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Retrocesos académicos durante el COVID

Cómo ayudar a los niños a lidiar con la escuela este otoño, sin estresarlos.

Escrito por: Hannah Sheldon-Dean

Expertos clínicos: Daryaneh Badaly, PhD, ABPP , Jodi Musoff, MA, MEd

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Si usted es madre o padre, probablemente haya escuchado bastantes veces el término “pérdida de aprendizaje” desde que comenzó la pandemia. Con los serios desajustes a las rutinas escolares que han afectado a los niños en todas partes, es natural preocuparse por la posibilidad de que su hijo se haya atrasado más de lo esperado, y por lo que usted puede hacer al respecto.

La investigación disponible hasta el momento (página en inglés) señala que una amplia gama de estudiantes ha experimentado retrasos académicos durante la pandemia, siendo los estudiantes de color y aquellos provenientes de familias de bajos ingresos los que se han visto afectados de una manera desproporcionada. Sin embargo, es difícil saber cómo esas tendencias generales pueden o no presentarse en el aprendizaje de un niño.

Lo que está claro es que los padres están preocupados. “Los padres definitivamente sienten que sus hijos se han atrasado, dice Daryaneh Badaly, PsyD, neuropsicóloga clínica del Child Mind Institute. “Está bien documentado en diversas encuestas”. Esa preocupación puede hacer parecer que la preparación académica debería ser su principal preocupación, pero es igualmente importante ayudar a los niños a relajarse y divertirse. “Los niños necesitan socializar, divertirse, jugar al aire libre, tomar descansos, dice Jodi Musoff, MA, MEd, especialista en educación del Child Mind Institute. “El aprendizaje en línea ha creado para muchos niños este mundo aislado y aburrido, y los niños están agotados”.

No queremos que los niños vuelvan a la escuela sintiendo que todo será trabajo y nada de juego. Esto es cierto incluso si su hijo ha perdido habilidades en una o más áreas académicas. La Dra. Badaly señala que cuando los niños se esfuerzan por ponerse al día, es importante establecer prioridades y centrarse en objetivos realistas en lugar de intentar mejorar todo a la vez. “Incluso si eso no nos da tanta satisfacción como nos gustaría obtener, es mejor que lo que lograría en un ambiente de estrés”, dice.

¿Qué pasos prácticos puede seguir, sin hacer que una situación estresante sea aún más difícil para toda la familia?

Identifique dónde se encuentra su hijo

Los reportes académicos del año pasado y sus propias observaciones sobre cómo les fue a los niños en la escuela son algunas de las fuentes de información más importantes cuando usted está tratando de descubrir si su hijo necesita apoyo adicional en este momento. Si observó que su hijo frecuentemente perdía el control por la tarea de matemáticas o escuchó a su maestro decir que tenía dificultad con las tareas escritas, vale la pena prestar especial atención este otoño al progreso de su hijo en esas áreas. Sin embargo, hay otras señales a las que también puede poner atención.

Si su hijo realizó pruebas estandarizadas este año, comience por comparar sus calificaciones con años anteriores. Es normal que los resultados de las pruebas de los niños varíen un poco de un año a otro, por lo que un pequeño cambio no es necesariamente motivo de preocupación. Pero si su hijo ha tenido anteriormente puntajes bastante constantes, y ve una caída significativa este año, eso puede ser una señal de que algunas de sus habilidades académicas han disminuido.

Evitar tener que utilizar sus habilidades académicas también puede ser una señal de problemas. Si usted le hace una pregunta matemática simple como “estamos en la calle 57 y tenemos que llegar a la calle 63, ¿cuántas cuadras más tenemos que recorrer?”, y su hijo no se involucra en el juego, eso podría ser significativo, dice Musoff. “Usted todavía no sabe por qué, pero los niños evitan las tareas académicas, ya sea porque se sienten inseguros acerca de ellas o porque en realidad no tienen la habilidad”.

Establezca prioridades

Es importante recordar que puede que su hijo tenga dificultades en una o dos áreas, pero que le va bien en otras. La Dra. Badaly señala que haber retrocedido en materias donde los hechos y las habilidades no se construyen apoyándose de manera directa entre sí, como la historia, tiende a ser un problema menor. Ella recomienda averiguar si su hijo tiene dificultades en áreas básicas como la lectura, la escritura y las matemáticas, y enfocar cualquier apoyo en esas áreas. “Si no es algo que se construya en los grados posteriores basándose en sí mismo, probablemente pueda decir: ‘Ese es un estrés que no necesito en este momento. Voy a ponerlo a un lado‘”, dice la Dra. Badaly.

Y si sospecha que su hijo ha perdido el rumbo en un área importante del aprendizaje, trate de evitar verlo como un desastre. “La angustia es un proceso negativo que no ayuda –dice la Dra. Badaly– mientras que preocuparse es analizar: ¿hay algún problema?, ¿cuál es el problema? ¿cómo puedo abordarlo?”.

Comience por la escuela

Debido a que el año pasado fue un desafío para tantos niños, muchas escuelas contarán con apoyos adicionales este otoño, como evaluar las brechas en las habilidades o comenzar el año con un período de revisión. “Lo primero que debe preguntarse, es qué hará la escuela de su hijo”, dice la Dra. Badaly. Si sabe que la escuela abordará algunas de las cosas que le preocupan, entonces puede decidir que no es necesario tomar medidas adicionales en casa.

Si no está seguro de lo que está planeando la escuela de su hijo, puede hablar con su maestro, el director o un consejero vocacional. Si su hijo ya recibe adaptaciones en la escuela o si cree que podría necesitarlas, un especialista en aprendizaje o un psicólogo escolar también pueden brindarte información sobre cómo será el otoño.

