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Casi todos los niños mienten de vez en cuando. Puede que digan una mentira para salir de algún apuro, como que no tienen tareas o que se comieron todo su almuerzo, incluso esas verduras que no les gustan. Si notas que tu hijo te miente, lo primero es averiguar qué trata de conseguir con esa mentira.

Si las mentiras son graves, como no haber ido a la escuela o no haber entregado los trabajos finales, es importante que como padre o madre establezcas una consecuencia adecuada a la gravedad de la mentira, y refuerces la idea de que si dice la verdad tendrá menos problemas. Pero ten en cuenta que algunos niños podrían mentir debido a algún problema subyacente de salud mental o del aprendizaje, como el TDAH u otros problemas del comportamiento.

Lograr que tus hijos no mientan requiere práctica y paciencia, pero si insistes, aprenderán que mentir no les trae cosas buenas. En estos artículos puedes aprender más sobre este y otros temas relacionados al comportamiento.

– Gabriela Bobadilla, editora de español y directora de difusión | 

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