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Cómo elegir un método de entrenamiento del sueño que funcione para tu familia

Conoce estrategias con y sin lágrimas.

Escrito por: Katherine Martinelli

Experto clínico: Dra. Wendy Nash

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Una de las primeras lecciones de la vida real que aprenden los nuevos padres es que ese viejo dicho de dormir como un bebé es una farsa. Claro, algunas personas son bendecidas con pequeñas criaturas satisfechas que parecen dormir toda la noche. Para la mayoría de los demás padres, el sueño es una de las primeras batallas.

Los padres a menudo recurren al entrenamiento del sueño, una técnica para enseñar a los niños a dormir de manera  independiente. Pero hay mucha información (a menudo contradictoria) sobre cómo implementar el entrenamiento para dormir, y el tema puede ser acalorado en algunos círculos de padres, lo que hace que sea un territorio difícil de transitar.

Cuándo pensar en el entrenamiento del sueño

A las personas les encanta preguntar desde el primer día cómo está durmiendo el bebé, pero en esas primeras semanas es común y, de hecho, saludable, que los bebés coman aproximadamente cada tres horas las 24 horas del día. Poco a poco los padres pueden tener períodos más largos, y luego, justo cuando crees que las cosas están mejorando, te enfrentas a una de las temidas regresiones.

“Recomiendo un enfoque moderado”, dice la Dra. Wendy Nash, psiquiatra clínica. “Animaría a los padres a que no reaccionen ante una noche en particular, y a que en su lugar busquen tendencias y motivos”. Los brotes de crecimiento y la dentición son causas comunes de los trastornos del sueño, pero si duran más de una semana o dos el entrenamiento del sueño podría ser apropiado.

La edad más temprana recomendada para el entrenamiento del sueño varía enormemente y puede ir desde tres meses hasta más de un año. Lo más común es alrededor de los seis meses, pero es una buena idea obtener el visto bueno del pediatra para asegurarte de que el peso de tu bebé esté bien encaminado y de que reciba suficientes calorías durante el día.

Métodos de entrenamiento del sueño

Una vez que hayas decidido seguir la ruta del entrenamiento del sueño, puede ser un desafío analizar los métodos diferentes que existen. En general, todos ofrecen formas de modificar el comportamiento de sueño de tu hijo para que duerma lo suficiente y tenga un crecimiento saludable, y garantizar que los padres permanezcan cuerdos. Además, como señala la Dra. Nash, el método que decidas dependerá de una serie de factores, como la edad, las creencias personales y los patrones de comportamiento del niño.

“Les recomiendo encarecidamente a los padres que contrasten cualquier consejo sobre el sueño con sus propios sentimientos e intuición”, dice. “Creo que cuando los padres van en contra de su intuición, eso hace que sientan estrés, enojo o frustración hacia el niño”. Además, “lo que funcionó en una fase de desarrollo puede que no funcione (y es poco probable que lo haga) en otra”, advierte la Dra. Nash.

Método con llanto

Tres de las estrategias más populares en el llamado método con llanto (CIO, por sus siglas en inglés) se describen en los libros Solve Your Child’s Sleep Problems de Richard Ferber, Healthy Sleep Habits, Happy Child de Daniel Weissbluth y The Sleepeasy Solution de Jennifer Waldburger y Jill Spivack. Los métodos comúnmente llamados “Ferber” o de “extinción gradual del llanto” guían a los padres para que sus hijos duerman de manera independiente, incluso si esto significa lágrimas. Los métodos que se describen en el primer libro y en el tercero ofrecen un enfoque gradual, que es el que prefiere la Dra. Nash, en el que los padres acuestan a su hijo y poco a poco van aumentando los intervalos en los que entran a comprobar si el niño se ha quedado dormido. Weissbluth tiene un enfoque más frío, sin revisiones. Ambos tienen sus méritos, y dependen en gran medida del niño: para algunos, las revisiones pueden causar más nerviosismo al niño en lugar de tener un efecto calmante.

Shira Gregory durmió con su hijo hasta que él tenía siete meses y estaba firmemente en contra del método con llanto, pero se dio cuenta de que ninguno de los dos estaba durmiendo lo necesario. Después de mucha investigación y un intento fallido con un enfoque más suave, decidió darle una oportunidad a The Sleepeasy Solution.

“Sabía que iba a ser una de las cosas más difíciles con las que había tenido que lidiar hasta ahora”, recuerda. “La primera noche fue predeciblemente horrible, y tuve que decirme a mí misma que él iba a rechazar cualquier cambio importante, y que finalmente lo que estaba haciendo era enseñarle una habilidad valiosa (aprender a dormir por su cuenta). A la tercera noche, todos dormían bien. Esto fue revolucionario”.

Quienes se oponen al método con llanto citan estudios que muestran que causa daño a largo plazo al niño, que los defensores del método desacreditan con otros estudios y anécdotas personales de niños cariñosos y apegados que duermen a la perfección.

La Dra. Nash señala que una de las principales desventajas de estos métodos es que tienden a causar angustia a los padres, lo que a su vez puede hacer que se dejen llevar por el niño al día siguiente para compensar su culpa. “Debes buscar un equilibrio —aconseja— en términos de tolerar la angustia y a la vez ayudar a tu hijo a dar los pasos apropiados para su desarrollo”.

