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Manejar el estrés que causan las redes sociales con conciencia plena

Esta técnica ayuda a mantener el contacto con los amigos y mejora la autoestima y autoconciencia.

Escrito por: Rachel Ehmke

Experto clínico: Jill Emanuele, PhD

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Es difícil imaginar la vida sin las redes sociales. Se han convertido en algo esencial para comunicarnos con nuestros amigos, para recibir actualizaciones sobre lo que pasa en el mundo y para entretenernos. Apenas podemos recordar (¡si tenemos la edad suficiente para acordarnos!) cómo nos manteníamos en contacto sin ellas. Sin embargo, los adolescentes y jóvenes adultos reportan cada vez más que las redes sociales también pueden ser una fuente de estrés.

Continuamente escuchamos, en especial de los adolescentes, que cuando revisan la lista de nuevas publicaciones en las redes sociales suelen compararse (consciente o inconscientemente) con los demás. Las personas tienden a publicar lo más destacado de sí mismos: el peinado perfecto, los amigos perfectos, la selfie perfecta antes de entrar al gimnasio, y es divertido revisar estas publicaciones.

Pero también puede dañar nuestra autoestima cuando nuestra vida no parece ser tan perfecta como la de los demás. Puede hacer que empecemos a analizar en exceso nuestra presencia en las redes sociales, a contar los “me gusta” de nuestra última publicación y a esforzarnos por lucir perfectos también, independientemente de cómo nos sintamos en realidad.

Se está hablando tanto ahora sobre el miedo a perderse una buena oportunidad de diversión, que hasta hay un acrónimo en inglés para esto: FOMO (Fear Of Missing Out). Las redes sociales son el mejor y el peor amigo de este miedo. Si su hijo es de las personas que se preocupan por perderse algo, las redes sociales son excelentes porque pueden estar conectados a todo, dondequiera que estén. Pero como siempre hay algo nuevo, nunca pueden sentir que lo han visto todo y que, por lo tanto, se pueden tomar un descanso.

Permanecer conectado

Cuando todo está en línea, a veces obtenemos pruebas de que, de hecho, nos estamos perdiendo algo. Cuando vemos a nuestros amigos divirtiéndose sin nosotros, nos sentimos mal. Ver a una expareja iniciar una nueva relación duele.

Si pasar tiempo en las redes sociales es causa de estrés, por lo general nos aconsejarán desconectarnos. Y aunque es un buen consejo, no es muy realista, especialmente para los adolescentes, quienes realizan gran parte de su socialización en línea.

Y esta socialización adolescente es más importante de lo que parece. Los adolescentes todavía están descubriendo su lugar en el mundo, y es a menudo a través de sus relaciones que empiezan a dar sentido a su identidad. No es de su interés dejar de usar las redes sociales por completo. Pero encontrar una manera de tener relaciones y una autoestima saludables al utilizar las redes sociales sí lo es. ¿Suena difícil? Aprenda cómo enseñar a su hijo a practicar la conciencia plena o mindfulness.

¿Qué es la conciencia plena?

La conciencia plena o mindfulness es una técnica para vivir el momento, sin juzgar. Ayuda a que seamos más conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor y de cómo nos sentimos. Tomarse el tiempo para reducir la velocidad y notar estos detalles nos ayuda a regular las emociones y niveles de estrés. También introduce un nivel de reflexión y conciencia de nosotros mismos que las personas generalmente no tienen cuando están revisando las nuevas publicaciones en línea.

El mindfulness no es simplemente para dar un paseo por el parque o ver el atardecer. Si se aplica a la experiencia de las redes sociales, dice Jill Emanuele, psicóloga del Child Mind Institute y experta en mindfulness, puede ayudar a los jóvenes a manejar la emoción que genera toda esa información sobre lo que están haciendo sus amigos.

La Dra. Emanuele recomienda las siguientes estrategias de conciencia plena para ser más felices durante el tiempo que pasamos conectados (y desconectados).

Comprobar cómo nos sentimos

Es importante que los jóvenes busquen cómo ser más conscientes de sí mismos y que prioricen cómo se sienten y qué piensan cuando usan las redes sociales. “El estereotipo en torno a las redes sociales es que solo nos estamos dejando llevar, sin pensar realmente en el efecto que tienen en nosotros”, señala la Dra. Emanuele. “Y queremos tratar de ser conscientes de ese efecto”.

