Consejos para viajar con niños que tienen desafíos
Cómo minimizar el estrés y maximizar la diversión para todos.
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Cómo puedes hacer que viajar con un niño con ansiedad o desafíos sea menos estresante?
- ¿Qué cosas debes tener en cuenta al planificar tu viaje?
- ¿Qué puedes hacer para que tu viaje sea un éxito?
Lectura rápida
Si viajar con tu hijo que tiene ansiedad u otro tipo de desafíos te parece abrumador, podría ser tentador quedarse cerca de casa. Aunque te preocupen las reacciones imprevisibles y la posibilidad de que ocurra una crisis en lugares públicos, lo cierto es que tu hijo sigue siendo un niño. Las nuevas experiencias pueden ser muy valiosas para su crecimiento, así como para tu propia salud mental.
Estas son algunas sugerencias para ayudarte a tomar el control de tu viaje:
- Planifica tus vacaciones en los momentos en que los destinos sean más accesibles y tranquilos, como durante horas de menor afluencia y en temporada baja, si es posible.
- En los lugares públicos, ten en cuenta dónde se encuentran las salidas y cuenta con un plan de respaldo para poder hacer una escapada discreta en caso de que sea necesario.
- Anticipa tus mayores desafíos. Por ejemplo, lleva actividades y comida para un viaje largo en avión o en coche. Compra una pulsera de identificación si tu hijo suele salir corriendo.
- Habla del próximo viaje con tu hijo y comparte la información importante. Incluso puedes escribir una historia sobre cómo será su viaje que tenga a tu hijo como protagonista. Incluye cosas que lo podrían hacer sentir nervioso y cosas que le gusta hacer.
- Considera la posibilidad de rentar un departamento o una casa de vacaciones para no tener que salir a comer fuera para todas las comidas. Además, así todos tendrán más tiempo libre.
- Para evitar la ansiedad que producen los lugares nuevos, vuelve a visitar un lugar de vacaciones conocido donde ya hayan tenido una buena experiencia.
- Si tu hijo necesita adaptaciones especiales, no dudes en pedirlas.
- Si los demás se quedan mirando a tu hijo, no dejes que te estropeen las vacaciones. Concéntrate en hacer que la experiencia sea buena para tu familia.
- No esperes unas vacaciones perfectas, pero aprende sobre lo que funcionó y lo que no para saber qué hacer (y qué no hacer) la próxima vez.
Viajar con niños que tienen ansiedad, que se resisten a los cambios o que tienen desafíos de comportamiento puede ser desalentador, precisamente porque hace lo que esperamos de las vacaciones: alejarnos de la rutina del hogar y exponernos a paisajes y sonidos nuevos.
Está la tentación de quedarse cerca de casa para evitar las reacciones adversas e impredecibles, así como la posibilidad de que se produzcan crisis en lugares públicos. Pero la verdad es que un niño con ansiedad, autismo o cualquier otro tipo de problema es, a pesar de todo, 100% niño.
Shannon des Roches Rosa, madre de un niño con autismo, escritora y activista, lo resume bien cuando explica por qué se empeña en llevar a su hijo a hacer tantas y tan variadas excursiones como le sea posible. “Puede que Leo tenga autismo intenso, pero es un niño sano y enérgico que ansía la aventura”, escribe en un artículo como invitada en SFGate.com (en inglés). “Queremos que Leo sea un niño aventurero para que se acostumbre a ser parte de nuestra comunidad, y para que la comunidad se acostumbre a él”.
Shannon, cuyo blog se llama Squidalicious (en inglés), escribe sobre visitas a los museos y a otros lugares de interés local, pero el mismo argumento se aplica a los viajes: puede ser muy valioso para el crecimiento de tu hijo, al igual que para tu propia salud mental. Estas son algunas sugerencias, recopiladas de varias fuentes, para ayudarte a tomar el control de tu viaje.
Planifica para el éxito
Planifica tus vacaciones tomando en cuenta la época en la que los destinos sean más accesibles y más tranquilos. Las multitudes y las largas esperas pueden hacer que los niños se pongan especialmente ansiosos y a veces provocan crisis, así que vayan durante las horas de menor actividad y en la temporada de menor tráfico, de ser posible.
En los lugares públicos, es bueno considerar con anticipación dónde están las salidas, y tener un plan de respaldo para un escape discreto si fuera necesario. ¿Dónde, en una plaza llena de personas, está el lugar tranquilo más cercano por si necesitan detenerse y dejar que tu hijo se calme? Si viajan en auto, intenta estacionarte cerca del restaurante o de la atracción a la que van a ir, para evitar la posibilidad de una larga caminata entre un público de curiosos y chismosos.
