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Mi hijo dijo palabras de odio en la escuela y ahora es el "niño problemático". ¿Cómo puedo ayudarlo?

Escrito por: Angela Breidenstine, PhD

Experto clínico: Angela Breidenstine, PhD

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P Mi hijo de 5 años les dijo a dos niñas de su clase de kínder "quiero que se mueran", después de que ellas le dijeran que querían besarlo. Lo llevaron a la oficina del director y la policía escolar habló con él por su "amenaza" a las niñas. Le cuesta hacer amigos y vuelve a casa con moretones y arañazos por los golpes y empujones de otros niños. Le cuesta compartir y quiere siempre salirse con la suya. Se enoja. Hemos probado leer libros sobre el enojo, hacer juegos de rol sobre lo que hay que decir cuando uno se enoja, etc. Tengo miedo de que mi hijo no tenga amigos y acabe odiando la escuela. Además, ahora es el "niño problemático" y sus amigos no le hablan por la amenaza que dijo en clase. No sé cómo ayudarlo y quiero que para los niños de la escuela sea el niño dulce que yo conozco. Temo que este incidente lo haya marcado y lo haya hecho pensar que es un mal niño. Nunca antes había utilizado palabras de odio en casa. ¿Qué puedo hacer?

Lamento escuchar que su hijo ha tenido problemas sociales en el kínder, y comprendo su preocupación por cómo esto lo afecta ahora y cómo podría afectar sus sentimientos sobre sí mismo y la escuela en el futuro. Es difícil para él y para usted. Parece que es un niño muy dulce y que usted se está esforzando mucho por apoyarlo y ayudarlo.

Leer juntos libros infantiles sobre la ira, las emociones y las amistades, y practicar lo que podría hacer cuando está enfadado son ideas estupendas. Es maravilloso que usted ya esté haciendo estas cosas para reforzar su comprensión acerca de las emociones y las formas en las que puede hacer frente a sentimientos intensos como la ira. Quiero animarla a ser optimista y determinada, porque tengo la firme sospecha de que las cosas mejorarán con el apoyo y la orientación adecuados.

La escuela podría ser un poderoso aliado para apoyar a su hijo. Me pregunto cómo reaccionó su hijo al ser interrogado por el director y la policía escolar. ¿Estas conversaciones fueron amables y de apoyo, o fueron punitivas e intimidantes? En nuestro ambiente moderno de preocupación por la seguridad escolar, las escuelas tienen a veces reacciones agresivas ante las cosas que dicen los niños, incluso cuando las palabras hayan sido dichas por vergüenza, ansiedad, ira o inmadurez social. Espero que el personal de la escuela esté abierto a colaborar con usted para apoyar mejor a su hijo.

Cuando he trabajado con niños pequeños que tienen dificultades similares, han sido útiles los siguientes tipos de acciones:

Formas en que la escuela puede ayudar a su hijo

  1. Una buena relación con el maestro y otros miembros del personal escolar ayuda al niño a sentirse seguro, cómodo cuando necesita pedir ayuda y más dispuesto a aceptar redireccionamiento y orientación cuando las necesita. Los maestros y el personal de la escuela pueden reforzar sus relaciones con él al dedicar periodos breves y periódicos para hablar de forma individual. Durante estos encuentros, el maestro podría seguir al niño en lo que esté haciendo, mostrar interés y entusiasmo por lo que diga o haga y prestarle una atención positiva. El maestro también podría acercarse a su hijo al comienzo de la jornada escolar para saludarlo y brindarle una perspectiva positiva del día que le espera: “¡Hola! ¡Me alegro mucho de verte y creo que vamos a tener un día estupendo! Recuerda que puedes venir a decirme si hay algo en lo que necesites ayuda hoy”.
  • Si su hijo tiene un sentimiento negativo hacia un adulto de la escuela que participó en la reacción ante su “amenaza” a las niñas, podría valer la pena invertir algo de tiempo y energía en reparar esa relación con la ayuda del adulto.
  • Si su hijo sigue llegando a casa con moretones y arañazos de otros niños, es importante que sienta que puede pedir ayuda a los adultos. Necesita saber que el personal de la escuela trabaja para mantener a salvo a todos los niños, incluido él.

