¿Cuál es el mejor tratamiento para la ansiedad infantil?
Formas efectivas de terapia y medicación.
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Qué factores hay que considerar al elegir el tratamiento para un niño con ansiedad?
- ¿Qué tipos de terapia existen para tratar la ansiedad infantil?
- ¿Cuáles son los tipos de medicamentos que se usan en el tratamiento de la ansiedad infantil?
Los niños pueden experimentar muchos tipos de ansiedad diferentes, desde la ansiedad por separación hasta TOC, pero las opciones de tratamiento son básicamente las mismas en todos los casos. El tratamiento más efectivo para cada niño en particular dependerá de varios factores que incluyen:
- Qué tan severa es la ansiedad.
- Qué tanta disposición y capacidad tiene el niño para participar en la terapia.
- Qué opciones hay disponibles (y son viables) para la familia.
Para niños con ansiedad desde leve a moderada, la primera opción de tratamiento que recomiendan la mayoría de los expertos es la terapia cognitivo-conductual (TCC). En la TCC el niño aprende poco a poco a tolerar su ansiedad, en lugar de evitarla, y con el tiempo la ansiedad desaparece. Este tipo de terapia no es una solución instantánea, pero los niños aprenden habilidades que podrán utilizar siempre que las necesiten.
En casos más severos, cuando los niños están en un estado de angustia aguda y la ansiedad les impide funcionar en su día a día (ir a la escuela, pasar tiempo con los amigos, participar en actividades) la recomendación suele ser una combinación de TCC y medicación. Los medicamentos reducen la ansiedad del niño lo suficiente como para que pueda participar en la terapia, la cual le brinda una solución de más largo plazo.
La medicación por sí sola podría ser el tratamiento más efectivo cuando las familias no tienen acceso a terapia o no pueden apoyar a los niños a lo largo del proceso, el cual implica un rol activo de los padres y que además se podría prolongar durante varios meses.
Aunque existen muchos tipos de ansiedad diferentes, todos implican un temor intenso, a veces paralizante, además de síntomas físicos como taquicardia, temblores y sudoración. Estos distintos tipos de tratamientos son formas de reducir dichos síntomas.
Terapia de exposición para la ansiedad
La forma de terapia para la ansiedad más común (y más probada de forma rigurosa) es un tipo especializado de terapia cognitivo-conductual que se conoce como exposición y prevención de respuesta (ERP, por sus siglas en inglés). En la ERP, a menudo llamada terapia de exposición, los niños son “expuestos” (de forma gradual, en un entorno seguro y con el apoyo de un terapeuta) a las cosas que desencadenan su ansiedad. Se les enseñan habilidades para lidiar con la incomodidad que les produce la ansiedad sin que necesiten evitar aquello que la provoca.
Para empezar, el niño y el terapeuta hacen una lista de los factores desencadenantes de la ansiedad y los ordenan en una escala del 1 al 10. Luego, se expone al niño a sus temores en su forma más leve posible. (Por ejemplo, si a un niño le aterran los perros, podría ser que le muestren la foto de un perro o simplemente la palabra escrita “perro”). El terapeuta apoya al niño hasta que la ansiedad desaparezca. Los niños aprenden que la ansiedad disminuye cuando aprenden a tolerar la incomodidad en lugar de evitarla.
A medida que el niño empieza a tolerar la ansiedad que le produce cada factor desencadenante, y su ansiedad desaparece, está listo para abordar otro desencadenante que esté más arriba en su lista. (Esto podría incluir ver a un perro a la distancia, y luego acercarse poco a poco hasta, finalmente, tocar al perro). En casa, los padres tienen la tarea de alentar al niño a tolerar las cosas que le provocan más ansiedad, en lugar de evitarlas, y expresarle su confianza en que podrá manejar la incomodidad hasta que se desvanezca.
Por lo general, el tratamiento dura 12 sesiones, que se pueden tomar una vez a la semana o a diario, en un programa intensivo diseñado para tener resultados con mayor rapidez.
Capacitación SPACE
En una terapia más reciente para niños con ansiedad, el terapeuta trabaja únicamente con los padres, no con el niño. Se llama Supportive Parenting for Anxious Childhood Emotions (SPACE).
La idea que sustenta SPACE es que los niños con ansiedad dependen de las cosas que hacen sus padres para adaptarse a su ansiedad y evitar aquello que los atemoriza. (Esto podría significar cruzar la calle para evitar a un perro o acompañar a un niño que teme quedarse dormido solo). Los padres aprenden a reducir paulatinamente esas adaptaciones y a expresarles a sus hijos que confían en su capacidad de manejar los sentimientos incómodos. A medida que los padres van retirando las adaptaciones, el niño aprende a tolerar la ansiedad, y esta termina por desaparecer. Cuanto más practican los niños, mejor logran lidiar con su ansiedad, y con ello adquieren mayor confianza en que pueden manejarla sin necesidad de que sus padres acudan en su rescate.
