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Trastorno de la Tourette y la división entre mente y cuerpo

Cómo se pueden controlar los tics, con la terapia adecuada.

Escrito por: Alan Apter, MD

Experto clínico: Alan Apter, MD

in English

El trastorno de la Tourette es especialmente interesante porque es un síndrome en el que los límites entre la mente y el cuerpo son ambiguos.

¿Cuál es la diferencia entre un tic y un espasmo muscular? Un espasmo muscular es simplemente la contracción local de un músculo. Mientras que un tic, aunque se puede originar en el músculo, atraviesa la corteza cerebral, luego pasa por las partes emocionales del cerebro, el tálamo y finalmente regresa al músculo y lo hace moverse.

Esto resulta en dos cosas muy interesantes. Primero, que un tic es controlable. Segundo, que sólo es controlable con un costo: el esfuerzo que requiere reprimirlo de forma activa. Si te pido que no parpadees, probablemente lograrás no parpadear durante 5, 10 o 15 segundos, pero eventualmente tendrás que parpadear. Lo mismo le ocurre a un niño con la Tourette: se siente continuamente asediado a tener que hacer movimientos que no quiere hacer. No se siente en control de su vida. Un famoso psiquiatra describe el trastorno de la Tourette como un asedio contra el propio ser. ¿Qué tanto controlas lo que haces y qué tanto no?

Curiosamente, esto no sólo se refiere a tics motrices. Muchos niños con la Tourette también tienen pensamientos obsesivos. Es como si alguien más estuviera controlando desde tu cerebro lo que piensas y cómo te mueves. Puedes luchar contra ello, pero estar en permanente lucha significa que nunca te puedes relajar. Y, en especial en situaciones vergonzosas, esto en realidad puede desafiar el sentido de identidad y el sentido del ser de una persona.

También están, por supuesto, los tics vocales, que suelen llamar especialmente la atención cuando se trata de la Tourette. Un tic vocal es básicamente una simple contracción de las cuerdas vocales que son, después de todo, solamente un músculo, como cualquier otro.  Cuando se contrae, el niño podría emitir un sonido o, en algunos casos, dependiendo del bagaje emocional que esté vinculado al circuito a medida que atraviesa la corteza cerebral y el tálamo, podría ser algo relacionado con la situación.

Supongamos que en este momento yo estuviera pensando: “Bueno, terminemos esto, ya me quiero ir a casa”. Si tuviera la Tourette, me sería difícil, mucho más difícil, controlar este pensamiento de lo que me cuesta ahora. Debido a que no tengo la Tourette, no me siento ansioso de que se me vaya a salir algo que para ti pudiera ser desagradable de escuchar. Y eso es lo que hace a la Tourette una condición interesante, incluidos los tics vocales.

¿Qué implica esto en lo que se refiere a los tratamientos para la Tourette?

Los tics son muy difíciles de tratar con medicamentos. La razón es que los tics ocurren en episodios (en brotes), y cada episodio tiene pequeños episodios entre ellos, y cada pequeño episodio tiene pequeños episodios entre ellos, así que realmente no sabes en qué momento va a terminar todo el brote de tics. A menudo, cuando los tics están en su momento más álgido, es un signo de que alcanzaron la cúspide y que a partir de ahí van a disminuir. Además, muchos casos de tics y de la Tourette tienden a mejorar dramáticamente después de los 11 o 12 años, para luego desaparecer gradualmente: aunque no ocurre así en todos los casos. Por lo tanto, el problema de tratarlos con medicamento es que podría ser que lo estés administrando sin necesidad.

Pero hay algunos tratamientos psicológicos muy interesantes que se han desarrollado recientemente. Tal vez el más importante es una terapia llamada “tratamiento de reversión de hábitos” o “terapia de reversión de hábitos”.

Los tics tienen un fenómeno adicional: justo antes de que ocurra el tic hay un aviso. Es como cuando estornudas, se siente un poco de comezón y luego estornudas. Básicamente, un niño con un tic puede decir, bien, voy a soltar esta grosería, va a suceder, bueno, sucedió. Ahora, si puedes enseñar a un niño a reconocer ese aviso previo, lo que llamamos técnicamente el “impulso premonitorio”, y que en su lugar haga algún otro movimiento o acción, a menudo, eso bloquea la expresión del tic.

Este es un cambio importante en nuestra forma de pensar acerca de la psicología de los tics. Antes, les decíamos a los niños que no trataran de controlar el tic porque al final saldría de todas formas, pero ahora cambiamos nuestras recomendaciones e intentamos que los niños aprendan a controlar sus tics. El viejo mito era que, si reprimías tus tics, eventualmente habría lo que se llamaba un “rebote”. Así que, si no tenías el tic en 5 minutos, te volvías loco. Pero es falso. Si detienes los tics y aprendes a controlarlos, gradualmente se irán espaciando.

Por lo tanto, ha habido un cambio importante en el manejo de los tics: menos medicamentos y más terapias psicológicas. Terapias psicológicas basadas en intentar controlar los tics. Y sí se puede.

Esto nos trae de vuelta a un aspecto interesante de la Tourette: la diferencia entre el cuerpo y la mente. Sabemos que los tics son biológicos, de manera que es particularmente interesante que un tratamiento psicológico pueda cambiar la biología, y que tenga el potencial de curar los tics.

La última revisión de este artículo se realizó el 6 de julio de 2024.