Cómo lograr que los “tiempos fuera“ funcionen
Los tiempos fuera son una herramienta disciplinaria popular, pero complicada. Aquí le explicamos cómo usarla de manera efectiva.
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Cómo deberían establecer los padres las reglas de un tiempo fuera?
- ¿Cuánto dura un tiempo fuera?
- ¿Qué debe ocurrir durante y después de un tiempo fuera?
Lectura rápida
Los tiempos fuera pueden ser una buena herramienta disciplinaria. Les hacen saber a los niños cuando su comportamiento no está bien y les brindan tanto a los padres como a los niños tiempo para calmarse. Pero si usted quiere que funcionen, se deben utilizar de forma correcta y consistente.
En primer lugar, establezca las normas respecto al comportamiento que conducirá a un tiempo fuera para que los niños sepan qué esperar. Luego, aténgase a esas reglas. Los niños aprenden mejor cuando los padres son claros y consistentes. Elija un lugar especial para los tiempos fuera, como una silla. Llámela “la silla del tiempo fuera”, no algo como “la silla de las travesuras”. El tiempo fuera debe aplicarse justo después del mal comportamiento. Puede decir algo como: “Nada de golpes. Ve al tiempo fuera”.
El tiempo fuera debe durar un minuto por cada año de edad del niño. Intente utilizar un temporizador para que su hijo sepa exactamente cuánto durará. El objetivo de un tiempo fuera es que su hijo se calme. El niño debe estar completamente tranquilo durante al menos 5 segundos antes de que termine el tiempo fuera.
No hable con los niños ni sobre ellos cuando estén en el tiempo fuera. Deben saber que portarse mal no es la forma de llamar la atención. Y nada de juguetes o libros durante un tiempo fuera. Si su hijo no se queda en el tiempo fuera, póngalo en un espacio alternativo que esté alejado como una habitación sin juguetes divertidos. Explíquele que permanecerá allí durante un minuto y que se podrá retirar una vez que se haya calmado. Después, reinicie el tiempo fuera en la silla de tiempo fuera. Repita esto hasta que su hijo aprenda que es mejor completar el primer tiempo fuera.
Cuando termine el tiempo fuera, busque algo por lo que elogiarlo, incluso algo sencillo como acariciar al perro amablemente. La idea es hacerle saber que, aunque haya obtenido un tiempo fuera por hacer algo que no debía, ¡usted lo sigue queriendo! Y sabe que se puede portar bien.
Los tiempos fuera (time outs, en inglés) son una de las herramientas disciplinarias más populares entre padres. Pueden ser una excelente manera de hacerle saber a los niños cuándo es inaceptable su comportamiento sin empeorar la situación, lo cual podría distraer a los niños de lo que usted quiere que aprendan.
Los críticos de los tiempos fuera argumentan que pueden ser aislar emocionalmente a los niños, aunque las investigaciones muestran que son efectivos y no causan daño a los niños (en inglés). Para conocer más sobre el debate en torno a los tiempos fuera lea nuestro artículo completo acerca del tema.
Sin embargo, como cualquier herramienta, los tiempos fuera se deben usar de forma correcta para que sean efectivos. Si usted ha intentado usar los tiempos fuera y su hijo parece no recibir el mensaje, tal vez sea momento de revisar cómo (y por qué) funcionan.
Hay varias escuelas de pensamiento sobre la mejor manera de implementarlos, pero cualquiera que elija destaca que el uso consistente del tiempo fuera puede ayudar a los niños a comprender qué comportamientos no son (y cuáles sí son) apropiados, y eso significa más interacciones positivas y menos tensas en general.
¿Por qué usar los tiempos fuera?
La investigación muestra que la forma más efectiva de crianza es una combinación de calidez y firmeza. Eso significa mucho afecto y comentarios positivos hacia los niños, pero también consecuencias consistentes cuando actúan de manera inapropiada. El tiempo fuera lo ayuda a comunicar que el comportamiento es inaceptable y evita que usted explote. Y a diferencia de las confrontaciones emocionales, el tiempo fuera les brinda a ambas partes el tiempo y el espacio que necesitan para calmarse.
El objetivo de un tiempo fuera no es avergonzar o castigar a su hijo, sino calmar una situación emocional, ayudar a su hijo a cambiar hacia otra actividad y aprender a manejar la frustración y regular su propio comportamiento.
Los tiempos fuera efectivos
Estos son los conceptos básicos para aprovechar al máximo los tiempos fuera.
- Advertencia anticipada: Los niños necesitan entender qué comportamientos están vinculados a qué consecuencias. Trabaje con su hijo para establecer qué conductas lo llevarán a un tiempo fuera, por ejemplo, pegar o no cumplir con las instrucciones que usted le dio. De esta manera, su hijo sabe qué esperar.