Estudios han demostrado que la terapia SPACE es tan efectiva como la terapia directa con los niños, y que es particularmente efectiva con los niños más pequeños, con quienes los padres tienden a hacer más adaptaciones. Sin embargo, si el niño además tiene depresión, muestra comportamientos de autolesión o suicidas, no se recomienda que los padres comiencen a reducir las adaptaciones sino hasta que la depresión haya sido atendida.
Medicación para la ansiedad
Hay diversos tipos de medicamentos que pueden ayudar con los síntomas de la ansiedad y funcionan de distintas maneras. Algunos se toman todos los días, otros pueden tomarse de manera ocasional para reducir la ansiedad en situaciones estresantes específicas. A veces, los nombres de los medicamentos pueden ser confusos debido a que originalmente fueron desarrollados para tratar una condición diferente y después se descubrió que también eran efectivos para la ansiedad.
La primera opción de medicamentos para niños con ansiedad son los antidepresivos ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina). Los ISRS se desarrollaron para el tratamiento de la depresión, pero también han demostrado su efectividad en la reducción de síntomas de la ansiedad, con relativamente pocos efectos secundarios importantes. El efecto de los ISRS puede observarse después de 2 a 4 semanas de haber iniciado el tratamiento, y su efectividad mejora a lo largo de las primeras 8 a 12 semanas.
Pero los ISRS no funcionan para todos los niños, por lo que se necesita recurrir a alternativas. Estos son los principales tipos de medicamentos que se utilizan para tratar la ansiedad:
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
Los ISRS, incluyendo medicamentos como Zoloft, Prozac y Paxil, son los que se prescriben con más frecuencia para la ansiedad. Funcionan a través de incrementar los niveles de serotonina, el químico regulador del estado de ánimo más importante en el cerebro.
Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN)
Los IRSN, como Effexor XR y Cymbalta, son otro tipo de antidepresivo que también se utiliza para tratar la ansiedad. Funcionan al aumentar los niveles de dos neurotransmisores en el cerebro: la serotonina y la norepinefrina. Los IRSN se prescriben con menos frecuencia en el caso de la ansiedad infantil, pues tienen una tasa ligeramente mayor de efectos secundarios. Además, tardan varias semanas en empezar a tener efecto.
Benzodiazepinas
Estos medicamentos, como Ativan y Klonopin, se utilizan para el alivio de la ansiedad aguda, pero por lo general se recomiendan sólo para uso de corto plazo, debido al riesgo de generar dependencia. Las benzodiazepinas reducen los síntomas físicos de la ansiedad, como la taquicardia y la sudoración.
Antipsicóticos atípicos
Los medicamentos como Abilify, Risperdal y Seroqual, que se desarrollaron originalmente para reducir los síntomas de la psicosis, también pueden ayudar con la ansiedad intensa y persistente, así como con los pensamientos obsesivos que suelen tener los niños con TOC. A veces, se acompañan con un antidepresivo. Pero deben utilizarse con precaución, pues pueden tener efectos secundarios importantes, como subir de peso o cambios hormonales y metabólicos que pueden ser dañinos.
Ansiolíticos atípicos
Buspirone, a menudo conocido como BuSpar, funciona al activar un tipo específico de receptores en el cerebro que afectan el equilibrio de los neurotransmisores. Buspirone no es tan efectivo para controlar la ansiedad como las benzodiazepinas, pero tiene ligeramente menos efectos secundarios, así como un potencial menor de dependencia o abuso.
Agonistas alfa
Los medicamentos llamados agonistas alfa, clonidina y guanafacina, se desarrollaron originalmente para tratar la presión arterial elevada en adultos. Pero se descubrió que también reducen síntomas de ansiedad al actuar sobre el sistema nervioso simpático, que regula la respuesta corporal de lucha o huida. La clonidina se encuentra, en su forma comercial como Catapres y Kapway, y la guanafacina como Tenex e Intuniv.
Antihistamínicos
Medicamentos como Benadryl se utilizan principalmente para reducir las reacciones alérgicas, al bloquear los receptores de químicos llamados histaminas en el sistema nervioso central. Pero también bloquean algunos receptores de serotonina, lo que incrementa los niveles de serotonina y crea un efecto sedante. Algunos profesionales clínicos los recomiendan para reducir la ansiedad en niños durante periodos breves de tiempo.