Método sin llanto

Los libros No-Cry Sleep Solution de Elizabeth Pantley, The Baby Whisperer de Tracy Hogg y Good Night Sleep Tight de Kim West, describen métodos más suaves de entrenamiento para el sueño (aunque a menudo se enfrentan entre sí). Hogg ofrece un enfoque de “cargar y dejar” en el que colocas al bebé en su cuna, pero lo levantas y consuelas si se pone a llorar, luego lo bajas tan pronto como se sienta cómodo. Debes repetir hasta que el bebé se calme.

El método de West, Sleep Lady Shuffle, hace que los padres se queden en la habitación para consolar al niño mientras se duerme, pero cada noche se alejan más y más de la cuna. Las tres autoras recomiendan una serie de herramientas (ruido o sonidos, cortinas opacas, una rutina constante) para ayudar a crear un ambiente propicio para dormir. Estos libros son en gran medida anecdóticos y están escritos por padres o “expertos” en crianza, en lugar de profesionales médicos (aunque Hogg fue enfermera antes de convertirse en niñera de las celebridades).

Megan Lavigne, madre y entrenadora certificada de Gentle Sleep, tuvo un bebé que casi no dormía desde el primer día. “Pasé incontables horas meciéndolo en su cuna, o rebotando con él en una bola de yoga para que se durmiera”, recuerda. El sueño de su hijo mejoró ligeramente entre los tres y los seis meses, pero luego, de repente, volvió a despertarse varias veces por la noche. Intentó esperar, pero a los nueve meses supo que tenía que hacer algo. Dentro de unas pocas noches de suave entrenamiento del sueño, todos en la familia estaban durmiendo mejor.

Lo que a Lavigne le gustó del enfoque de Sleep Lady es que “es suave, efectivo y lo suficientemente flexible como para permitir que los padres brinden más apoyo al niño cuando sea necesario”. Sin embargo, el lado negativo es que “puede llevar más tiempo que las técnicas más rígidas, debido a la naturaleza suave del método”.

Cuando el entrenamiento del sueño no funciona

Antes de decidir que el entrenamiento para dormir no funciona, asegúrate de que ha sido constante y le has dado suficiente tiempo para obtener resultados. “Ninguna de estas cosas funcionará la primera noche”, dice la Dra. Nash. “Al mismo tiempo, si después de una o dos semanas no estás viendo progreso, es hora de reconocer que esta no es la intervención correcta para tu hijo”.

Para Courtney Legatti, el entrenamiento del sueño no fue la panacea que esperaba. Ella y su esposo probaron el método con llanto cuando su hijo tenía alrededor de seis meses y su sueño mejoró, pero a los 17 meses todavía se despertaba al menos una vez por noche. “Simon lloró durante casi 2 horas la primera noche, alrededor de media hora la segunda noche y 11 minutos la tercera”, recuerda. Lloraba de vez en cuando toda la noche.

“Terminaba entrando y alimentándolo porque era muy persistente”, dice ella. “Aprendí que el método con llanto funcionaba cuando recién lo acostábamos, pero no si se despertaba en medio de la noche”. El reflujo de Simon puede haber sido el culpable, pero Legatti no está convencida de que esa sea la razón. “Honestamente, creo que algunos bebés simplemente duermen mal”, agrega.

Si el entrenamiento del sueño no funciona después de ser consistente por una o dos semanas, tómate un descanso. Vuelve a intentar el mismo método más tarde o un método diferente. También puedes consultar al pediatra o a un asesor de sueño profesional, que podría trabajar con tu familia para crear un plan adaptado a ti y a tu hijo (y, lo que es más importante, ayudarte a cumplirlo).

Otras preocupaciones como el reflujo o los problemas sensoriales pueden estar también en la raíz del problema. Y, lo más importante, aconseja la Dra. Nash, confía en tus instintos.

“De alguna manera recibimos este mensaje, tal vez de una sobrecarga de información, de que no sabemos qué hacer”, señala. “Yo diría que sabes mucho sobre qué hacer a continuación”.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es el mejor método de entrenamiento para el sueño?

Hay dos métodos básicos de entrenamiento para el sueño. Uno consiste en dejar que el bebé “llore”. Al cabo de unas cuantas noches, el bebé aprende a dormir a solas. En el “método sin llanto”, los padres reducen gradualmente el tiempo que sostienen al bebé cuando llora. Los padres deben empezar por el que les resulte más cómodo.

¿Cuál es el mejor método de entrenamiento para el sueño, dejarlo llorar o sostener al bebé cuando llora?

Los expertos recomiendan empezar con el método de entrenamiento para el sueño que les resulte más cómodo a ti y a tu bebé. Sigue con él durante unas semanas para que les des tiempo de funcionar. Si no funciona, tómate un descanso de un par de semanas. Luego vuelve a intentarlo o cambia a otro método.

¿Cuándo deberías empezar el entrenamiento para el sueño?

Lo normal es empezar a entrenar para dormir a los seis meses, pero es buena idea que el pediatra te dé el visto bueno para asegurarte de que el peso de tu bebé va por buen camino y recibe suficientes calorías durante el día.

La última revisión de este artículo se realizó el 5 de diciembre de 2024.