Sienta las bases
Como padres tratamos de prever las situaciones que podrían significar los mayores desafíos para nuestros hijos. En los viajes en avión, es bueno tener muchas actividades y materiales para que tu hijo pueda distraerse con sus juegos, libros, libros para colorear, jugo en caja, películas, computadoras o todo lo anterior. Si tienes un niño que es propenso a salir corriendo un brazalete de identificación te dará un poco más de tranquilidad. Si lo vistes con colores brillantes también te resultará más fácil no perderlo de vista.
Pero también es crucial que tu hijo sepa qué esperar del próximo viaje, qué nuevas experiencias debe anticipar, qué cosas distintas y ajenas podría encontrar y qué podría ser un desafío para él. Debería saber adónde puede ir en caso de que necesite ayuda. Revisar las fotos de los lugares o de las personas que conocerá, o contar historias sobre las buenas experiencias de las vacaciones, puede ayudar a un niño a enfocar sus expectativas de una manera positiva.
O prueba escribir una historia sobre el próximo viaje, donde tu hijo sea el protagonista. La consultora de autismo Carol Gray ha desarrollado un método llamado historias sociales (en inglés), que está diseñado para ser una forma atractiva e interactiva de preparar a los niños para los momentos sociales. Los cuentos, escritos desde el punto de vista del niño, utilizan la narración, así como las fotos y los dibujos, para guiar al niño a través de una experiencia, y así, prepararlo para las interacciones sociales que puedan ser necesarias y provocar las respuestas deseadas. Una historia para un niño con autismo sobre un viaje a Florida podría incluir detalles del viaje, cosas por las que podría estar nervioso, personas que podría conocer, la garantía de que sus padres estarán con él todo el tiempo y actividades que le gustan y que puede anticipar que disfrutará.
Y así sucesivamente. Las historias sociales se pueden usar para cualquier situación: ir un baño público, a la escuela, viajar en avión. Y por supuesto, una de las cosas más importantes que puedes hacer es invitar a tu hijo a que las escriba contigo.
Algo de familiaridad no hace daño
Si el hecho de alojarse en hoteles y comer en restaurantes somete a tu hijo a un estrés excesivo (o a ti por tener que supervisar su comportamiento), considera la posibilidad de rentar un departamento en línea, para poder cocinar alimentos familiares, tener más espacio para pasar tiempo en familia y seguir con ciertas rutinas cotidianas. También considera permitir que tu hijo lleve una manta o un juguete con el que se sienta cómodo.
Si a tu hijo lo asustan particularmente los lugares nuevos, podría ser un buen acuerdo volver a visitar un lugar de vacaciones conocido en el que ya hayan tenido una buena experiencia. Él sabe qué esperar y las probabilidades de que todos ustedes se puedan relajar aumentan.
No seas tímido… pide ayuda
Si tu hijo necesita una adaptación especial para que la experiencia del viaje sea gratificante, no dudes en pedirla. ¿Sabías que algunos aeropuertos están dispuestos a “simular” las medidas de seguridad para los niños con autismo, de tal manera que puedan practicar el procedimiento con antelación al gran día? Muchos establecimientos tienen servicios adicionales o provisiones especiales que pueden ser una bendición para ti, pero probablemente no los anuncian. Los restaurantes pueden darle mesas cerca de la salida. Disneylandia y Six Flags tienen pases especiales que permiten a los niños saltarse las filas, algunos de ellos requieren una prueba de que tu hijo necesita una adaptación, así que considera llevar documentación. El esfuerzo extra (y la seguridad) por delante puede hacer que tu hijo no necesite más tiempo.
Siéntete orgulloso
Y si encuentras que las personas se quedan viendo a tu hijo con una mirada crítica, no permitas que esas personas les arruinen las vacaciones. En esto des Roches Rosa es un modelo a seguir. Escribe (en inglés) sobre su hijo Leo: “No me importa si los demás piensan que se porta de forma extraña o que hace ruidos extraños, mientras no esté haciendo daño o interrumpiendo a nadie, seguimos con la cabeza en alto, respondiendo a las miradas de los extraños con sonrisas confiadas y sin remordimientos, que admito haber practicado en el espejo del baño”. Concéntrate en lograr que la experiencia sea buena para tu familia.
El fracaso es una opción
Unas vacaciones perfectas son imposibles, pero todas las vacaciones son perfectamente educativas. Lo que funcionó y lo que no funcionó puede ser registrado en tu inventario de cosas que se deben y no se deben hacer. ¿Qué fue sorprendentemente exitoso y qué evitarás la próxima vez? Como des Roches Rosa intenta sabiamente hacer, piensa en el fracaso como una inversión para el éxito futuro.