Cómo controlar su propia ansiedad durante la reapertura de la escuela
Con tantas decisiones difíciles de tomar, le ofrecemos estrategias para ayudarlo a mantener la calma.
Experto clínico: Janine Domingues, PhD
in EnglishA medida que las escuelas reabren en todo el país en una mezcla de educación remota, presencial o híbrida, cada familia se enfrenta a nuevas y difíciles decisiones. ¿Confía en que los planes de la escuela presenciales son lo suficientemente efectivos para mantener a los niños seguros? ¿Es más prudente mantener a su hijo en casa? Y después de un período tan largo, ¿le resulta viable apoyar nuevamente el aprendizaje a distancia este otoño?
Tomar estas decisiones es estresante y cada familia tendrá que hacer sus propios cálculos. Puede ser que mientras una familia necesite tener a sus hijos en la escuela, por lo menos en el modelo híbrido, otra familia sienta que es imperativo mantener a los niños en casa.
Los niños tienen dificultades para volver a la escuela en estas circunstancias, informa Rachel Busman, PsyD, “pero creo que los adultos tienen muchas más dificultades”. Incluso los padres que pudieron controlar la ansiedad anteriormente, ahora están encontrando cada vez más difícil, señala la Dra. Busman, directora del Anxiety Disorders Center del Child Mind Institute. Y mientras que atravesamos un momento en el que hay alegres publicaciones en las redes sociales en las que parece que todos los demás pasaron el verano adoptando cachorros o haciendo composta en el patio trasero, algunos padres se sienten reacios a pedir ayuda.
“Hay un mito que dice que cuando todo el mundo está pasando por un momento difícil, tu estrés no cuenta –dice la Dra. Busman. –Pero eso no es verdad”.
Pensar en cómo manejar la ansiedad y tolerar la incertidumbre son habilidades importantes para todos, pero para los padres son aún más esenciales. Entre otras cosas, la ansiedad suele hacer que perdamos la calma con más frecuencia. Y con nuestros hijos cerca de nosotros las 24 horas del día, los 7 días de la semana, ellos están observando y a menudo imitando cada uno de nuestros movimientos.
No existe una solución única para la ansiedad, pero hay algunas estrategias generales que puede personalizar para manejar sus desafíos específicos.
Enfóquese en lo que usted pueda controlar
“La incertidumbre es muy incómoda”, dice la Dra. Busman. Dice que el impulso de tratar de forzar las cosas para estar más seguros es fuerte, pero en esta situación, cuando nadie sabe cómo se desarrollará la pandemia durante el otoño y el invierno, es un desperdicio de energía. “Es muy agotador y, al final, usted no va a ganar”.
En su lugar, la Dra. Busman sugiere que practique la aceptación. “La ansiedad sobre lo que pasará con la escuela es tan alta que debemos tratar de establecer un marco en el que la flexibilidad sea lo nuevo. La situación probablemente va a cambiar. Los niños pueden ir y venir entre formas de aprendizaje a distancia y presenciales. Pero todos estamos haciendo lo mejor que podemos”.
Asimismo, la Dra. Busman sugiere evitar el pensamiento catastrófico imaginándonos los peores escenarios. Tomar un enfoque muy racional, dice, puede ser de gran ayuda cuando nos sentimos impotentes ante la ansiedad.
En tiempos de estrés extremo, las personas que tienen un apoyo social sólido tienen menos probabilidades de sentirse traumatizadas y agobiadas. Así que si usted se desconectó de su círculo social, es hora de reconectarse. No es necesario recrear la vida social completa que teníamos antes de la pandemia, sólo hay que seleccionar algunas personas. Acérquese a amigos cercanos que lo escuchen y lo apoyen (virtualmente o de manera presencial, pero con cautela), así como a personas que puedan hacerlo reír y apartar la mente de la angustia que hay en estos momentos en su vida.
“Cuando miramos los resultados a largo plazo, sabemos que las personas que mejor se desempeñan son las que se sienten apoyadas y conectadas con los demás –explica la Dra. Busman. –Así que mientras usted está tratando de sobrellevarlo todo, haga todo lo posible por conectarse con los demás”.
