La disgrafía es un desafío de aprendizaje que dificulta que los niños escriban. Los niños con disgrafía tienen debilidades motoras que les dificultan formar las letras e incluso sostener los lápices. También suelen tener dificultades para expresarse por escrito. Sus desafíos no están relacionadas con su inteligencia.
Los niños con disgrafía pueden tener dificultades para:
La disgrafía solía estar incluida en el DSM, el manual utilizado para el diagnóstico. Ya no es un diagnóstico oficial, pero los niños pueden ser evaluados por disgrafía. Los terapeutas ocupacionales evalúan las habilidades motoras. Los niños también pueden recibir una evaluación neuropsicológica más completa por parte de un neuropsicólogo.
Los niños con disgrafía a menudo pueden ser diagnosticados con uno o los dos trastornos que todavía están en el DSM. Estos dos trastornos se denominan “trastorno del desarrollo de la coordinación” y “trastorno específico del aprendizaje, con deficiencia en la expresión escrita”. Un diagnóstico oficial puede ayudarlos a obtener más apoyo en la escuela.
Los terapeutas ocupacionales pueden trabajar con los niños para desarrollar sus habilidades motoras. Las adaptaciones en la escuela también pueden ayudar. Los niños con disgrafía pueden beneficiarse de:
La persona que realiza la evaluación debería poder recomendar adaptaciones y tratamientos específicos.
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