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¿Cuál es el problema con la sobreprotección?

A veces los obstáculos son en realidad algo positivo.

Writer: Dra. Gail Saltz

Clinical Expert: Dra. Gail Saltz

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Esta generación de madres y padres de niños pequeños ha descubierto —en mi opinión sabiamente—  la importancia de estar presentes de verdad durante la crianza. Sin embargo, esta generación también ha llevado la crianza activa a nuevos niveles competitivos, como lo ha hecho en tantos otros emprendimientos. Además, somos una sociedad que tiende a creer que si algo es bueno, entonces más de lo mismo debería ser mejor. Y ahí es donde entra en juego la sobreprotección, porque de hecho más no siempre es mejor.

Las ventajas de aprender por las malas

Un estudio reciente de la University of Buffalo plantea la pregunta de si estar demasiado pendiente de los niños puede ser perjudicial para ellos. Los investigadores observaron a personas que habían pasado por situaciones difíciles y descubrieron que, por un lado, tener experiencias muy traumáticas no es un buen pronóstico para la resiliencia a largo plazo, pero, por otro, no tener casi ninguna experiencia difícil tampoco es un buen pronóstico para desarrollar resiliencia.

Afrontamiento y capacidad

Tener obstáculos que superar es lo que ayuda a niños y niñas a desarrollar resiliencia y adquirir habilidades de afrontamiento para enfrentarse a las situaciones difíciles. A medida que crecen, al enfrentarse a un reto, pueden decir: “Bueno, superé esto, así que probablemente pueda superar esto otro”. Niños y niñas necesitan aprender por medio del ensayo y error: esto funcionó, esto no funcionó. Esto es algo que puede ser difícil para madres y padres, porque, por supuesto, no quieren ver sufrir a sus hijos. Pero sin sufrimiento no se desarrollan habilidades.

Con el tiempo, un niño o niña que estado bajo sobreprotección se convertirá en una persona adulta y se enfrentará a problemas propios de la adultez: “No he logrado conseguir trabajo”. “No me aceptaron en el programa que quería”. “Mi pareja no se quiso casar conmigo”. Sea lo que sea, si no cuentas con herramientas para hacer frente a la decepción, para luchar y perseverar, entonces vas a tener problemas. Considero que ese tipo de falta de resiliencia (la sensación de agobio e incapacidad de afrontamiento en la adultez) suele acabar en depresión.

Límites firmes

Otro problema es que a menudo madres y padres quieren volver a disfrutar de la infancia a través de los ojos de sus hijos. De nuevo, es comprensible (cuesta resistirse), pero cuando confundes los límites, porque es divertido comportarte como una especie de adolescente con tu adolescente, se puede producir una sobreidentificación.

Por supuesto que quieres que sea lo más agradable posible para ambas partes: quieres asegurarte de que tu hijo o hija disfruten de placeres que a ti te fueron negados y logre cosas que tú no lograste. Pero cuando te involucras de ese modo, te lo apropias, no dejas que tus hijos se apropien de sus propios éxitos. Por lo tanto, acaban sintiendo que eso que hicieron no lo lograron ellos. Y repito: se quedan con la sensación de que no tienen las herramientas para manejar las cosas.

Confusión de roles

El deseo de proteger a los niños del sufrimiento también es la razón por la que algunos padres y madres tienden a aplicar muy poca disciplina. Si te identificas mucho con tus hijos, te cuesta disciplinar, porque te pones tanto en su lugar que sientes como si te estuvieras disciplinando a ti. De ahí todos esos padres y madres que se comportan de cierta manera como si fueran amigos de sus hijos y no como el padre o la madre. Pero como sabes, los niños ya tienen amigos; lo que necesitan en realidad es una madre o un padre que sea la persona que les dice: “No, y esta es la consecuencia por hacer lo que te dije que no podías hacer”.

Tener padres y madres que ponen límites les permite a los niños interiorizar su propia brújula moral. Aprenden de alguna forma a decirse: “No, de verdad que no puedo hacer esto: este es mi límite”. Y la otra cara de la moneda: “Hice esto mal, ahora me siento culpable y mal, y tengo que repararlo”. Si no les has dado este tipo de formación, les resultará más difícil ponerse límites a sí mismos.

Deja espacio para los errores

Por último, en el caso de padres y madres que se han esforzado por destacar en la tarea de la crianza, que han hecho de ello una parte importante de su propia imagen, existe el riesgo de que si algo no sale bien para tu hijo o hija, signifique que tú has fracasado. Es algo con lo que hay que tener mucho cuidado al tratar de hacer lo mejor para tus hijos: no quieres que teman fracasar más por ti que por ellos.  

Lo que les da confianza a niños y niñas es esforzarse por conseguir algo y ver que lograron algo real, aunque se trate de algo que parcialmente es un fracaso. La confianza surge de esforzarse, de perseverar, de superarse y de ver los resultados. Así que, como padre o madre, es mejor que elogies algo que tiene más que ver con esas cualidades de afrontar y manejar cosas difíciles que hacerles saber a tus hijos que casi todo lo que hacen es una historia perfecta.

Preguntas frecuentes

¿Por qué la sobreprotección es perjudicial?

La sobreprotección es problemática porque un niño que ha crecido bajo sobreprotección se convertirá en una persona adulta y se enfrentará a problemas propios de la adultez. Los niños necesitan desarrollar herramientas para enfrentarse a la decepción, así como para esforzarse y perseverar.

La última revisión de este artículo se realizó en 12 de febrero de 2025.