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¿Cuál es el mejor tratamiento para la ansiedad infantil?

Formas efectivas de terapia y medicación.

Escrito por: Caroline Miller

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Los niños pueden tener muchos tipos de ansiedad diferentes, desde la ansiedad por separación hasta el TOC, pero las opciones de tratamiento son básicamente las mismas para todos ellos. El tratamiento más efectivo para cada niño depende de varios factores, entre ellos:

  • Qué tan severa es la ansiedad
  • Qué tan capaz es y qué tanta disposición tiene el niño para participar en la terapia.
  • Qué opciones disponibles (y viables) hay para la familia.

Para niños con ansiedad suave a moderada, la primera opción de tratamiento que recomienda la mayoría de los expertos es la terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés) en la que el niño aprende gradualmente a tolerar la ansiedad, en lugar de evitarla; con el tiempo, la ansiedad desaparece. La CBT no es un remedio instantáneo, pero los niños aprenden habilidades que podrán utilizar siempre que las necesiten.

En casos más severos, cuando los niños están en un estado de angustia aguda y la ansiedad les impide funcionar en su día a día —ir a la escuela, pasar tiempo con los amigos, participar en actividades— la recomendación es, por lo general, una combinación de CBT más algún fármaco. Los fármacos reducen la ansiedad del niño lo suficiente para que sea capaz de participar en la terapia, lo que le brindará una solución de más largo plazo.

El medicamento puede ser el tratamiento más efectivo cuando las familias no tienen acceso a la terapia o no pueden apoyar a los niños a lo largo del proceso, en el que los padres tienen que participar y puede tomar varios meses.

Aunque existen muchos tipos de ansiedad diferente, todos conllevan un miedo intenso, a veces paralizante, además de síntomas físicos como taquicardia, temblores y sudoración. Estos distintos tipos de tratamiento son maneras de reducir dichos síntomas.

Terapia de exposición para la ansiedad.

La forma de terapia más común (y más probada integralmente) para la ansiedad es un tipo de terapia cognitivo-conductual especializada que se conoce como exposición y prevención de respuesta (ERP). En ERP, a menudo llamada terapia de exposición, los niños son “expuestos”, poco a poco y en un entorno seguro, a las cosas que disparan su ansiedad, con el apoyo de un terapeuta. Se les enseñan habilidades para afrontar la incomodidad de la ansiedad sin necesidad de evitar aquello que la dispara.

Para empezar, el niño y el terapeuta hacen una lista de los disparadores del niño y los ordenan en una escala del 1 al 10. Luego, se le expone al miedo más leve posible. (Por ejemplo, si a un niño le aterran los perros, podrían mostrarle la foto de un perro o simplemente la palabra escrita “perro”). El terapeuta apoya al niño hasta que la ansiedad desaparezca. Los niños aprenden que, si pueden tolerar la incomodidad en vez de evitarla, la ansiedad disminuye.   

Conforme el niño comienza a tolerar la ansiedad que le produce cada disparador, y ésta desparece, estará listo para abordar otro disparador que esté más arriba en la lista. (Por ejemplo, ver a un perro a la distancia, y luego acercarse poco a poco hasta, finalmente, tocar al perro). En casa, los padres tienen la tarea de alentar al niño a tolerar las cosas que le provocan más ansiedad, en lugar de evitarlas, y expresarle su confianza en que él puede manejar la incomodidad hasta que desaparezca.

Por lo general, el tratamiento toma 12 sesiones, que pueden hacerse semanales o a diario, en un programa intensivo diseñado para tener resultados más rápidos.

Capacitación SPACE

En una terapia más reciente para niños con ansiedad, el terapeuta trabaja solo con los padres, no con el niño. Se llama Supportive Parenting for Anxious Childhood Emotions (SPACE).

La base de la terapia SPACE es el entendimiento de que los niños ansiosos crean una dependencia de las adaptaciones que tienen que hacer sus padres ante su ansiedad, para que los ayuden a evitar las cosas que les dan miedo. (Esto podría significar cruzarse la calle para evitar a un perro, o acompañar a un niño que tiene miedo de quedarse dormido solo) En este modelo, los padres aprender a reducir paulatinamente esas adaptaciones a los miedos del niño y a expresarles la confianza que tienen en su capacidad para gestionar los sentimientos incómodos. Conforme las adaptaciones que hacen los padres se retiran gradualmente, el niño aprende a tolerar la ansiedad, y la ansiedad termina por desaparecer. Los niños se vuelven cada vez mejores en lidiar con su ansiedad conforme lo practican, y con ello adquieren mayor confianza en que pueden manejarla sin necesidad de que sus padres los tengan que rescatar.

