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Cuando padres e hijos tienen un trastorno del aprendizaje

Un diagnóstico compartido implica oportunidades y desafíos.

Escrito por: Tara Kenny

Expertos clínicos: Angela Dewey, PhD , Taína Coleman, MA, MEd

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Si tienes un trastorno del aprendizaje o tuviste problemas para aprender algo específico mientras crecías, podría ser doloroso notar que tu hijo está teniendo dificultades en un área similar. Por ejemplo, si tú y tu hijo tienen discalculia (que afecta la comprensión numérica) podrías asumir que tu hijo también odiará las matemáticas y las evitará a lo largo de su vida y, por tanto, querrá evitar hablar de ello. Pero es importante hablar con los niños sobre tu diagnóstico y tus experiencias.

“Cuando uno de los padres tiene un trastorno del aprendizaje, compartir sus propias experiencias y normalizar los desafíos que enfrenta el niño ayuda a que se sienta validado y le muestra que no está solo”, afirma Angela Dewey, PhD, una neuropsicóloga del Child Mind Institute.

Pero ten en cuenta que la experiencia de tu hijo podría ser distinta a la tuya. “Aunque los problemas que tienen pudieran ser similares en términos de diagnóstico o de desafíos cotidianos, el niño podría tener una visión totalmente diferente”.

Además, es posible que se beneficie de los apoyos y las habilidades que no estaban disponibles durante tu infancia.

Sé transparente

La Dra. Dewey recomienda a padres y madres que le cuenten a sus hijos sobre sus dificultades de aprendizaje de una forma adecuada para su edad, utilizando un lenguaje que los niños puedan comprender. Y añade: “Es muy importante equilibrar esa honestidad y transparencia con la sensibilidad ante el hecho de que su hijo es una persona diferente y sus problemas podrían no ser los mismos”.

También aconseja que padres y madres eviten hablar de sus propias experiencias de una forma que podrían hacer sentir a su hijo que está destinado a fracasar o a enfrentar la misma problemática. Si tuviste una experiencia dolorosa en la escuela, podrías enfatizar que aprendiste formas de compensar tu trastorno del aprendizaje. O, si no te diagnosticaron un trastorno del aprendizaje durante tu infancia, pero ahora puedes ver que lo tenías, te podrías enfocar en cómo ha aumentado el conocimiento ahora sobre los trastornos del aprendizaje y su tratamiento. “Es importante darle esperanza a tu hijo comunicándole que: ‘Tus maestros y yo sabemos exactamente cómo apoyarte con esto ahora y en el futuro’”.

También puede ser útil que padres y madres compartan con el profesional clínico o maestro de su hijo su propio diagnóstico o desafíos de aprendizaje, especialmente cuando se esté realizando una evaluación del aprendizaje a su hijo. La historia familiar es una pieza clave del rompecabezas que ayuda tanto a profesionales de la salud como a educadores a comprender mejor a los niños, así como lo que necesitan en términos emocionales y académicos.

Obtén una evaluación

Si identificas señales de un trastorno del aprendizaje en tu hijo, es importante realizar una evaluación integral para determinar qué está ocurriendo. “La evaluación es una forma de cuantificar exactamente cuáles son los problemas de los niños, determinar los apoyos que necesitan e idear un plan de intervención efectivo y a la medida para ellos”, afirma la Dra. Dewey.

Es posible que encuentres similitudes entre tu propia experiencia y la de tu hijo, pero una evaluación podría revelar otros factores o aspectos del perfil de aprendizaje de tu hijo que son distintos. También ayuda a los educadores a entender mejor las fortalezas de los niños y sus necesidades de apoyo.

Reúne información

Abogar de manera efectiva por tu hijo depende de que reúnas la información actualizada sobre su diagnóstico y los apoyos disponibles. “Es importante que los padres consideren que puede haber estrategias e intervenciones de las que no tengan mucha información, porque la manera en que abordamos los trastornos del aprendizaje es muy diferente hoy que hace 20 o incluso hace 10 años atrás”, dice la especialista en educación Taína Coleman, MA, MEd.

Por ejemplo, ahora las tecnologías de asistencia como iPads, laptops y software de dictado pueden ayudar a que los niños con dificultades para leer y escribir puedan seguir el ritmo de sus compañeros. Además, la neurociencia ha descubierto la forma específica de instrucción lectora que necesitan los niños con dislexia para aprender a leer con fluidez. Por lo tanto, asegúrate de que tu hijo esté recibiendo el tipo de instrucción que es más efectiva.

“Otra muy buena manera de ayudar a tu hijo —añade la Dra. Dewey— es establecer comunicación con la escuela y los maestros, para asegurarte de que esté recibiendo todos los apoyos o adaptaciones disponibles”.

Enfócate en la empatía

Algunas veces los padres pueden sentir culpa por heredarles a sus hijos sus desafíos del aprendizaje. “Intenta deshacerte de la culpa”, aconseja la Dra. Dewey. “Aunque la genética es un factor, también hay niños con este tipo de problemas cuyos padres no enfrentan estos desafíos”.