- Un lugar predeterminado: Designar una silla en particular o un lugar en las escaleras, también ayuda al niño a saber qué esperar. También es una buena idea nombrar a la silla para tiempo fuera de esa manera, y no “la silla de las travesuras” o algo similar. Los tiempos fuera funcionan mejor cuando se enfocan en enseñar a los niños cómo comportarse, no en castigarlos.
- Una respuesta rápida: Cuando un niño se porta mal de una forma que ya hayan discutido, asegúrese de enviarlo a tiempo fuera inmediatamente después del comportamiento indeseado e indique la razón: “No pegar. Ve a la silla para tiempo fuera”. Sea específico, breve y no exprese emociones. Esto ayuda a garantizar que el niño pueda vincular su acción con las consecuencias. Las consecuencias tardías no son efectivas porque los niños tienden a sentir que usted solamente lo está castigando.
- Sea breve: Una fórmula estándar para los tiempos fuera es un minuto por año de edad. Algunos expertos recomiendan usar un temporizador para que los niños puedan ver que se está midiendo el tiempo.
- Mantenga la calma: El objetivo de un tiempo fuera es que los niños se sienten en silencio. Algunos expertos recomiendan no comenzar el tiempo asignado hasta que su hijo esté tranquilo. Otros sienten que esto es demasiado difícil para los niños pequeños. Sugieren que el niño esté completamente tranquilo durante 5 segundos antes de finalizar el tiempo fuera. De esta manera, los niños aprenden a asociar los buenos comportamientos con el final del tiempo fuera y les envía el mensaje de que gritar y llorar durante un tiempo fuera no va a funcionar.
- No preste atención: Los niños en la silla para tiempo fuera deben ser ignorados, sin hablarles ni hablar sobre ellos, ni siquiera hacer gestos en su dirección, incluso si se están quejando, llorando o protestando. Al retirar su atención durante el tiempo fuera, usted está enviando el mensaje de que portarse mal no es la manera de obtener lo que quieren.
- La constancia es la clave: Es tentador poner a los niños en tiempo fuera cada vez que actúan de manera inapropiada o lo sacan de sus casillas, pero el uso de los tiempos fuera al azar hace que sea más difícil para los niños hacer la conexión entre malos comportamientos específicos y sus consecuencias. Además, es importante que el tiempo fuera se produzca cada vez que ocurre el mal comportamiento objetivo específico. Si no, está alentando al niño a pensar que podría salirse con la suya.
- Sin estímulos gratificantes: En la silla para tiempo fuera, el niño no debe tener acceso a la televisión, dispositivos electrónicos, juguetes o juegos. Si está lejos de casa, elija un lugar que evite que el niño tenga acceso a la estimulación que lo distrae.
- Si un niño no se queda en el tiempo fuera: Si un niño rompe las reglas y abandona la silla para tiempo fuera demasiado pronto, colóquelo en un área alternativa donde no tenga la opción de escapar, es decir, una habitación donde no haya estímulos gratificantes como la televisión, los juguetes o los juegos. Explíquele brevemente que debe permanecer allí por un minuto y estar tranquilo antes de que se le permita salir. Una vez que lo haga, debe regresar a la silla para tiempo fuera y se reinicia el tiempo que debe permanecer allí. Si deja la silla nuevamente, el ciclo se repite. Su hijo debería aprender rápidamente que lo mejor para él es permanecer en la silla hasta que se acabe el tiempo.
Después del tiempo fuera
Cuando los niños tuvieron un tiempo fuera por no cumplir con sus instrucciones, una vez finalizado el tiempo fuera, se les debe pedir que completen la tarea que se les había solicitado que hicieran antes del tiempo fuera. Esto los ayuda a comprender que los tiempos fuera no son rutas de escape.
Una vez que finaliza el tiempo fuera, usted debería prestar atención a lo que sea que se pongan a hacer/trabajar/jugar, para que usted pueda “verlos portarse bien” y elogiarlos específicamente por un comportamiento positivo. Por ejemplo, si su hijo completa su tiempo de reflexión y luego se pone a jugar tranquilamente con el perro, usted querrá hacerle saber que lo que está haciendo está bien (por ejemplo, “¡me encanta lo bien que están jugando con Toby! Estás usando tus manos con suavidad y gentileza”). Esto le asegura a su hijo que, aunque tuvo que irse a la silla para tiempo fuera, también es completamente capaz de hacer cosas buenas y positivas que hacen que usted se sienta orgulloso y sea cariñoso con él.