Los estudios demuestran que la terapia SPACE es tan efectiva como la terapia que se aplica directamente a los niños, y que es particularmente benéfica para los niños más pequeños, por quienes los padres tienden a hacer más adaptaciones. Pero si un niño además está deprimido, si tiene comportamientos de autolesión o suicidas, no se recomienda que los padres comiencen a reducir las adaptaciones hasta que la depresión esté atendida.

Medicación para la ansiedad

Hay diversos tipos de fármacos que pueden ayudar con los síntomas de la ansiedad y funcionan de distintas maneras. Algunos se toman diariamente, otros pueden tomarse de manera ocasional para reducir la ansiedad en situaciones estresantes específicas. Los nombres de los fármacos pueden ser confusos pues algunos se desarrollaron originalmente para el tratamiento de condiciones distintas y se descubrió después que también eran efectivos para la ansiedad.

La primera opción para medicar a niños con ansiedad son los antidepresivos ISRS (Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina). Los ISRS se desarrollaron para el tratamiento de la depresión, pero también han demostrado su efectividad en la reducción de síntomas de la ansiedad, con relativamente pocos efectos secundarios importantes. El efecto de los ISRS puede observarse de 2 a 4 semanas después de iniciar el tratamiento, y su efectividad mejora a lo largo de las primeras 8 a 12 semanas. 

Pero los ISRS no funcionan para todos los niños, así que tenemos otras alternativas. A continuación, los principales tipos de medicamentos que se utilizan para tratar la ansiedad:

Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)

Los ISRS, incluyendo medicamentos como Zoloft, Prozac y Paxil, son los que se prescriben con más frecuencia para la ansiedad. Funcionan a través de incrementar los niveles de serotonina, el químico regulador del estado de ánimo más importante en el cerebro.

Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN)

Los SNRI, como Effexor XR y Cymbalta, son otro tipo de antidepresivo que también se utiliza para tratar la ansiedad. Funcionan por medio del incremento de los niveles de dos neurotransmisores en el cerebro, la serotonina y la norepinefrina. Los SNRI se prescriben con menos frecuencia en el caso de la ansiedad infantil, pues tienen una tasa ligeramente mayo de efectos secundarios. También se tardan varias semanas en empezar a surtir efecto.

Benzodiazepinas

Estos medicamentos, como Ativan y Klonopin, se utilizan para el alivio de la ansiedad aguda, pero por lo general se recomiendan sólo para uso de corto plazo, debido al riesgo de generar dependencia. Las benzodiazepinas reducen los síntomas físicos de la ansiedad, como la taquicardia y la sudoración[MS1] . 

Antipsicóticos atípicos

Los medicamentos como Abilify, Risperdal y Seroqual, que se desarrollaron originalmente para reducir los síntomas de la psicosis, también pueden ayudar con la ansiedad intensa y persistente, así como con los pensamientos obsesivos que suelen tener los niños con TOC- A veces, se acompañan con un antidepresivo. Pero deben utilizarse con precaución, pues pueden tener efectos secundarios importantes, como subir de peso o cambios hormonales y metabólicos que pueden ser dañinos.

Ansiolíticos atípicos

Buspirone, a menudo conocido como BuSpar, funciona activando cierto tipo de receptores en el cerebro, para afectar el balance de los neurotransmisores. Buspirone no es tan efectivo para controlar la ansiedad como las benzodiazepinas, pero tiene ligeramente menos efectos secundarios, y baja el potencial de la dependencia o el abuso.

Agonistas alfa

Los medicamentos llamados agonistas alfa, clonidina y guanafacina, se desarrollaron originalmente para tratar la presión arterial elevada en adultos. Pero se descubrió que también reducen síntomas de ansiedad al actuar sobre el sistema nervioso simpático, que regula la respuesta corporal de lucha o huye. La clonidina se encuentra, en su forma comercial, como Catapres y Kapway, y la guanafacina como Tenex e Intuniv.

Antihistamínicos

Los fármacos como el Benadryl se utilizan principalmente para reducir las reacciones alérgicas al bloquear los receptores de químicos llamados histaminas, en el sistema nervioso central. Pero también se bloquean algunos receptores de serotonina, lo que aumenta los niveles de serotonina y crea un efecto sedativo. Algunos profesionales clínicos los recomiendan para reducir la ansiedad en los niños, durante periodos de tiempo cortos.

La última revisión de este artículo se realizó el 15 de julio de 2024.