Obtenga apoyo lo antes posible para niños con dificultades de aprendizaje

Si tiene inquietudes sobre el aprendizaje de su hijo, a finales del verano es el momento de informar a la escuela y hacer un plan para ayudarlo a retomar el rumbo. Las investigaciones han demostrado desde hace tiempo que la instrucción constante es clave para los niños con discapacidades del aprendizaje, por lo que es bastante probable que hayan perdido algunas habilidades académicas a causa de las interrupciones de la pandemia. Pero el apoyo dirigido puede marcar una gran diferencia.

Musoff enfatiza que es especialmente importante que los padres sean proactivos este año, en lugar de esperar a que la escuela se comunique con usted si surge un problema. Especialmente para los niños con discapacidades del aprendizaje, “las familias deberían solicitar servicios intensivos para recuperar el tiempo perdido”, dice. Una vez que comience la escuela, puede dar seguimiento a su solicitud para asegurarse de que su hijo reciba el apoyo adecuado. “Pregunte por el nivel de desempeño del estudiante, de qué manera determinó la escuela este nivel, qué medidas de evaluación utilizan para identificar esto y cuál será la enseñanza posterior en respuesta a ello”, dice Musoff.

Otro paso que pueden dar los padres de niños con discapacidades del aprendizaje es iniciar el proceso del IEP lo antes posible. “El IEP debe actualizarse de manera apropiada según las evaluaciones al comienzo del año”, dice Musoff. Los padres pueden solicitar una actualización del IEP en cualquier momento para que refleje cualquier nueva información y, como debido a todo lo ocurrido el año pasado, hay mucha información nueva a tener en cuenta para cualquier niño con un trastorno del aprendizaje. “Puede hablar para asegurarse de que lo que está documentado sea en realidad una imagen realista del niño”, señala Musoff. “Si no cree que lo sea, solicite que se actualice”. Y en el caso de que la escuela vuelva a ser remota, los IEP también pueden revisarse para incluir adaptaciones personalizadas para el aprendizaje en línea.

Dé pequeños pasos en casa

Además de trabajar en estrecha colaboración con la escuela de su hijo, también hay formas en las que puede apoyar su aprendizaje en casa. El truco consiste en integrar el aprendizaje a la vida diaria de los niños, en lugar de presionarlos para que dediquen más tiempo a sus hojas de trabajo y libros de texto.

“El conocimiento del mundo es enorme y muy valioso”, dice Musoff. “Y debido a que las cosas estuvieron tan cerradas durante tanto tiempo, los niños se lo estaban perdiendo”. Las visitas a lugares con programación infantil divertida (el zoológico, el museo de ciencias, la Estatua de la Libertad) pueden ser una excelente manera de hacer que los niños se entusiasmen por aprender cosas nuevas. “Los padres pueden exponer intencionalmente a sus hijos a información que saben que vale la pena”, agrega. “Además, eso ayuda a desarrollar un mejor conocimiento general para que estén más preparados para aprender en la escuela”.

La Dra. Badaly señala que las habilidades básicas de lectura y matemáticas también pueden ser parte de las actividades familiares regulares. “Incorpore matemáticas divertidas en su día a día, a través de actividades de cocina o de compras”, sugiere. Pedirles a los niños pequeños que midan los ingredientes o que calculen una propina les da una sensación de dominio y al mismo tiempo refuerza las habilidades académicas. Lo mismo ocurre con las actividades verbales simples como leer juntos en familia o escribir un guión para una representación cómica.

“No creo que nada de esto sea inventar el hilo negro”, dice la Dar. Badaly. Aunque la situación es única, puede ser útil recordar que las estrategias que ayudarán a los niños que están batallando ahora son las mismas estrategias que se aplicarían en cualquier año escolar. Crear oportunidades para practicar las habilidades académicas y aprender a disfrutar mientras las utilizan sigue siendo clave para apoyar el aprendizaje de los niños en el hogar, ya sea en caso de pandemia o no.

Fomente habilidades para hacer frente a situaciones difíciles y defenderse a sí mismos

Ya sea que se trate de un niño pequeño que se siente cohibido por su letra o un estudiante de preparatoria (high school) que se estresa por las solicitudes de ingreso a la universidad, muchos niños y adolescentes están tan preocupados como sus padres por la escuela este otoño.

Este tipo de preocupaciones pueden ser una oportunidad para ayudar a los niños a desarrollar resiliencia y confianza. Empiece por ayudarlos a descubrir qué hay detrás de sus preocupaciones y si tiene sentido hacer algo al respecto. Si están preocupados por ingresar a la universidad, ¿hay alguna razón específica para eso?, ¿qué ayudaría? Si están molestos por sus calificaciones en ciencias del año pasado, tal vez puedan considerar la posibilidad de recibir tutoría este otoño. Si el problema es organizar las solicitudes, hablar con su consejero universitario podría ayudar.

También es útil para los niños de cualquier edad practicar cómo defenderse a sí mismos. “Todo lo que guardan en el interior produce mucha ansiedad”, dice Musoff. Ella recomienda ayudar a su hijo a practicar el lenguaje que puede usar para decirle a los maestros cómo se siente: “Siento que el año pasado no pude practicar lo suficiente la multiplicación”. Hablar de sus preocupaciones puede ayudarlos a sentirse mejor y también le permite al maestro saber cómo ayudarlos.

Cuando los niños tengan dificultades este otoño, prepárese para ayudarlos a ser más suaves consigo mismos y recuerde hacer lo mismo para usted.

La última revisión de este artículo se realizó el 7 de septiembre de 2021.