Cómo prepararse para la universidad tanto emocional como académicamente
Las habilidades para la resolución de problemas pueden ayudar a los estudiantes a evitar sentirse abrumados.
Expertos clínicos: Lindsey Giller, PsyD , Lindsay Macchia, PhD
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Por qué la transición a la universidad es tan difícil para algunos estudiantes?
- ¿Qué habilidades pueden utilizar los estudiantes universitarios para que la transición sea exitosa?
- ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a los niños a mantener una buena salud mental en la universidad?
Lectura rápida
La transición a la universidad puede ser difícil para la salud mental de los niños. Los adolescentes que están viviendo lejos de su casa por primera vez pueden experimentar estrés por lo académico al mismo tiempo que están tratando de hacer nuevos amigos, crear rutinas y mantenerse saludables físicamente. Todos estos cambios a la vez pueden ser abrumadores para los jóvenes universitarios.
Los padres pueden preparar a sus hijos a afrontar estos retos emocionales antes de que comience la universidad. En primer lugar, intente evitar resolver los problemas por su hijo adolescente. Más bien, dígales que empatiza con ellos y que está ahí para apoyarlos. El objetivo es que sepan que no pasa nada si se sienten mal, y que usted cree en su capacidad de superar las emociones difíciles y resolver sus propios problemas.
Practicar juntos la conciencia plena o mindfulness en casa también puede ayudar. La conciencia plena consiste en observar cómo nos sentimos en el momento, sin emitir juicios. Usted puede ayudar a los adolescentes a entender cómo reducir la intensidad de sus emociones. También puede animar a su hijo a reflexionar sobre lo que puede hacer cuando se enfrente a dificultades en la universidad. ¿Qué tipo de problemas podrían surgir? ¿A quién llamaría si se sintiera mal?
Por último, el autocuidado es una parte importante del manejo de las emociones difíciles. Ayude a los niños a desarrollar un conjunto de actividades que sepan que los hacen sentir mejor. Puede tratarse de respirar profundamente, salir a correr o escuchar música. La universidad suele ser un lugar difícil para mantener hábitos saludables, así que anime a su hijo adolescente a crear estos hábitos con antelación. Dormir lo suficiente, comer alimentos nutritivos y hacer ejercicio con regularidad son formas importantes en las que los estudiantes universitarios pueden mantenerse mentalmente saludables.
La colegiatura no es la única cosa que está subiendo incesantemente en los campus universitarios de Estados Unidos. En los últimos años, varios estudios han demostrado que hay un aumento significativo en los problemas de salud mental en las universidades, y los servicios psicológicos en estas universidades reportan que están saturados con estudiantes que buscan ayuda (en inglés).
¿Por qué se producirá tanta angustia emocional, especialmente durante el primer año fuera de casa? Todo, desde la presión académica, hasta los padres sobreprotectores y un involucramiento excesivo en las redes sociales han sido culpados por haber causado este aumento en la depresión y la ansiedad.
Lo que está claro es que los adolescentes que transitan de la high school a la universidad, no solamente necesitan habilidades académicas para tener buenas calificaciones (y habilidades de manejo del tiempo para mantenerse a flote), sino que también necesitan habilidades de resolución de problemas emocionales para poder lidiar con estos desafíos. Como padres, no podemos vigilarlos en su dormitorio del primer año universitario, pero sí podemos ofrecerles un kit de habilidades y hábitos que puedan utilizar cuando se sientan angustiados o agobiados antes de que se vayan de casa.
“Lo que vemos es que muchos niños pasan muy bien por la middle y la high school, pero cuando se van a la universidad se les hace demasiado difícil”, dice Lindsay Giller, PsyD, psicóloga clínica en el Mood Disorders Center del Child Mind Institute. Algunos niños simplemente se sienten abrumados por los desafíos en cuanto a organización y administración del tiempo, el aumento en la presión académica y el hecho de tener que manejar sus vidas de manera independiente: toda una montaña rusa emocional del nuevo universo social.
Y si están lejos de casa, no cuentan con la red de apoyo a la que estaban acostumbrados. Esto es particularmente cierto para los jóvenes que de pronto se encuentran solos en un campus enorme, donde es difícil conocer a sus profesores y encontrar su nicho social.