Y recuerda que compartir tu propio diagnóstico con tu hijo te coloca en una posición única para poder empatizar con lo que está enfrentando, así como para poder comprender muchas de sus experiencias y convertirte en un ejemplo a seguir, afirma la Dra. Dewey. Cuando reconoces la resiliencia de tus hijos y los alientas a sobreponerse ante los reveses, ellos se dan cuenta de que tú también has atravesado por lo mismo.

“Los padres con trastornos del aprendizaje suelen ser increíbles motivadores”, dice Coleman.

Ayuda con la tarea

Ayudar a un niño con la tarea puede ser todo un desafío para padres con trastornos del aprendizaje.

“La tarea es, a menudo, un campo de batalla entre padres e hijos que tienen problemas del aprendizaje”, dice la Dra. Dewey. Y dado que los niños tienden a sentirse más en confianza con sus padres, es muy posible que se porten mal cuando sus sentimientos los abruman: “’Mamá y papá me amarán sin importar si me enfurezco por la tarea de lectura”.

Aquí es donde puede ser de utilidad contar con el apoyo de un tutor, especialista en aprendizaje o algún otro adulto, dice la Dra. Dewey. “Puede ayudar a los niños a enfocarse y eliminar algo del estrés y la dinámica interpersonal que tiene lugar cuando los padres intentan ayudar a sus hijos con la tarea, porque es un terreno más neutral.

Un especialista en aprendizaje también conocerá enfoques específicos para enseñarle las habilidades necesarias. “Esto podría ser una oportunidad no solo para que reciba ayuda con la tarea, sino también alguna solución y apoyo para sus desafíos.

Comparte estrategias

Coleman sugiere que padres y madres ayuden a “hacer visible lo invisible”, compartiendo con sus hijos sus propias estrategias de aprendizaje y preguntándoles después qué les funciona mejor.

“Soy un padre con dislexia, y mi hijo tiene sus propios problemas del aprendizaje”, dice Coleman. “Le digo a mi hijo lo que sé sobre mí manera de aprender: ‘Para mí, la mañana es el mejor tiempo para leer y para hacer todo mi trabajo. A veces utilizo audiolibros. Estas son las cosas que me ayudan. ¿Cuáles te ayudan a ti?’”. Esta aproximación permite a los padres aprovechar al máximo sus propias experiencias, mientras mantienen el foco en las necesidades de su hijo.

Enfócate en las fortalezas

Los niños con trastornos del aprendizaje se benefician de las conversaciones que se basan en las fortalezas. Por ejemplo, en vez de decirle a un niño con disle¡xia que la escuela le será difícil pero que logrará superarla, Coleman recomienda que los padres enfaticen las aspectos únicos y positivos del cerebro con dislexia: “Los cerebros con dislexia tienen muchos talentos y habilidades de manera natural. Muchos artistas, músicos y atletas tienen dislexia. Tu cerebro está diseñado de una manera que hace que muchas cosas las sientas naturales, como hacer conexiones, la imaginación, la creatividad y la resolución de problemas. ¿Qué se te facilita?”.

La Dra. Dewey aconseja alentar y hacer tiempo para que los niños se involucren en actividades que se ajusten a sus fortalezas. “Les ofrece un espacio en el que se sienten exitosos y les ayuda a desarrollar confianza en sí mismos”.

Reconsidera tu propio aprendizaje

No es raro que el diagnóstico de trastorno del aprendizaje de un niño genere que sus padres consideren su propia experiencia escolar desde una nueva perspectiva. Si tuviste problemas para leer o con las matemáticas durante tu infancia y no recibiste un diagnóstico, la experiencia de tu hijo podría hacer que te des cuenta de tu propio trastorno. “Los padres empiezan a reflexionar sobre su vida y de pronto descubren que: “Oh, esto también era un problema para mí. Solo que no tenía las palabras para nombrarlo entonces”, explica Coleman.

Padres y madres pueden utilizar esto como una oportunidad para hacerse también una evaluación del aprendizaje. Recibir un diagnóstico de un trastorno del aprendizaje en la edad adulta te puede ayudar a desmitificar tus experiencias académicas y laborales, así como a encontrar estrategias útiles para tu vida cotidiana. “Hay centros universitarios, hospitales y clínicas independientes en donde los padres pueden recibir una evaluación del aprendizaje o neuropsicológica”, dice la Dra. Dewey. Ella les sugiere a padres y madres que consideren universidades locales con posgrados en salud mental, que tal vez estén buscando personas para que sus estudiantes practiquen cómo realizar evaluaciones.      

Una ventaja de darte cuenta de que tienes un trastorno del aprendizaje durante la adultez, añade la Dra. Dewey, es que puede ayudarte a ser más paciente contigo y tus dificultades. “Obtener un diagnóstico para tu hijo algunas veces pone en perspectiva algunas de las cosas que se te dificultaban a ti también”, señala. “De la misma forma en que puede servir para validar la experiencia de tu hijo, tú también te puedes beneficiar de esa misma validación”.

La última revisión de este artículo se realizó el 2 de diciembre de 2024.