Darse cuenta a edad temprana y brindar apoyo a los niños antes de que estén en crisis puede retrasar la aparición de trastornos mentales y reducir el deterioro.
Clinical Experts: Dr. Tiziano Colibazzi , Dr. Christoph Correll
in EnglishLa psicosis es una condición en la que una persona pierde el contacto con la realidad. Si un adolescente tiene una psicosis, podría oír o ver cosas que no existen. La psicosis suele ser un síntoma de una enfermedad llamada esquizofrenia. Se manifiesta al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta.
Pero algunos adolescentes muestran signos tempranos que advierten del inicio de la psicosis. Si los médicos detectan estos signos tempranos, pueden retrasar el desarrollo de la enfermedad y reducir sus síntomas. Dado que los síntomas psicóticos causan problemas en todos los ámbitos, desde la escuela hasta las amistades y la familia, actuar con rapidez puede ayudar mucho a los adolescentes.
Las primeras señales de la psicosis se denominan síntomas “prodrómicos”. Incluyen cosas como no querer ver a sus amistades, sentir que las personas les quieren hacer daño, no ducharse, así como ver u oír cosas que no existen. Para un padre, este cambio en su adolescente probablemente será muy perceptible.
La buena noticia es que en las primeras etapas, la psicosis en adolescentes se puede tratar mediante cambios bastante sencillos en sus hábitos. Estos incluyen reducir el estrés, asegurarse de que tienen buenos hábitos de sueño y recibir tratamiento para otros problemas como la ansiedad.
Si te preocupa que tu adolescente pudiera tener estos síntomas, el primer paso es acudir con su médico habitual. Su médico deberá descartar el consumo de drogas, el cual también puede causar estos síntomas. Luego, enviarán al adolescente con un psiquiatra. Es difícil para los médicos saber qué adolescentes llegarán a desarrollar enfermedades psicóticas graves, no todos lo harán. Pero llevar a tu adolescente con un profesional que pueda monitorear sus síntomas puede que sea el paso más importante que un padre pueda dar.
Hay pocas condiciones psiquiátricas más atemorizantes o desafiantes para una familia que enfrentarse a la psicosis, un estado mental extremo en el que el pensamiento y las emociones alterados hacen que una persona pierda el contacto con la realidad. Esto podría significar oír o ver cosas que no están allí (alucinaciones) o creer en cosas que no son ciertas (delirios).
La enfermedad más comúnmente asociada con psicosis, la esquizofrenia, por lo general no se manifiesta sino hasta la adolescencia avanzada o principios de la edad adulta. Sin embargo, recientemente, los expertos en el campo han estado trabajando para identificar a niños de alto riesgo que muestran síntomas que podrían servir como signos de advertencia tempranos de psicosis, y se han establecido varios centros académicos para enfocarse en este período crucial en el que podría ser posible cambiar la trayectoria de la enfermedad mental.
No todos los niños identificados con lo que los expertos llaman síntomas “prodrómicos” desarrollarán una enfermedad psicótica propiamente. Pero se ha demostrado que la intervención temprana mejora los resultados para aquellos en quienes esto sí ocurre. Y dado que los síntomas psicóticos alteran la vida de un adolescente, desde la escuela hasta las amistades y la familia, los investigadores esperan que una acción rápida pueda prevenir el deterioro y prolongar el funcionamiento típico.
Más aún, algunos de los enfoques que muestran ser prometedores para retrasar la aparición de la psicosis o reducir sus síntomas incluyen cambios bastante sencillos en el estilo de vida, como reducir el estrés e incorporar una higiene del sueño y controlar trastornos coexistentes como la ansiedad. La clave: identificar de manera oportuna a los niños de alto riesgo, cuando estas medidas de bajo impacto todavía son efectivas.
Los síntomas prodrómicos son síntomas de psicosis “atenuados” o débiles. Además, “son una señal de advertencia”, dice el Dr. Christoph Correll, director médico del Recognition and Prevention Program en el Zucker Hillside Hospital en Queens, Nueva York, que se especializa en el diagnóstico y tratamiento de los síntomas tempranos de enfermedades mentales en adolescentes y jóvenes adultos. “Estas señales se pueden presentar en personas que no llegarán a desarrollar psicosis. Pero, si les damos seguimiento a estas personas que están en situación de riesgo según estas versiones más diluidas, un tercio de ellos probablemente desarrollarán psicosis. Eso es mucho más que en la población general”.
