Por qué su hijo con TDAH tiene la habitación tan desordenada
Y lo que los padres pueden hacer al respecto.
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Por qué los niños con TDAH tienen habitaciones desordenadas?
- ¿Qué son las habilidades de la función ejecutiva?
- ¿Cómo pueden ayudar los padres a los niños con TDAH a mantener ordenadas sus habitaciones?
Lectura rápida
Los niños con TDAH suelen tener habitaciones muy desordenadas, lo que ocasiona pérdidas de cosas y retrasos: ¡Espera!, no encuentro mis zapatos de fútbol. Esto frustra a los padres, que no pueden entender por qué tienen tantos problemas para ordenar su habitación.
El problema es que los niños con TDAH tienen dificultad con las habilidades del funcionamiento ejecutivo, las cuales nos permiten planificar, priorizar, manejar nuestro tiempo y hacer las cosas. Puede parecer sencillo para el resto de nosotros, pero a ellos les cuesta decidir qué hacer primero, estimar el tiempo que se tardan las cosas y mantenerse enfocados. Mantenerse enfocados en una tarea que es aburrida es especialmente difícil para los niños con TDAH.
Los padres pueden ayudar a los niños a combatir el desorden en su habitación a través de:
- Dividir la instrucción “¡limpia tu habitación!” en partes más pequeñas
- Utilizar una tabla para hacer una lista de lo que hay que hacer
- Establecer rutinas para limpiar a una hora regular, no solo cuando el desorden se vuelve abrumador
- Para más detalles y sugerencias, lea el artículo completo a continuación.
El desorden y el TDAH van de la mano, y con ellos llegan el caos, los retrasos (¡¿dónde está mi abrigo?!) y la frustración. Los padres a menudo sienten que están al borde de la locura, mirando a su hijo y preguntándose: ¿Por qué simplemente no puedes limpiar tu habitación?
¿La respuesta corta?
Porque para los niños con TDAH no es tan simple. Las personas con TDAH tienen dificultad con muchas de las habilidades de la función ejecutiva que la mayoría de nosotros utilizamos de manera inconsciente cada día. Estas habilidades invisibles son las que nos permiten planificar, priorizar, manejar nuestro tiempo y hacer las cosas.
Una persona sin TDAH podría ver una habitación desordenada y pensar: “Okey, tengo una hora para hacer esto. Primero, hacer la cama, luego recoger la ropa sucia, luego…”. Pero para un niño con TDAH, ese desglose de qué hacer, cuándo hacerlo y cuánto tiempo requerirá, no es automático. Entender cómo las dificultades con la función ejecutiva afectan a los niños con TDAH puede ayudar a los padres a saber cuáles son los puntos problemáticos de un niño y cómo ayudar. Las dificultades más comunes incluyen:
Priorizar las tareas: Decidir qué hay que hacer y en qué orden. Por ejemplo, un niño con TDAH podría no entender que poner la ropa sucia en el cesto tiene prioridad sobre organizar todos sus libros por colores.
Manejar el tiempo: Averiguar cuánto tiempo les llevarán las tareas más pequeñas y cuánto tiempo necesitarán para completar todo el trabajo. Por ejemplo, un niño que tiene dos horas para limpiar su habitación antes de que lleguen sus amigos para una fiesta de pijamas, dedica tanto tiempo a una tarea pequeña como ordenar su escritorio, que no tiene tiempo para hacer el resto.
Mantenerse enfocado: Desviarse del camino o distraerse. Por ejemplo, se quedan atrapados en la lectura de un libro en lugar de regresarlo a la repisa.
Iniciar las tareas: Dificultad para empezar, especialmente cuando la tarea en cuestión parece abrumadora, complicada o aburrida (como poner en orden una habitación desordenada).
Transiciones: Problemas para pasar de una tarea a otra. Por ejemplo, puede que se queden estancados en lugar de pasar de una tarea (como hacer la cama) a otra (como guardar los zapatos).
Autorregulación y control de los impulsos: Mantenerse en una tarea, especialmente una aburrida, es un reto para cualquiera. Pero para los niños con TDAH, que suelen carecer de las habilidades para regular su comportamiento y controlar los impulsos, puede parecer imposible. Esto puede lucir a ojos de los demás como frustración, darse por vencido o desviarse del camino (estaba ordenando, solo decidí tomarme un descanso rápido para jugar un videojuego). Y a menudo termina en un trabajo apresurado y mal hecho, como meter todo el desorden bajo la cama, o simplemente no terminar nada.
Entonces, ¿qué pueden hacer los padres para ayudar?
Dividir las tareas: En lugar de dar una orden general como ” limpia tu habitación”, es útil dividir el trabajo en tareas más manejables. Por ejemplo, digamos que su hijo tiene que hacer la cama, poner su ropa sucia en el cesto y llevar los platos sucios a la cocina. Usted podría decir: ” Comienza por hacer la cama”. Luego, cuando eso esté hecho, pase a la siguiente tarea: “Bien, ahora recoge la ropa sucia”. Y así sucesivamente. Hacer una cosa a la vez puede ayudar a los niños a sentirse menos abrumados y les facilita hacerse una idea de cuánto tiempo les llevará cada tarea.
