Puedes ayudar a un niño con TOC en casa al involucrarte en su terapia. El terapeuta del niño puede ayudar a elaborar un plan que permita reforzar el tratamiento de tu hijo, al exponerlo a sus miedos y brindarle apoyo durante ese proceso. Por ejemplo, si tu hijo tiene miedo a la contaminación, tú lo podrías animar a limpiar los platos o recoger basura del piso.
Los niños y el TOC: el papel de los padres en el tratamiento
Enseñar a las familias cómo ayudar a los niños a enfrentarse al trastorno.
Experto clínico: Jerry Bubrick, PhD
in EnglishLo que aprenderá
- ¿En qué consiste el tratamiento del TOC?
- ¿Por qué es importante que los padres participen en el tratamiento del TOC?
- ¿Por qué las familias deben dejar de "adaptarse" al TOC de un niño?
Lectura rápida
Es normal que los padres de niños con ansiedad quieran eliminar lo que sea que les esté causando su ansiedad. Sin embargo, esto sólo la fomenta. No ayuda a tu hijo a superar las cosas que le provocan ansiedad. Esto es especialmente cierto en el caso del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Al reaccionar de la forma forma natural en que suelen reaccionar los padres, podrías estar empeorando sin querer la ansiedad de tu hijo. Por eso, el papel que desempeñan los padres en el tratamiento del TOC es tan importante.
El mejor tratamiento para el TOC se llama terapia de exposición y prevención de respuesta. Consiste en exponer al niño a lo que le provoca ansiedad, poco a poco, hasta que se sienta cada vez más cómodo con esa sensación. La “prevención de la respuesta” significa que no se le permite al niño realizar los comportamientos rituales que ha desarrollado para sentirse mejor. El tratamiento del TOC funciona mucho mejor cuando los padres actúan como coterapeutas.
Es importante que los niños que están en terapia practiquen “exposiciones” entre las sesiones, y que los padres ayuden a los niños con sus tareas de terapia. De este modo, padres e hijos aprenden a dominar la ansiedad, así como maneras efectivas de enfrentarse a ella.
En la terapia, los padres también aprenden a dejar de “adaptarse” al TOC de su hijo. Lo que se entiende por “adaptación” es organizar la vida familiar para evitar que se desencadene el TOC del niño. Por ejemplo, las familias pueden dejar de salir de vacaciones, comer fuera o incluso podrían cambiar su forma de hablar para evitar que su hijo con TOC se sienta ansioso. En la terapia, los miembros de la familia aprenden a ayudar a sus hijos a enfrentarse a sus miedos en vez de evitarlos.
Cuando eres el padre o la madre de un niño con ansiedad, asumes que tu papel es brindarle tranquilidad, comodidad y una sensación de seguridad. Por supuesto, quieres apoyar y proteger a tu hijo que está angustiado y, en la medida de lo posible, quieres evitar que sufra. Pero lo cierto es que cuando los niños tienen un trastorno de ansiedad como el trastorno obsesivo-compulsivo, tratar de protegerlos de las cosas que desencadenan sus miedos puede ser contraproducente. Al seguir tu instinto natural de padre o madre, sin querer estás siendo complaciente con el trastorno y permitiéndole tomar el control de la vida de tu hijo.
Por esto, el papel de los padres en el tratamiento de los trastornos de ansiedad en niños es de suma importancia. El tratamiento por excelencia para el TOC en niños es una forma de terapia cognitivo-conductual o TCC llamada exposición y prevención de respuesta. La terapia implica “exponer” al niño a sus ansiedades de forma gradual y sistemática, para que ya no tema ni evite esos objetos o situaciones. La parte de “prevención de respuesta” significa que no se le permite a los niños realizar un ritual para lidiar con sus temores. Debido a que los padres se involucran tanto en el TOC de sus hijos, los estudios han demostrado que incluir a los padres en el tratamiento y asignarlos como “coterapeutas” mejora la efectividad.
