El trastorno de la Tourette se puede tratar con medicación. Pero nuevas intervenciones conductuales como la terapia de reversión de hábitos también pueden ayudar a tratar los tics sin los posibles efectos adversos de algunos medicamentos.
¿Cuáles son los tratamientos más eficaces para el trastorno de la Tourette?
La terapia de reversión de hábitos es ahora una opción, junto con los tratamientos con medicamentos tradicionales.
in EnglishLawrence Scahill, PhD, profesor de la Yale School of Medicine y experto en psicofarmacología, analiza los mejores tratamientos para los trastornos de tics como el de la Tourette. Los medicamentos pueden ser muy efectivos, dice, pero las nuevas intervenciones conductuales como la terapia de reversión de hábitos (HRT, por sus siglas en inglés) también están produciendo buenos resultados.
Transcripción:
En el mundo del tratamiento de tics, los medicamentos y las recientes intervenciones conductuales han demostrado ser eficaces. Hablaré primero sobre los medicamentos.
En el mundo de los medicamentos para la Tourette, hay dos tipos principales que hemos usado y estudiado, y hay medicamentos que comenzaron siendo medicamentos para la tensión arterial. Son medicamentos que tienen un efecto sutil en un químico cerebral en particular llamado norepinefrina en el cerebro. Y esos medicamentos desaceleran ese sistema un poco y en algunos casos tienen efectos benéficos en los tics. Diría que cerca de la mitad de los niños tratados con uno de estos medicamentos, clonidina y guanfacina, experimentarán algunos beneficios.
El otro grupo importante de medicamentos que hemos usado en el síndrome de la Tourette, son los llamados medicamentos antipsicóticos. Estos son medicamentos que fueron desarrollados para el tratamiento de la esquizofrenia, de ahí el término antipsicótico. Estos medicamentos bloquean otro químico en el cerebro llamado dopamina. Y estos medicamentos son confiablemente efectivos, pero tienen efectos adversos que nos hacen detenernos. Dado que esos medicamentos no han sido todo lo que quisiéramos que fueran, hemos estado también muy interesados en enfoques alternativos, particularmente las intervenciones conductuales.
Muchas personas con el trastorno de la Tourette le dirán que experimentan un sentimiento (o urgencia o sensación) antes de que se presente un tic. Ellos perciben esa sensación, esa advertencia, como poco placentera. Lo que usamos en la terapia de reversión de hábitos, es explotar esa urgencia premonitoria: explotamos la idea de que en realidad se trata de una señal de que el tic está por suceder. Y tratamos de entrenar a la persona para que sea consciente de esa premonición a tiempo, y entonces pueda preparar alguna actividad que sea incompatible con su tic. Si una persona tiene un tic de sacudir la cabeza, y responde a una urgencia premonitoria que siente en su hombro, podríamos decirle que mueva su cabeza hacia abajo y mantenga su mentón en el centro. Si está haciendo eso, no puede sacudir su cabeza hacia un lado y la idea es que la urgencia premonitoria pasará. Esa es la sencilla idea de revertir el hábito. ¿Funciona? Tenemos dos estudios que muestran que funciona. El efecto, la magnitud del beneficio no es tan bueno como nuestro mejor medicamento, pero como mencioné previamente, nuestros medicamentos tienen efectos adversos.