con ciertos niños o en determinados momentos del día o situaciones? ¿Cómo maneja el personal este tipo de situaciones, y qué cosas ya han intentado hacer? ¿Qué podrían hacer de manera diferente?

Luego, pueden practicar el juego de roles para situaciones difíciles, como qué hacer si alguien es malo con ella. También podrían utilizar los “cuentos sociales”, que son historias muy sencillas pero atractivas escritas desde el punto de vista de los niños y que los preparan para diferentes interacciones sociales. También hay libros de cuentos que podrían utilizar, como el de Simon’s Hook (El anzuelo de Simón), que habla acerca de qué hacer si alguien se burla de nosotros.

Las citas de juegos probablemente sean aún más útiles. En el caso de los niños de cuatro años, la ayuda más eficaz es la que se da en el momento. Esto se debe a que los niños pequeños se pueden sentir abrumados por sus emociones y necesitan que los adultos intervengan. Así que, por ejemplo, si su hija suele tener problemas con un niño de su clase en particular, organicen una cita de juegos. De esta manera, ustedes podrán guiarlos en el momento para ayudarlos a resolver sus problemas.

Por último, implementen en casa un sistema de recompensas para fomentar y reforzar el buen comportamiento. Algo como una tabla de calcomanías sería estupendo para una niña de cuatro años. Las recompensas no tienen por qué ser muy sofisticadas. Tal vez ella podría recibir una calcomanía por un día completo de ser respetuosa con sus manos o palabras. O, si un día completo es demasiado difícil, lo podrían dividir en períodos de tiempo más pequeños, como la mañana y la tarde. Consideren la posibilidad de hacer la tabla de forma visual para que sea más atractiva.

Los sistemas de recompensa son una forma eficaz de fomentar el buen comportamiento, pero también ayudan mucho a la autoestima. Cuando ella vea que lo está haciendo mejor, empezará a sentirse mejor consigo misma.