La jerarquía del miedo
En la terapia, el niño, los padres y el terapeuta crean una “jerarquía del miedo” en la que identifican de forma colaborativa todas las situaciones atemorizantes: las califican en una escala de 0 a 10 y las abordan una a la vez. Por ejemplo, un niño con temor a los gérmenes, así como a enfermarse, se vería enfrentado de forma repetida a situaciones y objetos “contaminados” hasta que desaparezca su miedo y pueda tolerar la actividad. El niño comenzaría con un elemento que le ocasione ansiedad en un nivel bajo, como tocar toallas limpias, y avanzaría hacia elementos más difíciles, como agarrar restos de comida de la basura.
La prevención de respuesta implica evitar que el niño realice el comportamiento que lleva a cabo para disminuir su ansiedad. Por ejemplo, un niño con miedo a los gérmenes debería abstenerse de lavarse las manos después de tocar la manija de una puerta o después de agarrar basura. A través de la exposición gradual, aprende que lo que “teme” generalmente no se hace realidad, de modo que puede tener lugar un nuevo aprendizaje. Esta exposición también le enseña que puede tolerar sentimientos incómodos.
Practicar en casa
Gran parte del trabajo en la TCC implica la práctica fuera de las sesiones, lo que requiere que los padres participen en el tratamiento. A los niños se les asignan “deberes” y se les pide que continúen practicando enfrentar sus miedos en una variedad de entornos. Dado que la terapia de exposición y prevención de respuesta provoca ansiedad y requiere un seguimiento considerable, la participación y el apoyo de la familia son esenciales.
En el caso de un niño con miedo a la contaminación, los padres pueden alentarlo a lavar los platos o a convertirse en una “aspiradora humana”, que es lo que los médicos llaman recoger pequeños trozos de basura de la alfombra. Un niño con miedo a vomitar podría escribir una historieta sobre “El hombre vómito” durante una sesión con su terapeuta, y luego practicar recitándolo en voz alta frente a sus padres.
El problema de reconfortarlos
Los padres tienen un papel más importante que el de respaldo cuando se trata de practicar exposiciones en el hogar. Dado que el TOC puede ser un trastorno paralizante para los niños, la familia a menudo se involucra de manera excesiva en los síntomas del niño para ayudarlo a funcionar. Por ejemplo, muchos niños con TOC, al igual que con otros trastornos de ansiedad, buscan que los miembros de la familia les brinden consuelo de manera constante. Los niños utilizan la búsqueda de consuelo para manejar sus miedos, y muchos padres la brindan, aunque sea excesiva, para que su hijo se sienta mejor en el momento.
La búsqueda de consuelo es una de las muchas formas de “adaptación familiar”. Este fenómeno se refiere a la manera en que los miembros de la familia participan en los rituales que el niño usa para manejar su ansiedad, y a cómo modifican las rutinas personales y familiares para adaptarse al niño.
Muchos niños con TOC no pueden tolerar la incertidumbre y les piden a sus padres que les proporcionen respuestas definitivas. Por ejemplo, no es inusual escuchar a un niño ansioso preguntarle a sus padres: “¿Me voy a enfermar por comer esto?”, o “¿todo va a estar bien?”, aunque la respuesta ya se haya proporcionado varias veces.
Los padres se pueden frustrar fácilmente porque sienten que sin importar cuántas veces respondan las preguntas de sus hijos, ellos nunca están satisfechos. Responder las preguntas de su hijo se convierte en un ciclo sin fin y el niño nunca se da cuenta de que puede tolerar la incertidumbre.
Adaptarse a los temores
Hay muchas otras formas de adaptación. Las familias pueden dejar de salir de vacaciones, ir a restaurantes o incluso cambiar la manera en que hablan para evitar situaciones que provoquen ansiedad en sus hijos. Podrían evitar nombres, números, colores y sonidos particulares que desencadenan la ansiedad.