2. Los responsables escolares pueden ayudar a que su hijo no sea etiquetado como el “niño problemático”.

  • El maestro podría asignar a su hijo un “trabajo” positivo en el aula que lo ayude a sentirse bien y permita a sus compañeros verlo como alguien bueno y valorado. Esto podría ser, por ejemplo, ayudar a repartir los almuerzos a sus compañeros, darles una pegatina o calcomanía a todos después de que la clase haya completado un proyecto, o algún otro tipo de función de apoyo.
  • Un plan de comportamiento positivo puede ser una intervención muy eficaz para ayudar a los niños a aprender y practicar comportamientos más adecuados en la escuela. En el caso de su hijo, esto podría significar desarrollar un plan de comportamiento que le proporcione cada hora pequeñas recompensas (como calcomanías) cuando haya mostrado un “comportamiento amable” con sus compañeros durante esa hora (“comportamiento amable” podría significar cuando comparte, se muestra amable verbal y físicamente, y se calma de forma apropiada cuando se siente frustrado). Los maestros tendrían que comprometerse a recordarle los comportamientos deseados de forma positiva, animarlo, fijarse en sus acciones positivas, apoyarlo en el uso de comportamientos adecuados si se altera (al menos al principio) y recompensar los comportamientos deseados. Un plan de comportamiento positivo se debe diseñar cuidadosamente. Los psicólogos o trabajadores sociales de la escuela suelen ayudar a crear el plan con las aportaciones de los maestros y los padres.
  • Pregunte al trabajador social de la escuela si ofrecen grupos de habilidades sociales para niños. Si la escuela no ofrece un grupo formal, a veces los trabajadores sociales invitan a varios niños a comer juntos o a una actividad lúdica conjunta para favorecer las interacciones sociales positivas y el desarrollo de nuevas amistades.

Formas de ayudar a su hijo en casa

Además de lo que usted mencionó que ya está haciendo, a los padres les suele resultar útil considerar lo siguiente:

  • Asegúrese de que tiene tiempo en casa para relajarse, jugar y hacer cosas que le gusten. Todos los niños necesitan tiempo para relajarse, y si se siente estresado en la escuela, esto es especialmente importante.
  • Durante las actividades cotidianas, busque oportunidades para compartir o turnarse con él, y descríbale lo que está haciendo. Usted es un modelo de conducta muy importante para él, así que cuando usted nombra, comparte o demuestra otras habilidades sociales positivas, él se dará cuenta.
  • Intente notar cuando él comparte, se turna o muestra otras habilidades sociales positivas y elógielo o préstele atención positiva. Mientras juega con él, puede pedirle de vez en cuando que comparta algo con usted, elogiarlo por ello y devolverle el juguete antes de que pase mucho tiempo.
  • Siga mostrándole apoyo al escuchar sus sentimientos y preocupaciones. Usted puede validar sus sentimientos: “Parece que esto hirió tus sentimientos. Es muy difícil cuando un amigo dice algo cruel”. Incluso si él fue quien se comportó de manera inapropiada, escuchar y validar sus sentimientos lo ayuda a sentirse comprendido y querido. Después de que se sienta apoyado, usted puede seguir hablando con delicadeza sobre el comportamiento inapropiado con la intención de resolver problemas. Por ejemplo: “Lamento lo que pasó y que te hayas sentido mal. Quizá podamos pensar qué hacer si eso vuelve a ocurrir, porque sigue sin estar bien pegar a alguien aunque haya dicho algo cruel”.

Hay varios factores que pueden afectar las emociones, el comportamiento y las habilidades sociales de un niño. Algunos ejemplos de factores que pueden contribuir a los problemas sociales y de comportamiento son los siguientes:

  • Retrasos o dificultades en el habla/lenguaje y la comunicación.
  • Ansiedad, que se puede manifestar como necesidad de control e irritabilidad en los niños pequeños, o ansiedad social, lo cual complica las interacciones sociales.
  • Cambios en la vida o factores estresantes, como un cambio en la estructura familiar, una mudanza o un aumento del estrés en la familia.
  • Problemas de sueño, que pueden hacer que los niños sean más impulsivos e irritables.
  • Síntomas de TDAH, como hiperactividad, impulsividad o dificultad para prestar atención.
  • Experiencias traumáticas, como haber sufrido un accidente automovilístico o una agresión física o amenaza a sí mismos o a un ser querido.

Si tiene preguntas o le preocupa que su hijo pudiera tener ansiedad, síntomas de TDAH o alguna otra cosa, su pediatra debería poder referirlo con un profesional de la salud mental que lo evalúe. Una evaluación ayudará a responder sus preguntas. Además, el profesional de la salud mental le puede recomendar terapias o intervenciones útiles, si corresponde.

Si las estrategias comentadas anteriormente no ayudan a que las cosas mejoren en la escuela, usted también podría hablar con el equipo de educación especial de la escuela para que evalúen a su hijo y determinen si reúne los requisitos para un Programa de Educación Individualizado (IEP) o un plan 504. Ambos son programas contemplados en la legislación federal que ofrecen apoyo a niños con determinadas necesidades especiales o dificultades en el entorno educativo.

Su hijo es joven y aún está aprendiendo a manejar los sentimientos intensos y a llevarse bien con los demás. Estos desafíos no estarán ahí por siempre: hay formas de ayudarlo. Espero que la escuela colabore con usted para apoyar a su hijo a medida que adquiere habilidades nuevas, así como para crear un entorno seguro y afirmativo para él en la escuela.

La última revisión de este artículo se realizó el 7 de junio de 2023.