Es posible que su adolescente enojón no quiera hablar por varias razones. Hablar menos con los padres es una parte normal del proceso de desarrollo de los adolescentes. Puede que su hijo solamente se esté tomando un poco de espacio para descubrir su propia independencia. Pero si se muestra muy alejado de amigos y de las actividades que antes le gustaban, es posible que esté luchando contra un desafío de salud mental y podría necesitar ayuda profesional.
¡Ayuda! Mi adolescente dejó de hablar conmigo
Consejos para mantener el contacto mientras permite que los niños se vayan separando de una manera saludable.
in EnglishSu adolescente que antes no paraba de hablar, de pronto, se calló por completo. A ningún padre le gusta recibir el tratamiento del silencio de parte de su hijo, en especial cuando usted siente que han tenido una relación estrecha y nada ha cambiado, al menos de su parte. Lo primero que debe hacer es respirar y entender que alejarse de los padres no solo es normal, sino también una etapa de desarrollo necesaria en la adolescencia. Lidiar con esta transición hacia la independencia es difícil, y aunque los niños odian admitirlo (y probablemente no lo harán), todavía necesitan que sus padres se mantengan conectados e involucrados en sus vidas.
Los adolescentes necesitan su propio espacio, pero también necesitan a sus padres. De hecho, la mayoría de los adolescentes dicen que quieren estar más cerca de sus padres, pero no saben cómo hacerlo. Así que mientras su hijo está haciendo el trabajo de separación, usted debe hacer el trabajo de acortar la distancia cuidadosamente. Empiece por encontrarse con su hijo en el punto en que él está:
¿Qué tan silencioso es el tratamiento del silencio?
Si usted tiene o no motivos para preocuparse depende realmente de en qué medida su hijo ha dejado de hablar con usted. Veamos 3 posibles escenarios:
#1 Usted y su hija solían ser “las mejores amigas”. Ella le decía todo y ahora, de repente, ella la excluye y comparte sus pensamientos íntimos solamente con amigos.
En este caso, usted tiene muy poco de qué preocuparse. Y por más doloroso que sea, usted tiene que tratar de no tomar esto de manera personal. Ella está haciendo lo que se supone que debe estar haciendo.
Qué hacer:
- No le dé un sermón ni le diga que le duele su actitud.
- Trate de tener interacciones positivas con ella.
- Involúcrela en actividades que antes hayan disfrutado juntas.
- Siéntese a comer con ella.
- No la presione para obtener información. En su lugar, ábrase y comparta algo divertido o interesante sobre su propia vida. Si usted se abre, es más probable que ella haga lo mismo.
- Hable con ella como un adulto, con respeto y deje claro que usted valora sus opiniones y que espera el mismo respeto a cambio.
#2 Su hijo, una vez encantador y cariñoso, ahora le responde con monosílabos y pone los ojos en blanco en señal de fastidio. Pasa el menor tiempo posible con usted y parece reservar todo su entusiasmo para sus amigos.
Aunque puede ser molesto y usted podría estar tentado a castigar este tipo de comportamiento, sepa que todavía está dentro del rango de desarrollo normal de la adolescencia. Enfocarse en las relaciones entre compañeros ayuda a los niños a aprender a ser menos dependientes de los padres, un paso necesario para convertirse en adultos felices e independientes. Dicho esto, sigue siendo su trabajo insistir en el respeto y en mantener a su hijo seguro.
Qué hacer:
- Establezca límites adecuados, pero también concéntrese en fortalecer su relación. Usted no recibirá respeto si él no se siente conectado con usted.
- Resista el impulso de dar sermones. Si puede hacer eso, él no necesitará alejarlo para poder encontrarse a sí mismo.
- Recuerde que los adolescentes pueden ser emocionales. Busque cuál es su aflicción debajo de la falta de respeto, y recuérdele quiénes son en realidad. Al decir algo así como “sé que estás molesto, pero normalmente eres amable y respetuoso”, puede propiciar el inicio de una conversación.
#3 Su hijo no habla con nadie y pasa todo el tiempo en su habitación con la puerta cerrada. Se ha alejado de sus amigos, ha perdido el interés por las actividades que antes le gustaban y se ha estado aislando cada vez más.
Este tipo de comportamiento es motivo de grave preocupación y cae fuera del ámbito del desarrollo normal de la adolescencia. Necesita indagar si su hijo ha sufrido algún tipo de trauma (acoso, violación) o si está abusando de las drogas o el alcohol. Este comportamiento también podría indicar el inicio de un problema de salud mental grave como la depresión, la esquizofrenia o el trastorno bipolar, todos los cuales se vuelven más comunes a finales de la adolescencia y en los primeros años después de cumplir 20.
Es peligroso si su hijo se está alejando de todos a quienes conoce. Recluirse en un mundo virtual, por ejemplo, no es un sustituto aceptable de hablar con personas en la vida real. Las relaciones en línea pueden llegar a ser muy intensas en muy corto tiempo, y es difícil saber si los amigos de su hijo en Internet son una buena influencia, o incluso si son quienes dicen ser.
Qué hacer:
- Si su hijo parece hostil y enojado, dele la oportunidad de que le explique si usted ha hecho algo mal.
- La privacidad solo llega hasta cierto punto. La habitación de ningún adolescente debe estar fuera del alcance de los padres. Usted tiene el derecho a saber lo que su hijo está haciendo en su habitación, especialmente si pasa horas a solas allí.
- Insista en obtener más información. No es extraño que los adolescentes respondan a preguntas como “¿a dónde vas?” con un simple “fuera”, así como “¿cuándo volverás?” con un “más tarde”. Manténgase firme y dígale que necesita información específica.
- En los casos en que su hijo se niega a comunicarse, puede ser aconsejable monitorear sus redes sociales.
- Busque ayuda profesional de un médico calificado. Empiece por llamar al pediatra de su hijo y descríbale su comportamiento a detalle.
Si sospecha que su hijo podría tener pensamientos suicidas
Si sospecha que este podría ser el caso, debe abordar el problema de inmediato. Pero con calma. “Es importante que usted hable acerca de sus preocupaciones de una manera tranquila y no acusatoria“, dice Nadine Kaslow, psicóloga y experta en suicidio en jóvenes. “A veces, cuando los padres están muy preocupados, terminan diciendo ‘no pienses así’, o ‘no deberías sentirte así’, y no se muestran cariñosos y preocupados, como es su intención, sino que lo hacen de manera crítica. Los niños responden negativamente a eso”.
Kaslow también recomienda:
- Haga que su hijo sepa que usted lo ama una y otra vez cuando esté pasando por un momento difícil.
- Valide sus sentimientos diciendo cosas que muestran empatía como: “Suena como que fue muy difícil”. “Sé lo doloroso que puede ser”.
- Trabaje con su hijo para obtener ayuda profesional y explíquele que buscar ayuda no es una señal de debilidad.
Cuando se trata del tratamiento de silencio, recuerde, no se trata de usted. Usted tiene que elegir sus batallas y darle espacio a su hijo para crecer. También tiene que poner la salud y el bienestar de su hijo por encima de todo, y eso significa estar conectado incluso cuando él o ella no lo hacen fácil ni divertido.
Preguntas frecuentes
La manera de hablar con un adolescente que no quiere hablar con usted es resistiendo el impulso de sermonear y hablándole igual que a un adulto. Deje claro que usted valora sus opiniones y que espera respeto a cambio.