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Qué hacer si crees que tu adolescente está deprimido

Empieza por escuchar sin juicios ni tratar de “arreglar” a tus hijos.

Escrito por: Stephanie Dowd, PsyD

Experto clínico: Dra. Natalie Weder

in English

Cuando los niños son pequeños, los padres están acostumbrados a abalanzarse e ir en su rescate cuando necesitan ayuda. A medida que tus hijos crecen y sus problemas se vuelven más complejos, tienes que hacer la transición hacia un rol más de apoyo, y eso puede ser difícil. Esto es especialmente cierto con los adolescentes que están luchando contra la depresión. Necesitan ayuda para mejorar, pero primero tienen que querer esa ayuda.

Señales de que tu hijo o hija están deprimidos:

  • ¿Ha estado triste o irritable la mayor parte del día, la mayoría de los días de una semana durante al menos dos semanas?
  • ¿Ha perdido interés en las cosas que solía disfrutar?
  • ¿Ha cambiado rutinas de comer o dormir?
  • ¿Tiene muy poca energía, muy poca motivación para hacer cualquier cosa?
  • ¿Se siente inútil, sin esperanza del futuro, o culpable de cosas que no son su culpa?
  • ¿Ha bajado sus calificaciones o le resulta difícil concentrarse?
  • ¿Ha tenido pensamientos suicidas? Si es así, es fundamental acudir de inmediato con un profesional de la salud mental para obtener una evaluación. Si los pensamientos son muy graves y la amenaza es inminente acude a emergencias.

Si tu adolescente muestra varias de estas señales es posible que tenga depresión y necesite atención profesional. Aunque no puedes hacer que tus hijos quieran mejorar, hay algunas cosas que como madre o padre puedes hacer. Y comienza con simplemente estar para ellos.

Demuéstrales tu apoyo

Una de las cosas más importantes que puedes hacer por tu adolescente es trabajar en fortalecer su relación. Trata de mostrarle empatía y comprensión poniéndote en sus zapatos. Es posible que te frustre ver a tu hijo o hija sin ánimo e irritable la mayor parte del tiempo, y que además parezca no estar esforzándose por ayudarse. Pero si no hay mucho en su vida que le cause felicidad, o si le ha pasado algo intensamente decepcionante, es comprensible que quiera evitar las cosas que solía disfrutar y retirarse a su habitación. La depresión hace que incluso las cosas más pequeñas sean más difíciles.

Trata de validar sus emociones sin enfocarte en su comportamiento poco saludable. Por ejemplo, podrías decir: “Parece que has estado muy decaída últimamente. ¿Es así?”. Deja claro que tu intención es entender qué le preocupa sin tratar de resolver el problema.

Muéstrale tu interés con sensibilidad. Hazle preguntas sobre su estado de ánimo de forma sutil, sin dejar que se desborden tus emociones. Incluso los padres con las mejores intenciones, a menudo no se dan cuenta de que su preocupación puede sonar como una crítica en lugar de una expresión de amor. No juzgues ni trates de resolver sus problemas, incluso si no estás de acuerdo con su punto de vista. Escuchar cómo tus hijos hablan de sus problemas podría parecer como si estuvieras reforzando lo negativo, pero en realidad les estás diciendo que los escuchas, los ves y que estás tratando de entender, no de arreglarlos. A nadie le gusta que intenten arreglarlos. Escucharlos sin juicios facilitará que te vean como su aliado y como alguien a quien pueden recurrir cuando estén preparados para hablar.

Trata también de darles opciones de cosas que pueden hacer sin criticarlos. En vez de decir, “mi amor, realmente deberías levantarte y hacer algo. ¿Qué tal si llamas a un antiguo amigo?”, podrías decir: “Tengo que ir al centro comercial. Avísame si quieres venir conmigo y tal vez podríamos almorzar juntos”.

A algunos padres esto les podría parecer demasiado pasivo, como si no estuvieran haciendo lo suficiente. Pero estar allí para tus hijos y mostrarles aceptación es exactamente lo que necesitan de ti en ese momento. En realidad, es una forma muy activa de fortalecer su relación.

Destaca lo positivo

También asegúrate de reconocer las cosas positivas que hace tu adolescente. Ir a la escuela, mantener un trabajo de tiempo parcial, lavar los platos o recoger a su hermano de la práctica de fútbol. Todas estas son cosas buenas que podría estar haciendo tu adolescente, y es importante reconocerlas en lugar de pensar: “Esto es lo que debería estar haciendo”. A todos nos gusta ser apreciados y reconocidos por hacer un buen trabajo, incluso cuando hacemos lo que se espera de nosotros.

