Un niño con trastorno de tics motores o vocales persistente (o crónico) tiene tics que no puede controlar. Los tics son movimientos o sonidos repentinos que se producen de manera rápida y repetida. Si los tics de un niño son únicamente movimientos, se le diagnostica un trastorno de tic motor crónico. Si los tics son únicamente de sonidos, al niño se le diagnostica un trastorno de tic vocal crónico. Si los tics del niño son tanto de movimientos como de sonidos, se le diagnostica un trastorno de la Tourette.
Un número muy pequeño de niños tienen un tic vocal que los hace decir groserías o cosas inapropiadas. Esto se llama coprolalia o cacolalia.
Los tics son el síntoma principal del trastorno de tics motores o vocales persistente. Los tics son los movimientos o sonidos que el niño no puede controlar.
Los tics motores más comunes son:
Los tics vocales comunes incluyen:
Algunos niños refieren sentir incomodidad antes de un tic. A esto se le llama “impulso premonitorio”. Esos niños suelen sentirse mejor justo después del tic.
Para que un trastorno de tics motores o vocales persistente sea diagnosticado, el niño debe tener por lo menos un tic durante mínimo un año, y estos deben presentarse antes de los 18 años. Los tics deben ser movimientos o sonidos, pero no ambos.
Algunos niños tienen más de un tic al mismo tiempo. Algunos niños tienen tics que se producen durante diferentes periodos de tiempo.
Los niños son más propensos que las niñas a tener tics. Los niños tienen más tics cuando sienten emoción, demasiada excitación o cansancio.
El trastorno crónico de tics motores o vocales puede tratarse con terapia conductual y medicación.
Terapia
La terapia conductual más común para los trastornos de tics es una forma de terapia cognitivo-conductual o TCC llamada “terapia de reversión de hábitos”. Consiste en:
Medicamentos
Hay varios medicamentos que el médico puede recetar para ayudar a controlar los síntomas de los trastornos de tics. Los medicamentos neurolépticos son los más comunes. Los niños que toman medicamentos para los trastornos de tics deben ser supervisados por un profesional médico experimentado.
Es común que los niños con trastorno de tics experimenten otros trastornos de salud mental. Estos trastornos pueden incluir el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH, el trastorno obsesivo-compulsivo o TOC, la ansiedad y la depresión.
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