¿Cuáles son las señales de bullying? ¿Cuándo las bromas se vuelven un tormento?
Clinical Expert: Jamie M. Howard, PhD
in EnglishLos niños se pueden tratar muy mal entre ellos. Incluso los mejores amigos se tratan mal a veces. Cuando un niño es objeto de burlas, excluido del grupo o alguien lo trata mal, no siempre significa que esté siendo acosado.
Entonces, ¿cómo saber si tu hijo está siendo acosado? Los acosadores se enfocan en los niños que son más pequeños o más jóvenes o menos populares. Lastiman a otros niños física o emocionalmente a propósito. Lo hacen una y otra vez, y a veces consiguen que otros niños se sumen al bullying. El acoso puede hacer que los niños se sientan ansiosos y deprimidos. Hay que tomarlo en serio.
Si tu hijo te dice que le hacen bullying, es importante que le hagas saber que lo ayudarás a resolver el problema. Primero, recopila los hechos. Intenta actuar como periodista. Puedes hacer preguntas como: “¿Había muchos niños alrededor cuando te dijo eso?”. “¿Es un niño muy popular?”. “¿Qué estaban haciendo los demás niños?”. Esto te dará una mejor idea de lo que ocurrió. Y si ocurre dos o tres veces, es posible que tengas que involucrarte. Esto podría significar ponerte en contacto con un maestro o con la dirección de la escuela. Pero intenta obtener el permiso de tu hijo antes de hacerlo. Si se opone terminantemente, podrías esperar, pero hazle saber que es una opción en caso de que las cosas empeoren.
Hablar sobre bullying antes de que ocurra puede ayudar a preparar a tu hijo. Podrías recomendarle que diga cosas como:”Oye, no me hables así”, así como otras cosas que lo hagan sentir que tiene cierto poder. También le puedes sugerir que hable con sus amigos y les pregunte cómo ellos han manejado a los bullies. Los amigos también se podrían poner de acuerdo para defenderse mutuamente. ¡Los acosadores odian eso!
Todos estamos conscientes de que ser objeto de acoso o bullying en la infancia no es cualquier cosa. No sólo porque causa un gran sufrimiento, también está relacionado con problemas emocionales a largo plazo, y los niños que no tienen apoyo sólido de sus padres parecen experimentar el daño de forma más duradera.
Pero también sabemos que tener experiencias sociales dolorosas o embarazosas es parte del desarrollo, y que aprender a recuperarse de estas interacciones es una habilidad importante que los niños deben aprender.
Si nuestros hijos se quejan del bullying, necesitamos tomar sus quejas muy en serio, darles el apoyo y las herramientas para manejarlo e intervenir a su nombre cuando sea necesario. Pero no queremos enseñarles que cada experiencia negativa con sus compañeros es una forma de acoso.
Los niños con los que trabajo dicen: “Me estaban acosando”. Y cuando describen lo que sucedió, algunas veces en realidad se trataba sólo de una broma. Tal vez alguien les estaba haciendo pasar un mal momento y era difícil lidiar con ello. Pero no todos los incidentes maliciosos, rechazo u hostilidad son acoso.
Si tu hijo te dice que le están haciendo bullying, mi consejo es que lo tomes muy en serio, porque, aunque no lo sea, es algo que realmente hirió sus sentimientos y está luchando con eso. Deberías escuchar y expresarle empatía pero sin darle un trato como si fuera frágil. En realidad quieres mostrarle una actitud de confianza de que juntos pueden resolver este problema.
Lo que no deberías hacer es expresar sorpresa, enojo y prometer de inmediato que irás a la escuela o que hablarás con los padres del niño. Moderar tu respuesta anima a tu hijo a abrirse.
El primer paso es tratar de obtener una imagen detallada de lo que sucedió. Es difícil cuando se es padre o madre porque tu estómago se voltea, tus instintos protectores se activan y sólo quieres castigar a quien haya herido los sentimientos de tu hijo. Pero es más efectivo ser como periodista: “¿Quién estaba ahí? ¿Qué estaba pasando? ¿Qué se dijo exactamente? ¿Qué hiciste? ¿Cómo te sentiste?”.
Estás reuniendo toda la información, la evidencia de lo que sucedió. Los detalles son importantes, no con el propósito de invalidar los sentimientos de tu hijo o minimizar lo que sucedió (“bueno, eso no parece que fuera realmente tan malo”), sino para que puedas diseñar mejor tus estrategias.
Parte del objetivo de hacer preguntas es tener una idea de la estructura social.
Podrías decir: “¿Era un grupo grande de niños? ¿Había muchos niños rodeándote cuando él te dijo eso? ¿Es un niño realmente popular? ¿Qué estaban haciendo los demás niños? Esto también te da una idea de lo embarazoso que pudo haber sido.
Una vez que le hayas preguntado a tu hijo exactamente qué sucedió, estos son algunos consejos en relación con el bullying importantes a considerar:
Notifications