Crea un ambiente seguro y tranquilo. Aprende a reconocer las señales de angustia en los estudiantes y utiliza estrategias informadas sobre el trauma para brindar apoyo.
CBITS: Tratamiento del trauma infantil en la escuela
Cómo una terapia llamada CBITS (intervención cognitivo-conductual para el trauma en las escuelas) ayuda a los niños que han tenido una experiencia traumática.
Clinical Experts: Katie Peinovich, LCSW , Lisa H. