Si tu hijo no quiere dormir, empieza por establecer buenos hábitos de sueño mediante una rutina regular a la hora de acostarse. Si tu hijo lleva tiempo acostándose a las 11 de la noche, no es probable que mañana empiece a acostarse a las 7 de la tarde. La nueva rutina para ir a la cama se debe establecer de forma gradual.
Preguntas a expertos
Nuestro hijo nunca quiere irse a dormir y nos está poniendo a todos de mal humor. ¡Necesitamos AYUDA!
Clinical Expert: Kenneth Schuster, PsyD
in EnglishNuestras vidas se han vuelto miserables porque todos aborrecemos el momento de ir a dormir. Nuestro hijo no quiere bañarse, luego no quiere salir del baño, luego quiere algo de comer, después no quiere lavarse los dientes, luego quiere jugar y después quiere más cuentos, luego no se calma y está todo hiperactivo. Al final, si se duerme antes de las 10 de la noche, lo consideramos un éxito. Pero normalmente la hora en la que se acuesta es entre las 10:45 y las 11:30 de la noche. Todos estamos cansados y nos enojamos mucho con él, luego nos sentimos culpables y tristes por habernos enojado con él. Este ciclo nos está enloqueciendo. Es horrible esta situación, no disfrutamos ser padres, nos sentimos enojados con él por producir todos estos malos sentimientos. Y estos malos sentimientos han empezado a colarse incluso durante el días. Se porta mal y no sigue ninguna instrucción y gritamos, etc. ¡Necesitamos AYUDA!
En primer lugar, respiren profundo: no están solos. Muchos padres y niños tienen problemas cuando llega el momento de ir a dormir y, aunque la hora de acostarse no tiene por qué ser una experiencia miserable, hay pocas palabras que puedan describirla con exactitud cuando la noche empieza con problemas. Su hijo parece estar demasiado cansado y los niños demasiado cansados tienen muchos problemas para quedarse dormidos. Si no duermen lo suficiente, es más probable que estén cansado durante el día, y los niños cansados también tienen problemas para seguir instrucciones, prestar atención y portarse bien. A partir de ahí, el ciclo continúa.
Para empezar, hay que romper el ciclo y establecer una buena rutina de sueño. Dicho esto, si su hijo lleva un tiempo acostándose entre las 10:00 y las 11:00 de la noche, es poco probable que mañana empiece a irse a dormir a las 7:00 de la tarde, independientemente de lo que hagan. Para introducir una nueva rutina para dormir es necesario hacerlo de manera gradual.
Tener una rutina predecible y consistente es una herramienta poderosa para contrarrestar las batallas de la hora de dormir. En realidad, las rutinas no empiezan a la hora de acostarse, sino que pueden comenzar tan pronto como su hijo llegue a casa de la escuela, con una cierta cantidad de juegos y una hora determinada para hacer los deberes. Para jugar después de la escuela, planifiquen ir a un parque o a una zona de juegos, porque el ejercicio ayuda a que los niños tengan sueño por las tardes.
Otro buen punto de partida es la hora de la cena. Después de cenar, asignen un tiempo para que su hijo juegue tranquilamente (evitando los dispositivos electrónicos), se lave los dientes, se bañe, se ponga pijama, lea un cuento tranquilo y apague las luces. Ofrézcanle a su hijo la oportunidad de tomar decisiones en cada uno de estos puntos de la rutina. Los niños tienden a cooperar más con la rutina de acostarse cuando tienen la oportunidad de tomar decisiones. Estos son algunos ejemplos:
- Meterse a bañar o solo ponerse pijama e ir directamente a la cama.
- Meterse a la bañera mientras se está llenando (para jugar con el agua que está saliendo) o esperar hasta que se llene por completo.
- Salir de la bañera enseguida o quedarse dentro de ella mientras se vacía.
- Lavarse los dientes antes o después del baño.
- Dar dos opciones de pijamas para usar.
Es importante que sepan de antemano que habrá resistencia. Tengan un plan para ello y permanezcan lo más tranquilos posibles, ya que las voces elevadas suelen elevar la energía. Estos son otros consejos:
- Saquen los juegos que puedan ser estimulantes y los aparatos electrónicos de la habitación en la que duerme su hijo.
- Sean consistentes y mantengan la misma rutina los fines de semana y durante las vacaciones.
- Utilicen luces más tenues cuando se acerque la hora de acostarse.
Todos los integrantes de la familia pueden dar el ejemplo a la hora de apagar las luces.
También pueden consultar al pediatra de su hijo sobre esta situación, para descartar cualquier motivo médico de los problemas de sueño de su hijo. Si las luchas persisten, deberían consultar a un terapeuta cognitivo-conductual que los ayude a establecer una rutina, hablar con mayor eficacia y determinar si hay otras razones que expliquen los problemas para dormir de su hijo.
Preguntas frecuentes
Si un niño no quiere irse a la cama, establece una rutina predecible y consistente. Las rutinas pueden empezar tan pronto como tu hijo llega a casa de la escuela, con una cierta cantidad de juego y una hora fija para hacer las tareas.
Los padres deberían establecer una rutina predecible y consistente para los niños pequeños que no se quieren ir a dormir. Empieza con una hora fija para la cena. Después de cenar, dedica tiempo para que tu hijo pueda jugar tranquilamente (evita los dispositivos electrónicos). Luego podría lavarse los dientes, bañarse, ponerse pijama, leer un cuento tranquilo y apagar las luces.