Evitar las instrucciones de varios pasos: Intente no dar una serie de instrucciones u órdenes: “Recoge los calcetines, luego haz la cama, luego cuelga la ropa…”. Mantenga las instrucciones claras y cortas: “Empieza por hacer la cama”. Luego, cuando una tarea esté hecha, usted puede pasar a la siguiente. “Gran trabajo. Bien, ahora guarda los zapatos”.
Utilizar una tabla: Si no tiene tiempo de dirigir a su hijo mientras ordena (y seamos realistas, quién lo tiene), pruebe hacer juntos una tabla de tareas. Escriba cada tarea en una pizarra o en un papel, y deje espacio para que su hijo las marque cuando las haya terminado. Si tener algún incentivo ayuda a su hijo a mantenerse motivado, podría ofrecerle una recompensa por terminar todas las tareas de la lista, como tiempo adicional de juego o un postre especial.
Hágalo simple
Haga que la habitación de su hijo sea lo más fácil posible de limpiar y de mantener ordenada.
- Despeje los espacios. El tumulto es el enemigo de la limpieza. Deshágase de los papeles viejos. Coloque los papeles o las fotos que le gustaría guardar en álbumes de fotos en lugar de apilarlos. Done juguetes, libros, ropa y cualquier otra cosa que su hijo ya no utilice. Mantener una caja para donar en la casa puede ayudar y ser una buena forma de enseñar a los niños a retribuir.
- Facilite la tarea de guardar las cosas creando espacio adicional. Guarde los artículos de temporada, como los abrigos y las botas de invierno, cuando no se utilicen. Procure que los armarios y vestidores de los niños no estén abarrotados y sean fáciles de usar.
- Encuentre soluciones de almacenamiento que se ajusten a las necesidades de su hijo. Por ejemplo, es más fácil que los niños pequeños guarden las cosas si el lugar de almacenamiento es fácil de usar y alcanzar, como cubos a ras de piso con cestas deslizantes para guardar los juguetes.
Sea creativo
Los niños con TDAH suelen beneficiarse de soluciones no tradicionales. Recuerde: lo que funciona es más importante que lo que debería funcionar. Por ejemplo, si a su hijo le cuesta poner la ropa en un cajonero, consiga en su lugar contenedores fáciles de usar. Uno para la ropa limpia, otro para las prendas que se volverán a usar y otro para la ropa sucia. Cuanto más fácil sea un sistema, más probable será que su hijo lo utilice.
Cree rutinas
Los niños con TDAH se benefician de las rutinas claras y de las repeticiones. Saber qué se espera de ellos y saber cómo cumplir esas expectativas ayuda a los niños a desarrollar la confianza y las habilidades de la función ejecutiva. Establecer rutinas puede ayudar a los niños a entrar en el ritmo y ser más independientes a la hora de ordenar. Por ejemplo, hacer su cama todos los días o poner sus zapatos en el mismo lugar cada vez que llegan a casa.
Para las tareas más grandes, siga un horario. Por ejemplo, puede acordar que su hijo limpiará su habitación todos los martes y viernes después de la escuela, en lugar de pedirle de manera aleatoria que limpie cuando hay mucho desorden. Cuando los niños saben qué esperar y cuándo se espera que lo hagan, se sienten más preparados y menos abrumados. Si su hijo se beneficia de la medicación para el TDAH a la hora de limpiar, trate de elegir momentos en los que sus medicamentos estarán haciendo efecto, por ejemplo, las mañanas del fin de semana, en lugar de las noches entre semana.
Sea paciente
Por último (y esto es más fácil de decir que de hacer), recuerde ser paciente con su hijo mientras aprende estas nuevas habilidades. La creación de hábitos lleva tiempo, y los niños con TDAH parten desde un déficit. Si su hijo estuviera aprendiendo un segundo idioma, usted no esperaría que lo dominara de la noche a la mañana.
Cuando su hijo ordene su habitación, bríndele comentarios positivos específicos. Por ejemplo: “Gracias por guardar la ropa, ha sido de gran ayuda”. Y haga saber a su hijo que está bien no ser perfectos de inmediato. Lo conseguirán juntos.
Es más que una habitación desordenada
Los beneficios de ayudar a su hijo a aprender las habilidades que necesita para ser más organizado pueden ir más allá de una habitación (finalmente) ordenada. El desorden y la desorganización que conlleva el TDAH pueden tener un gran impacto en la autoestima de los niños. Los niños pueden sentirse avergonzados por sus problemas, y estos sentimientos negativos suelen ser confirmados por personas ajenas: un amigo que les señala lo desordenados que son, un maestro molesto que les pregunta por qué otra vez no trae los deberes.
El costo de ser desordenado puede ser incluso mayor para las niñas, que tienen menos probabilidades de ser diagnosticadas con TDAH, pero más probabilidades de recibir comentarios sociales negativos por ser desorganizadas o por lucir poco arregladas.
Centrarse en el desarrollo de las habilidades de la función ejecutiva de su hijo (y apoyar su autoestima) lo ayudará a sentirse más capaz y seguro de sí mismo, tanto ahora como cuando crezca. Sin mencionar que, con suerte, estarán creciendo en una habitación limpia y ordenada.