Cada vez más niños con problemas emocionales o de comportamiento están siendo tratados con más de un medicamento, una práctica llamada polifarmacia. Esta guía describe lo que los padres deben saber para tomar decisiones informadas sobre la medicación de su hijo, especialmente cuando hay más de una en cuestión.
Tomar decisiones sobre la medicación para un niño con problemas emocionales o de comportamiento puede ser intimidante, especialmente cuando se trata de más de un medicamento.
Cuando los niños tienen síntomas psiquiátricos complejos o no responden adecuadamente a un medicamento que están tomando, los médicos suelen recomendar que se añada otro medicamento.
Tomar múltiples medicamentos psicoactivos se llama “polifarmacia”. Y los estudios muestran que el número de niños que toman más de un medicamento se está disparando.
La combinación de medicamentos puede ser efectiva cuando son recetados y controlados cuidadosamente por un médico experto en su uso en niños. Pero es importante que los padres estén informados sobre los riesgos inherentes a la adición de medicamentos, y sobre las señales por las que habría que preocuparse en lo referente a una prescripción médica.
Estas son las razones más comunes por las que un médico puede recomendar que se añada un medicamento:
Hay muy pocas pruebas científicas sobre la seguridad y la eficacia de múltiples medicamentos en los niños. Pero la evidencia clínica sugiere que los “cocteles” de medicamentos pueden ser seguros y eficaces cuando los prescribe un médico muy bien informado sobre los medicamentos y con amplia experiencia en el tratamiento de niños con éstos.
La experiencia en el tratamiento de adultos no es suficiente para guiar el tratamiento de niños, porque los niños, cuyos sistemas nerviosos aún están madurando, no siempre responden a la medicación de la misma manera que los adultos.
Sin embargo, no se deben agregar medicamentos en lugar de los tratamientos conductuales que han demostrado ser efectivos para niños con muchos problemas, incluyendo el TDAH, la ansiedad, la depresión y el comportamiento problemático. La combinación de un solo medicamento y un tratamiento conductual debe ser considerada cuidadosamente antes de agregar más medicamentos.
El riesgo de la combinación de medicamentos es que pueden interactuar de manera que aumenten los efectos secundarios incómodos o perjudiciales. Por ejemplo, explica el Dr. Ron Steingard, psiquiatra de niños y adolescentes del Child Mind Institute, se pueden producir efectos secundarios superpuestos. Si un medicamento causa una sedación leve y el segundo hace lo mismo, el resultado puede ser tanta sedación que la niña no es ella misma y no puede mantenerse despierta.
Otro tipo de interacción que puede ser problemática, añade el Dr. Steingard, puede ocurrir si dos medicamentos utilizan la misma vía metabólica, el mecanismo en el cuerpo que los descompone y los conduce al objetivo. Si esa vía se ve abrumada, puede crear una acumulación de medicamentos, causando el tipo de efectos secundarios que se verían con una dosis mucho más alta de uno de los medicamentos.
Si le preocupa que su hijo esté tomando demasiados medicamentos diferentes, o que no le vaya bien con ellos, el Dr. Steingard le recomienda que el primer paso sea acudir al médico que le prescribió el medicamento para comunicarle sus preocupaciones. Dígale a su médico que le gustaría obtener una segunda opinión. Es su derecho, y es común en otras áreas de la medicina. Un buen médico le brindará apoyo y podrá ayudarle a encontrar otro médico para revisar el caso de su hijo.
Los niños que corren mayor riesgo por tomar múltiples medicamentos que podrían ser perjudiciales son aquellos con comportamiento problemático o peligroso.
Cuando los niños son inmanejables en casa y en la escuela, los médicos generalmente prueban cualquier herramienta farmacéutica disponible para ayudarlos. Si un medicamento ayuda un poco, pero no lo suficiente, los médicos pueden añadir más medicamentos para tratar de obtener un mejor resultado. Y otro. Y así sucesivamente.
El Dr. Steingard, que ha visto a niños que toman hasta una docena de medicamentos, recomienda explorar los apoyos conductuales antes de usar múltiples medicamentos.
Si una niña con un trastorno de aprendizaje o de atención se siente frustrada en la escuela, debe tener apoyo en ella. Si está fuera de control en casa, el entrenamiento de los padres puede ser muy útil. La ansiedad y la depresión, que también pueden ser causa de agresión, responden bien a los tratamientos conductuales.
Pensar más allá de la medicación es una parte importante de la solución de problemas complejos que frecuentemente son pasados por alto.
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