Pregúntate: ¿Cuántas cosas positivas le has dicho hoy? ¿Cuántas cosas negativas has dicho? ¿Cuántas veces has resaltado sus problemas o has intentado solucionarlos? Lo positivo debería superar lo negativo. Hazle saber a tu adolescente que sientes orgullo por él o ella. Si ves que se cuida, hace su tarea, está interactuando con la familia o hace otras cosas que requieren esfuerzo, dile que lo está haciendo muy bien. Probablemente apreciará que te hayas dado cuenta.

Del mismo modo, no necesitas mencionar, por ejemplo, que te decepciona que no esté saliendo tan a menudo con sus amigos o que ya no muestre el mismo interés que tenía en tocar la guitarra. Lo más probable es que ellos también se sientan decepcionados, y no necesitan que les recuerdes lo que no va bien en su vida. Ellos no se quieren sentir así. Si pudieran sentirse mejor en un abrir y cerrar de ojos, lo harían.

Ayudar a que los niños con depresión reciban tratamiento

Algunos adolescentes querrán ir a terapia cuando les preguntes, y otros no. Para aquellos que se resisten, sé consciente de que no se van a abrir de repente a la idea de la terapia (o a ti), pero puedes contribuir a guiarlos hacia el tratamiento, al abrirles la puerta y luego esperar pacientemente a que quieran tomar ese camino.

Prueba decir: “Sé que la estás pasando mal y tengo algunas ideas de cosas que podrían ayudar. Si quieres hablar conmigo sobre esas ideas, dime. Estoy aquí para lo que necesites”. También es buena idea preguntarle si tiene alguna sugerencia sobre cómo tú podrías ayudar. Puede que te sorprendas con lo que te diga.

Ten en cuenta que tu adolescente te podría decir que te vayas. Está bien, es su forma (aunque un poco irritable) de decirte que necesita espacio. Es normal que los adolescentes quieran independencia y es importante que tú respetes eso. Podrías responder: “Te daré más espacio, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti si alguna vez quieres hablar o escuchar mis sugerencias”.

Prepárate en caso de que acuda a ti en busca de ayuda. Haz tu investigación. Encuentra dos o tres terapeutas a los que tu adolescente podría acudir, y dile que puede elegir a quien le acomode mejor y que crea que será de más ayuda. Encontrar un terapeuta que encaje bien es extremadamente importante y hacer que la elección sea de ellos los ayudará a apropiarse de su tratamiento, lo cual es muy importante para los adolescentes, y prepara el terreno para una terapia eficaz.

También es importante saber que hay diferentes tipos de terapia que pueden ser útiles para tu adolescente, incluyendo algunas terapias de comportamiento bien estudiadas. Se ha demostrado que la terapia interpersonal, la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia dialéctico-conductual (DBT, por sus siglas en inglés) son útiles para los adolescentes con depresión. Asegúrate de que tu hijo o hija hayan tenido una evaluación exhaustiva que incluya recomendaciones de tratamiento que te sirvan de guía.

Muchos adolescentes con depresión se benefician del uso de medicamentos, como un antidepresivo. Aunque la terapia por sí sola puede ser eficaz para la depresión desde leve a moderada, los mejores resultados se obtienen generalmente con una combinación de medicamentos y terapia. Si se estás considerando los medicamentos, se recomienda encarecidamente que hagas una cita con un psiquiatra de niños y adolescentes certificado por el consejo (en lugar de un médico general).

Por qué el tratamiento de la depresión podría no estar funcionando

Si tu adolescente ya está en tratamiento pero no le está funcionando, pregúntale por qué piensa que es así. ¿Qué no es útil o qué no le gusta de la terapia? ¿Hay cosas sobre la terapia que le gustan? Tal vez ustedes podrían trabajar juntos para encontrar un terapeuta que haga más de las cosas que le gustan. Si consideras cambiar de terapeuta, es importante que lo discutas antes con quien esté brindando la terapia en este momento. Muchas veces, se puede mejorar la terapia y/o la relación terapéutica.

Ten en cuenta que generalmente la terapia no es eficaz si la persona no se compromete con el tratamiento, o si lo está haciendo sólo para agradar a otra persona. Es necesario que tu adolescente sea quien tiene la motivación de mejorar. Desafortunadamente, a veces es necesario que las personas se sientan aún peor antes de que quieran ayuda. Pero la buena noticia es que si sientas las bases en este momento, al fortalecer el vínculo entre ustedes, será más probable que tu adolescente acuda a ti por apoyo cuando finalmente sienta que lo necesita.

Cuida de ti

Por último, es importante asegurarte de que estás cuidando de ti. Ser mamá o papá de alguien que está luchando contra la depresión puede ser emocional y físicamente agotador. Recuerda que hay personas que te pueden ayudar y obtén el apoyo que necesitas. Asegúrate de dedicar tiempo a hacer cosas que disfrutas y salir con amigos. La frase: mamá (o papá) feliz = bebé feliz (léase: adolescente) ¡sigue aplicando!

La última revisión de este artículo se realizó el 5 de diciembre de 2024.