La Dra. Emanuele recomienda preguntarse: ¿Cómo estoy en este momento? ¿Cómo me hace sentir esta aplicación? ¿Cómo me hace sentir esa foto? Tratar de ser conscientes de los cambios de humor, y ver si se percibe algún patrón.

No importa si las emociones que sienten son negativas. Hay que tratar de no juzgar cómo nos sentimos, pero reconocer la emoción. Reconocer cuándo nos sentimos celosos o tristes puede ser muy poderoso, porque en realidad ayuda a aliviar un poco el sentimiento negativo. También puede ayudarnos a procesar la emoción, sin que nos dejemos arrastrar por ella.

Enfrentar la realidad conscientemente

Pero si algo nos está haciendo sentir mal constantemente, practicar mindfulness nos puede ayudar a identificarlo, y luego preguntarnos por qué y si hay algo que podamos hacer que sea de ayuda. Tomarse el tiempo para notar (y evaluar) cómo nos sentimos es una habilidad importante que nos hace sentir más felices y seguros en todas las áreas de nuestra vida, no solo cuando estamos en línea.

La conciencia plena también nos puede ayudar a enfrentar la realidad. Por ejemplo, las personas a menudo intentan usar las redes sociales como una manera de animarse cuando se sienten decaídas o aburridas. Por lo tanto, si su hijo se siente mal consigo mismo, podría publicar algo que sea totalmente opuesto, como una imagen linda de sí mismo o una foto de sus grandes amigos. A veces, proyectar algo diferente, o recibir cumplidos en línea, nos puede sacar de la depresión.

Pero la satisfacción es a menudo fugaz, y podrían tener la sensación de estar engañando a todo el mundo. Si su hijo nota que después se siente peor, debe saber que esto es bastante común y tratar de encontrar formas más confiables de mejorar su estado de ánimo.

Utilizar la tecnología

Usar la tecnología para supervisar la tecnología es otra estrategia que recomienda la Dra. Emanuele. Por ejemplo, hay aplicaciones como Moment y Checky que están diseñadas para ayudarnos a monitorear cómo usamos nuestro teléfono.

“Hagan un experimento para ver cuánto tiempo dedican realmente a determinadas cosas”, dice la Dra. Emanuele. “Cuando estamos con el celular, ¿qué estamos haciendo realmente? ¿Cómo son nuestras emociones?”.

De un modo similar, las aplicaciones y diarios para dar seguimiento al estado de ánimo nos recuerdan que debemos dedicar un tiempo para nosotros mismos. También crean un registro de cómo nos hemos estado sintiendo, que podríamos revisar después de un determinado suceso. Recopilar datos sobre cómo usamos la tecnología y cómo nos afecta ayudará a notar patrones, y en caso necesario, a desarrollar mejores hábitos. Ver los datos puede ser sorprendente, ya que a menudo no somos conscientes de cuánto tiempo dedicamos a navegar en línea.

Si usted quiere aprender más sobre la conciencia plena, la Dra. Emanuele menciona algunas aplicaciones que guían a través de los fundamentos del mindfulness. Headspace y Smiling Mind son dos de las más populares. Smiling Mind está diseñado para los jóvenes, por lo que puede ser más adecuado para adolescentes y preadolescentes.

Desconectarse

La mejor manera de adquirir cierta perspectiva es tomar descansos ocasionales de las redes sociales. Hacer yoga, ir a correr, pasar tiempo con los amigos en persona, pasar un buen rato en la naturaleza. Sea lo que sea, hacer cosas en la vida real puede ser un gran alivio del estrés y hacer que nos sintamos mejor con nosotros mismos de una manera que estar revisando las nuevas publicaciones en las redes sociales nunca hará.

También es buena idea practicar la autoconciencia durante actividades fuera de línea. Observar cómo nos sentimos en el momento en que estamos siendo activos, y notar lo que realmente nos divierte. Puede que sus hijos se sorprendan. Y quizá descubran que la experiencia es bastante adictiva también .

La última revisión de este artículo se realizó el 23 de agosto de 2023.