“A menudo, el resultado de todo esto”, dice Lindsay Macchia, PhD, psicóloga clínica del Child Mind Institute, “es lo que llamamos desregulación emocional, lo que significa que su humor está fuera de los límites. Lo que queremos averiguar es qué habilidades los pueden ayudar a volver a regular y controlar mejor su estado de ánimo, de manera que no se interponga en sus amistades, su rendimiento académico o su vida cotidiana”.
Habilidades de salud mental en la universidad
Entonces, ¿cómo preparamos a nuestros hijos para que se enfrenten a los rigores y desafíos de vida que trae consigo la universidad?
Un método cada vez más popular es la enseñanza de habilidades derivadas de la terapia dialéctico-conductual o TDC (DBT, por sus siglas en inglés). La TDC fue originalmente diseñada para los adultos con trastorno límite de la personalidad, que experimentan una inestabilidad emocional extrema. Pero las habilidades de la TDC se utilizan cada vez más para tratar casi todo tipo de desregulación emocional.
Si bien la TDC tradicional es un programa intensivo y altamente estructurado, las doctoras Giller y Macchia observan que las habilidades básicas de la TDC pueden ser adaptadas para ayudar a preparar a los estudiantes de nuevo ingreso para que puedan lidiar de mejor manera con los desafíos de la universidad.
¿Cómo sería esto? “Casi al final de la high school —explica la Dra. Macchia— los padres pueden modificar la dinámica familiar para animar a los jóvenes a ser más independientes y practicar sus habilidades de regulación emocional y de resolución de problemas por ellos mismos”. Estos son algunos consejos de cómo usted puede ayudarlos.
No trate de ‘solucionar’ todos los problemas
Muchos de nosotros nos hemos acostumbrado a salir al rescate a la primera señal de que nuestro hijo está angustiado.
“Lo primero que los padres deberían hacer es dejar de intentar arreglar las cosas”, dice David Romano, psicoterapeuta y miembro de Active Minds (página en inglés), una organización de abogacía que promueve discusiones abiertas sobre salud mental en los campus universitarios para evitar los suicidios. Romano, quien trata con muchos adolescentes que están entrando a la universidad, dice que lo que los adolescentes necesitan escuchar, especialmente cuando se están sintiendo deprimidos, ansiosos o agobiados, es: “Está bien no sentirse bien”. La meta es validar sus emociones, no resolver sus problemas.
Cuando los padres noten que su hijo está angustiado, la Dra. Giller sugiere responder así:
- “Veo que realmente estás teniendo problemas en este momento”.
- “Creo que esto está siendo muy difícil para ti”.
- “Veo que te pone muy nervioso pensar en el examen de mañana”.
Y luego permita que ellos manejen el problema, sabiendo que lo tienen a usted como una red de apoyo. “Eso puede construir un puente para que el adolescente pueda empezar a pensar por su cuenta, y utilizar sus propias habilidades para la resolución de problemas, al tiempo que se sigue sintiendo escuchado y que sus padres lo apoyan”, dice la Dra. Giller.
Practique la conciencia plena con su adolescente
La conciencia plena, que es la habilidad de estar presente en el momento y sin juzgarse a sí mismo ni juzgar a los demás, es la base de la TDC. Es aprender a vivir en el momento, y no proyectarse hacia al futuro, sin juzgar ni sus pensamientos ni sus emociones. Un ejemplo cómo replantear un pensamiento para que no juzgue y para que reduzca la intensidad de las emociones sería: “no me fue tan bien como quería en ese examen”, en lugar de: “No sirvo para nada, ya no puedo estar en esta escuela”, explica la Dra. Giller.
A veces la conciencia plena significa solamente quedarse quieto un momento para darnos cuenta cómo nos sentimos internamente, notando qué es lo que hay a nuestro alrededor, e incluso respirando profundamente un par de veces antes de decidir cómo lidiar con una situación complicada.
Ayude a su hijo a establecer un buen autocuidado
El autocuidado suele ser lo primero que se sacrifica el primer año lejos de casa. El autocuidado implica “asegurarse de cuidar su cuerpo para promover el mejor estado de ánimo posible”, dice la Dra. Macchia. “Y esto incluye asegurarse de que su higiene de sueño sea lo más consistente posible, que no se esté quedando despierto toda la noche, que está limitando el consumo de drogas y alcohol, que haga ejercicio de manera regular y mantenga una buena alimentación. Todo esto con la intención de mantener su estado de ánimo lo más regulado posible”.