Los síntomas prodrómicos ocurren en un espectro que va desde muy, muy leve a severo, y pueden incluir:
En algunos casos, estos síntomas representan las etapas iniciales de un trastorno que a la larga terminará desarrollándose. En otros, los síntomas en realidad se desvanecen o permanecen a un nivel leve. El Dr. Tiziano Colibazzi es psiquiatra en Columbia Presbyterian’s COPE clinic, centro que se estableció para investigar y tratar los síntomas prodrómicos. “Podemos identificar un grupo de personas que tienen riesgo clínicamente alto”, dice el Dr. Colibazzi. “Lo que no podemos hacer es reducir aún más ese grupo para identificar al 30 por ciento que desarrollará [un trastorno]”.
El tratamiento adecuado para los síntomas prodrómicos depende completamente de cuán severos son al momento de ser diagnosticados. El primer paso es un diagnóstico adecuado y completo realizado por un profesional de la salud mental con experiencia en la evaluación de enfermedades psicóticas.
Si observas cambios notorios en la motivación, pensamiento y/o conducta de tu hijo, el primer lugar donde comenzar es con su pediatra para que descarte una enfermedad médica. También es necesario descartar el uso de drogas como la causa de cualquier cambio de conducta en adolescentes. Luego de eso, querrás que tu hijo sea evaluado por un psiquiatra o psicólogo calificado. Esto en sí podría ser un proceso de múltiples pasos.
“No se puede simplemente ver al niño una vez, saber un poco de su historia y luego identificar qué está pasando”, dice el Dr. Correll. “Los niños evolucionan, los síntomas evolucionan. Y la trayectoria (cómo cambian las cosas, mejoran o empeoran y qué otros síntomas se añaden) será altamente informativa para decirnos algo acerca del pronóstico, que es precisamente lo que esperamos que suceda”.
Algo que contribuye a pronosticar la evolución y severidad de los síntomas, observa el Dr. Colibazzi, es la capacidad del paciente de dudar acerca de sus síntomas. Si tu hijo mantiene la consciencia de sí mismo para saber que es su mente la que le está haciendo trucos, esto es una indicación de que los síntomas todavía están en etapas muy tempranas. A medida que los síntomas se vuelven más severos, las creencias del paciente (bien sean paranoides, de grandiosidad o alucinatorias) se vuelven cada vez más difíciles de refutar.
Se ha demostrado que los síntomas y las enfermedades psicóticas varían bastante dependiendo del ambiente: la salud de nuestros cuerpos, nuestras relaciones interpersonales, nuestra forma de pensar. Al igual que con cualquier enfermedad, pero especialmente importante en jóvenes en riesgo, es clave una vida saludable. Independientemente de la gravedad de los síntomas prodrómicos, el Dr. Correll dice que el resultado de tu hijo puede mejorar si nos aseguramos de que siga una rutina que incluya:
Además, no hay que olvidarse de abordar la depresión y la ansiedad. Según el Dr. Correll, “los adultos que a la larga desarrollaron esquizofrenia, identificaron un período de tres a cinco años durante el cual experimentaron depresión o ansiedad antes de desarrollar síntomas prodrómicos de psicosis, y luego desarrollaron una psicosis propiamente”. “Así que tratar de manera oportuna la depresión —dice— en realidad podría interrumpir la progresión desde la depresión hacia la psicosis en algunos pacientes”.
El Dr. Correll recomienda probar diversos enfoques. Los síntomas leves exigen tratamientos más suaves que incluyen:
Comprender los síntomas prodrómicos y monitorear a los niños que tienen un alto riesgo de enfermedad psicótica significa que los padres pueden hacer algo para ayudar a sus hijos, y no tener que resignarse a esperar a que los síntomas empeoren, o mantener viva la esperanza de que suceda lo mejor. La vigilancia e intervención tempranas pueden dar una ventaja a los niños de alto riesgo, que es lo que los investigadores esperan que eventualmente cambie las probabilidades en lo que se refiere a la enfermedad psicótica.
“La duración de la psicosis no tratada en realidad sí parece afectar el curso de la enfermedad”, dice el Dr. Colibazzi. Cuanto más tiempo permanezca sin ser tratada la enfermedad, mayor será la probabilidad de que ocasione alteración grave en todas las áreas de la vida del paciente. “Así que es razonable pensar que es útil hacer un seguimiento minucioso de alguien y tratarlo desde el principio, tan pronto como se produzcan los síntomas”.
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