Consejos para animar a niños de 0 a 5 años a hablar.
in EnglishLa mayoría de los niños adquieren el lenguaje de forma natural, pero la forma en la que reaccionan las personas a su alrededor puede marcar la diferencia en cuanto a la velocidad con que se desarrollan sus habilidades. Estas son algunas formas en que los padres pueden ayudar a los niños pequeños a desarrollar sus habilidades lingüísticas en casa.
Llorar, señalar con el dedo, sonreír, mirar a los ojos: todas estas son formas en las que los niños pequeños se relacionan con los demás. Es importante captar este tipo de comunicación y utilizarla con tus hijos. Esto les demuestra que la comunicación funciona al tiempo que los anima a desarrollar nuevas maneras de hacerlo.
La mejor manera de animar a los niños a hablar es mostrándoles lo divertido y útil que puede ser. Podrías imitar las palabras que dice tu hijo, lo que demuestra que te entusiasma lo que puede hacer y lo anima a que a su vez te quiera imitar a ti. También podrías describir lo que tu hijo está haciendo y darle la oportunidad de corregirte cuando tú te equivoques en algo. Además, cuando tu hijo intente hablar, responde enseguida con elogios específicos: “¡Qué bien que hayas pedido jugo de manzana!”.
También es importante ayudar a los niños a que el lenguaje no les cause estrés. Si sabes que tu hijo reconoce una palabra, no hay necesidad de ejercer presión, por ejemplo, al preguntarle una y otra vez qué sonido hace una vaca. Y si solamente dice una o dos palabras seguidas, no presiones para que diga frases largas. En su lugar, utiliza frases cortas que sean un poco más complejas de lo que tu hijo ya puede hacer. Al seguir su ejemplo y hablar de lo que a tu hijo le interesa, enviarás el mensaje de que el lenguaje es un reto divertido y no algo de lo que preocuparse.
Cuando ayudamos a los niños a que aprendan a usar el lenguaje, es importante comenzar por promover que hagan más de lo que ya están haciendo, al elogiarlos y hacer que sientan orgullo por sus intentos de comunicarse. La adquisición temprana del lenguaje es instintiva y para la mayoría de los niños tiende a suceder de forma bastante natural. Pero la forma en que las personas adultas respondemos a sus intentos de comunicación puede tener un gran impacto, acelerando o desacelerando su desarrollo del lenguaje.
Como patólogo del habla y el lenguaje que trabaja con niños pequeños que están en proceso de adquirir y desarrollar el lenguaje, he recopilado muchas estrategias y técnicas útiles en su aprendizaje. Estos son algunos de los conceptos básicos que puedes comenzar a usar en casa en las interacciones cotidianas con cualquier niño, ya sea que esté adquiriendo el lenguaje de forma típica o que le esté costando un poco más.
Como todos los padres saben, las palabras no son la única forma de comunicarse. Los niños pequeños señalan, hacen contacto visual y usan el lenguaje corporal para enviarnos mensajes. Reconocer, alentar y reforzar positivamente estos precursores del lenguaje prepara el escenario para la producción del habla y el lenguaje por venir. Pero incluso antes de que los niños descubran cómo señalar algo que quieren, se comunican con nosotros de otras maneras.
Al principio, cuando los bebés lloran porque tienen hambre o se sienten incómodos, pueden simplemente estar reaccionando a cómo se sienten, pero cuando los padres interpretan y responden a sus gritos y sonidos, los bebés comienzan a notar la relación recíproca entre la vocalización y la satisfacción de sus necesidades. Esto los anima a comenzar a comunicar de forma intencional sus necesidades, a través de cosas como señalar, el uso del lenguaje corporal o emitir más sonidos.
Eventualmente, las palabras se convertirán en la forma más eficiente de comunicarse con nosotros, pero hasta entonces los padres no deben pasar por alto la importancia de dar forma a la comunicación no verbal, que instala en la mente de los niños la utilidad de la comunicación y los impulsa a aprender a comunicarse de maneras más sofisticadas.