El sueño también en una de las primeras cosas que sacrifican los estudiantes universitarios bajo estrés, así que es crucial ayudarlos a establecer y practicar buenos hábitos de sueño antes de que salgan de casa. Es importante que los estudiantes universitarios entiendan que la privación del sueño no solamente puede reducir su desempeño académico, sino que también puede dificultar que ejerzan el autocontrol, tomen buenas decisiones y regulen su estado de ánimo.
Los hábitos de alimentación también afectan el estado de ánimo: la mayoría de los trastornos alimentarios se desarrollan en la universidad, ya que los estudiantes abrumados intentan desesperadamente obtener una sensación de control a través de la restricción de su dieta. Y a su vez, la alimentación restrictiva debilita el juicio y contribuye a la depresión.
“Cuidarse físicamente para cuidar su salud mental es una clave indispensable para reducir la probabilidad de que las emociones indeseadas surjan en primera instancia, o de que se vuelvan tan intensas que lleguen a ser abrumadoras”, dice la Dra. Giller.
Trabaje en la planeación y el afrontamiento anticipado
Gran parte de la angustia se puede evitar al ayudar a los jóvenes a aprender a planificar con anticipación. Esto no solamente significa anticipar cómo harán una tarea importante, o pensar cuidadosamente acerca de cómo utilizarán su tiempo, sino que también implica prever cómo abordarán las situaciones difíciles en general. Hana, de 17 años, está a punto de ir a la universidad el año que entra. Ha hecho dos rondas de TDC tradicional y cuenta que la han ayudado mucho para prepararse para su partida de casa y la vida universitaria. Una de las habilidades clave que está usando para prepararse se llama “afrontamiento anticipado”.
“Básicamente se trata de prepararse para estar equipado para manejar emocionalmente una experiencia determinada”, explica. Esto puede incluir practicar qué es lo que diremos en diferentes escenarios potencialmente desencadenantes de estrés. ¿A quién llamaríamos si nos sintiéramos deprimidos? ¿Qué haríamos si recibiéramos una mala calificación?
“Por encima de todo, creo que a las personas no les gusta estar desprevenidos”, dice. “Y esta es una manera de imaginarse lo peor que pueda pasar, pero al mismo tiempo esperar lo mejor. Me imagino lo peor que pueda pasar, que es la razón por la cual estoy afrontando anticipadamente, pero al mismo tiempo, espero lo mejor, así que hay algo de optimismo allí”.
Desarrolle estrategias para calmarse
Incluso con una base sólida en la práctica de las habilidades de manejo del tiempo y de “afrontamiento anticipado”, habrá situaciones en las que su adolescente se sentirá abrumado. Pero, al tomar prestadas las habilidades de la TDC, usted y su hijo pueden formular un plan para saber qué hacer cuando las emociones difíciles estén amenazando con tomar el mando. “Pueden hacer un plan escrito que incluya analizar las ventajas y desventajas, y pensar en las consecuencias con anticipación”, dice la Dra. Giller. “Luego, pueden tomarle una foto a este plan con su teléfono, para tenerlo a la mano cuando anticipen o experimenten algo que pueda ser desafiante”.
La meta es tener una “caja de herramientas” para que, cuando se sientan muy emocionales o abrumados, puedan probar estas cosas que los ayuden a sentirse mejor en lugar de perder el control. “Se trata de tener cosas que realmente puedan utilizar cuando se sientan sobrecargados”, dice la Dra. Giller. Estas cosas pueden ser canciones específicas, salir a correr o cosas que puedan tocar u oler que tengan un efecto relajante.
No es necesario tener ni un entrenamiento formal ni terapia individualizada para establecer buenos hábitos y habilidades de afrontamiento, pero cuando los padres y los hijos trabajan juntos, pueden establecer una buena base para el comienzo de la universidad. Y, además, tener un buen comienzo antes de que surja una situación complicada con la que lidiar, es siempre una buena idea. Como dice Romano: “Si no utilizas las habilidades, las perderás. Así que se trata de practicarlas los más que se pueda. Se trata de construir y mantener la salud mental”.