“El TOC puede ser muy abrumador para las familias y realmente puede interferir en la forma de funcionamiento normal”, dice Jerry Bubrick, PhD, psicólogo clínico del Child Mind Institute especializado en TOC y ansiedad. “Las decisiones familiares se toman en función de la ansiedad, en lugar de en los mejores intereses de la familia”.
Para la familia de un paciente que llamaremos Juan (un niño de 12 años que fue atendido en el Child Mind Institute por TOC) esto es muy familiar. Juan tenía miedo a la contaminación y al aumento de peso y, por lo tanto, evitaba cualquier alimento que se considerara “no saludable”, tomaba hasta siete duchas al día y no jugaba con sus hermanos ni abrazaba a sus padres porque pensaba que estaban contaminados.
“Durante meses no fuimos a ningún restaurante”, dijo la madre de Juan. “No tenía amigos que vinieran de visita. No invitábamos a ninguno de nuestros amigos. Nuestra casa era un lugar seguro”.
Pero adaptarse a la ansiedad de Juan no impidió que esta se apoderara de más y más partes de su vida. La madre de Juan describió la cúspide de su TOC como un momento extremadamente difícil para su familia. “Fue realmente difícil porque era como si hubiéramos perdido a nuestro hijo”. Estaba tan atrapado en el TOC. No podíamos tocarlo físicamente. Ya no había espontaneidad. Ya ni siquiera podíamos sentarnos al otro lado de la mesa y hablar”.
Reforzar la ansiedad
Si bien los padres que hacen adaptaciones por sus hijos tienen buenas intenciones, se sabe que la adaptación familiar refuerza los síntomas de sus hijos. Debido a que la ansiedad se mantiene mediante la evitación, los miembros de la familia que se adaptan a su hijo están causando que los síntomas se establezcan aún más.
“Antes de saber qué era una adaptación, pensaba que estaba ayudando”, dijo la madre de Juan. “Me rompió el corazón cuando descubrí la definición de adaptación. Estaba devastada al saber que estaba alimentando el TOC en lugar de ayudar a Juan”.
Ponerle nombre al TOC del niño es una forma de reducir el estigma asociado a él, y hace que el niño sienta que él no es su ansiedad. Por ejemplo, un niño puede llamar a su TOC “el acosador” o “la bruja”. La madre de Juan nos dijo: “Separar el TOC de Juan ha sido de gran ayuda. Ahora que la familia tiene un enemigo común, todos estamos en la batalla. Antes era un invasor sin nombre. Ahora sabemos contra quién estamos luchando”.
Desarrollar habilidades de afrontamiento
A través del tratamiento, los padres aprenden nuevas formas de reaccionar cuando sus hijos se quedan “atascados”, y cómo ayudarlos a confiar en sus habilidades de afrontamiento o “controlar” su ansiedad, en lugar de depender de sus padres para superarla. Los niños eventualmente se vuelven mucho más independientes y los padres pueden comenzar a darse cuenta de que la ansiedad ya no está a cargo de sus familias.
Abuelos y hermanos también pueden involucrarse en la adaptación familiar, aunque no suelen incluirse en el tratamiento con la misma regularidad que los padres.
“Dado que los abuelos y hermanos son más una parte del mundo exterior del niño, es más probable que se adapten a ellos porque quieren mantener la paz”, dice el Dr. Bubrick. “Deberían participar en el tratamiento para que no lo perjudiquen”.
Ayudar a los niños a enfrentar sus miedos
A través del tratamiento, los miembros de la familia aprenden a ayudar a sus hijos a enfrentar sus miedos en lugar de evitarlos. En lugar de consolar al niño, el trabajo del padre y la madre se convierte en recordarle las habilidades que ha desarrollado en el tratamiento y usarlas en el momento.
“Ahora estoy ayudando a Jua y no estoy alimentando el TOC”, comenta la madre de Juan. Mucho de esto le hace ver a Juan que él tiene la fuerza para luchar contra el TOC, al recordarle las estrategias en lugar de hacer que el mundo sea mejor para él”.