Una de las cosas más interesantes sobre el desarrollo del lenguaje en niños es que está estrechamente relacionado con el juego. El período de tiempo en el que los niños comienzan a producir sus primeras palabras (generalmente alrededor de los 12 a 13 meses) es también el mismo período en el que evoluciona el juego simbólico. Por juego simbólico me refiero a algo así como un niño que se lleva un plátano a la oreja y finge que es un teléfono.
Desde el punto de vista del desarrollo tiene sentido que estas dos cosas ocurran al mismo tiempo porque los niños primero deben aprender a pensar simbólicamente para usar el lenguaje, debido a que el lenguaje es simbólico (una palabra representa un objeto, por ejemplo). Entonces, cuando te unes a tu hijo en un juego imaginativo, en realidad estás alentando y ayudando a expandir su nueva capacidad para representar las cosas de forma mental y simbólica.
Observar y comprender las habilidades de juego de tu hijo puede ayudarte como padre o madre a saber qué esperar a continuación. Por ejemplo, si tu hijo no ha pasado de golpear una cuchara en la mesa, no deberías esperar que hable para comunicarse porque, en el desarrollo, la intención de comunicarse aún está emergiendo.
Hay muchas maneras en que los padres pueden crear oportunidades que alienten a los niños a practicar sus habilidades de comunicación. Una de las favoritas es poner las cosas fuera de su alcance. Por ejemplo, en lugar de entregarle a tu hijo una barra de granola que sabes que quiere, deja que la vea un poco fuera de su alcance y espera a que te la pida de alguna manera.
La forma de organizar las cosas en tu hogar puede crear muchas oportunidades para hablar. Recorre tu casa y observa dónde están los libros y los juguetes. Tal vez coloques los juguetes más deseables un poco más arriba (pero aún a la altura de su vista). Del mismo modo, puedes intentar darles a los niños sólo una parte de un rompecabezas o de un juguete como el señor cabeza de papa. Deja que te pidan las otras piezas que necesitan. El objetivo aquí no es frustrar a tu hijo, sino manipular el entorno, de una manera que lo aliente a pedir y percibir cosas, así como usar la comunicación intencional.
Otra forma divertida de hacer que los niños se comuniquen es pretender que se te olvidan algunas cosas. Durante una rutina que tú y tu hijo hayan establecido, por ejemplo vestirse, te podrías olvidar de ponerte los calcetines antes que los zapatos. Si tu hijo sabe que los calcetines se ponen antes que los zapatos, notará el cambio en la rutina y te “atrapará” siendo olvidadizo.
También puedes hacer una pausa durante alguna actividad predecible, como cantar una de sus canciones favoritas. Si a tu hijo le gusta “Incy wincy araña”, un día podrías cantar, “Incy wincy araña tejió su telaraña, vino la lluvia y…” y luego detenerte, esto lo animará a completar la frase. Esto no solamente estimula a tu hijo a recuperar y usar nuevas palabras del vocabulario, sino que también le enseña a tomar turnos, así como que es divertido usar el lenguaje en un intercambio de ida y vuelta.
Al trabajar con niños en sus habilidades lingüísticas, tu objetivo siempre debe ser ayudarlos a alcanzar el siguiente nivel de complejidad, nada más y nada menos. Por ejemplo, si tu hijo se comunica en ráfagas de una o dos palabras, tu objetivo debe ser modelar y usar oraciones de tres y cuatro palabras. Pero asegúrate de seguir el ejemplo de tu hijo para mantener su interés por probar palabras nuevas y comunicarse de nuevas maneras.
¡Hablar y comunicarse con otros deber ser divertido! Recuerda que el lenguaje es algo que los niños adquieren de forma natural, por lo que queremos ver lo que les interesa, observar y escuchar cómo se comunican y ayudarlos a avanzar al siguiente nivel de habilidad lingüística.
Estas son algunas estrategias que se pueden usar con niños desde el nacimiento hasta los cinco años, dependiendo de su nivel de lenguaje. La forma en que haces estas cosas a lo largo de la infancia puede verse diferente cuando los niños comienzan a usar palabras, pero la idea básica seguirá siendo la misma.
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