El rol del maestro cuando ocurre una tragedia
El proceso de sanación de los estudiantes que enfrentan una tragedia comienza en el aula.
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Cómo pueden los maestros ayudar a los niños a lidiar con eventos traumáticos?
- ¿Qué pueden hacer los maestros para ayudar a los niños a atravesar el proceso de duelo de manera saludable?
Lectura rápida
Cuando los niños experimentan algo traumático, a menudo su tristeza y sus temores se manifiestan en el aula. Los maestros pueden marcar una gran diferencia al apoyar de manera activa a los niños, especialmente si el evento traumático ha ocurrido en la escuela.
En primer lugar, reconozca la pérdida abiertamente. Los niños necesitan saber que pueden hablar de lo sucedido si lo desean. Lo más importante es escuchar, incluso si usted no está seguro de qué decir. Un espacio seguro y cómodo para hablar con alguien en quien confíen sobre cómo se sienten es sumamente valioso. Promueva que los niños hagan preguntas y respóndalas lo mejor posible, pero no exija que los niños participen antes de que estén preparados.
Los niños también pueden estar preocupados por su propia seguridad, especialmente los más pequeños. Por ejemplo, si un compañero de clase ha muerto en un incendio, pueden sentir que ellos también corren peligro de morir en un incendio. Usted puede ayudarlos explicándoles con calma los hechos: “Los incendios en las casas son muy inusuales. Y utilizamos medidas de seguridad como los simulacros de incendio para protegernos”.
Una vez que haya dado espacio para procesar lo ocurrido, volver a la rutina escolar es muy reconfortante para los niños. También les muestra que la tragedia no es el fin del mundo y que es posible seguir adelante de manera saludable.
Por último, recuerde que aceptar la pérdida requiere tiempo. Ayude a los niños a encontrar formas de lidiar con sus sentimientos continuos y a recordar a las personas que han perdido. Hacer dibujos, compartir recuerdos, plantar un árbol conmemorativo o recaudar dinero en honor de la persona fallecida pueden ayudar a los niños a enfrentar el duelo de manera saludable.
Cuando la muerte irrumpe en la vida de los niños de una comunidad escolar, el aula es uno de los principales lugares clave en el que los niños experimentarán el duelo y la ansiedad, y tendrán que hacer un gran esfuerzo para aceptar sus sentimientos.
Me gustaría poder darle palabras que pudieran proteger a los jóvenes de su clase del dolor y el miedo. Pero como eso no es posible, ofrezco aquí algunas ideas y consejos basados en mi experiencia, para ayudarlo a usted a ayudarlos a ellos a procesar sus sentimientos de una manera saludable.
Reconozca la pérdida
Cuando una tragedia involucra a una comunidad escolar, sobre todo cuando se han perdido vidas de estudiantes o de maestros, es probable que sea en el aula donde la pérdida se sienta con mayor intensidad. Algunos niños pueden sentirse muy incómodos con esa información. Eso significa que es particularmente importante que usted reconozca la pérdida y les dé a sus estudiantes la oportunidad de expresar sus sentimientos acerca del evento traumático.
Dele tiempo a los niños para hablar
Aunque es posible que haya una reunión o un servicio en toda la escuela para ayudar a los niños a enfrentar la situación, para muchos niños el salón de clases será el espacio más importante donde hacer preguntas, compartir sentimientos y traer recuerdos a la memoria. Algunos estudios han encontrado que los niños pueden obtener mayor consuelo de adultos que conocen bien, e incluso de otros niños, que de los expertos en crisis que ellos no conocen. Estudios también muestran que en este tipo de situaciones es más importante que los adultos escuchen a los niños, que saber qué es lo más adecuado para decirles. Lo más valioso que usted puede ofrecer a sus estudiantes es un ambiente cómodo y seguro donde puedan estar tristes, enojados y confundidos
Fomente las preguntas
Le recomendamos que convoque una discusión grupal, en cualquier estilo que sea familiar para sus estudiantes y hágales saber que usted está triste, y que muchas otras personas están tristes, y que cuando una tragedia ocurre y perdemos amigos o compañeros de clase es importante hablar de cómo nos sentimos y acerca de cómo queremos recordarlos. Usted debería fomentar, pero no forzar, preguntas, y responderlas lo más sencillamente posible de una manera apropiada al nivel del desarrollo de su estudiantes.
Aborde las inquietudes sobre seguridad
Como los niños pequeños son egocéntricos, es probable que algunos de sus estudiantes se preocupen por su propia seguridad. ¿Podría ocurrirles lo mismo a ellos? Si se tratase de un incendio, tranquilícelos diciéndoles que los incendios en el hogar son muy raros hoy en día, y recuérdeles las medidas de seguridad como los simulacros de incendio que se realizan en las escuelas. Si se tratase de un acto de violencia, puede subrayar una vez más los esfuerzos de sus padres y maestros para asegurarse de que ellos estén a salvo. Si los niños tienen preguntas que usted no puede responder, está bien decirles que no sabe la respuesta.
Retome la rutina
Después de que usted les haya dado tiempo suficiente para formular sus preguntas, expresar sus sentimientos y responderse entre ellos, es importante volver a su rutina regular. Eso no se debe únicamente a que usted está tratando de mostrarles cómo responder a una situación difícil de manera saludable, sino porque la rutina es sumamente reconfortante para los niños.
Conmemorar la pérdida
Tenga en cuenta que la primera vez que hable sobre un acontecimiento trágico que afecta a los niños no será la última vez. Aceptar la pérdida requiere tiempo, y seguramente incluirá tener una transición hacia formas positivas de conmemorar a aquellos que se perdieron, tanto en el aula como en la escuela. En su conversación (y las siguientes), usted puede sugerir maneras en que la clase podría recordar a los amigos y compañeros de clase que ya no están: escribir historias sobre las cosas que hicieron juntos, dibujar, plantar árboles, recaudar dinero para donar a niños que necesitan apoyo. Es útil recordarles a los niños que una persona sigue viviendo en los corazones y las mentes de los demás. Y que hacer algo que beneficie a otros niños, no solo los ayuda a sentirse bien consigo mismos, sino que además los ayuda a aprender una forma muy saludable de responder al dolor en el futuro.
Enseñe y muestre qué es ser resiliente
Recuerde que al igual que con todo lo que hace como maestro, usted está enseñando y sirviendo de modelo, y permitiendo que los niños elaboren por sí mismos formas de manejar desafíos de una manera positiva. Es una habilidad que será tan importante en sus vidas como la lectura y la escritura, y vale la pena el esfuerzo de cultivarla cuando los niños atraviesen por una crisis.