Haga un plan para mantenerse en contacto con la gente que disfruta, pero sea realista. Si la idea de otra llamada familiar por Zoom le resulta demasiado agobiante, o si simplemente no se siente a la altura del club de lectura virtual al que se inscribió, no pasa nada. En lugar de eso, intente mantener unas cuantas charlas con amigos, familiares o colegas que le ayuden a relajarse, incluso a reírse, después de un día agotador o especialmente estresante.
Sea transparente en cuanto a sus reglas básicas
Si quiere que su familia esté más expuesta socialmente, pero le preocupa reunirse en persona porque la otra familia puede no tener la misma opinión sobre el distanciamiento social o el cubrebocas, la mejor manera de superar la ansiedad es cambiar de tema de conversación.
“No suponga que sabe lo que la otra persona está pensando”, recomienda la Dra. Janine Domingues, psicóloga clínica del Child Mind Institute. “En lugar de eso, suelte esa idea y abra la conversación”.
La doctora aconseja que seamos claros y concisos, diciendo algo como: “Realmente queremos verte y esto es lo que estamos pensando. ¿Y tú qué piensas?”.
Practique el establecimiento de límites, incluso cuando se sienta incómodo. Por ejemplo, si los amigos no tienen el mismo nivel de precaución, explíqueles que no podrá verlos hasta que se sienta seguro de que no hay riesgo de infección. Del mismo modo, si alguien se le acerca demasiado estando en la calle, es totalmente apropiado pedirle amablemente que se aparte. Considérelo una nueva norma social.
Tome descansos cuando los necesite
La ansiedad no tratada puede hacer que se sienta irritable y abrumado. Si su hijo lo bombardea con preguntas en medio de una tarea importante o al final de un largo día, es posible que de repente se encuentre hablando de forma brusca.
Para esto, puede ser de ayuda detenerse un poco y respirar antes de responder.
“Dígale a su hijo que usted necesita unos minutos, que vaya a su dormitorio”, aconseja la Dra. Busman. Sugiere usar técnicas de conciencia plena, como la respiración profunda, para ayudarse a conseguir la calma.
“Respire profundamente cinco veces y luego considere la causa de su estrés –recomienda. –¿Se siente realmente agobiado por esas preguntas o está demasiado ocupado o agotado para manejar las solicitudes de atención de su hijo? Pregúntese si hay algo que pueda hacer ahora mismo. ¿La ansiedad está controlada o fuera de control? ¿Tiene la capacidad de ayudar a su hijo en este momento? Tal vez necesite terminar su trabajo o cenar primero”.
Explique que está abrumado (o utilice las palabras “siento grandes emociones” en el caso de los niños más pequeños) y que necesita respirar profundamente, complete su trabajo o relájese antes de poder ayudarlos. Asegúrese de que ellos entienden que no es culpa suya. No sólo se sentirán menos estresados, sino que también estarán creando un modelo de cómo manejar la ansiedad y transmitir sus sentimientos a los demás.
Si le gritó a sus hijos, no se preocupe, le pasa a todo el mundo. En vez de eso puede dar un ejemplo de cómo reparar el problema. Dígale a su hijo cómo se sentía, y cuéntele lo que piensa que debería haber hecho en su lugar, como respirar profundamente, y haga hincapié en que lo siente.
No dude en buscar ayuda
“Aunque este sea un momento muy estresante para la mayoría de las personas, no significa que usted no necesite ayuda si está teniendo muchos problemas”, dice la Dra. Busman. Si ha intentado estrategias informales y no están funcionando, ella recomienda buscar a un profesional. Muchos están viendo a los pacientes a través de sesiones de telemedicina o en sesiones presenciales con precauciones.
“Si usted está durmiendo más de la cuenta, si experimenta cambios de humor o de apetito, si se aleja de los demás o está dando vuelta constantemente a los mismos pensamientos, entonces podría ser una indicio de que necesita ayuda externa –añade. –No tiene por qué sufrir innecesariamente y el tratamiento para la ansiedad puede estar muy centrado en la solución”.
La ansiedad es común, pero no tiene por qué ser parte de su nueva normalidad.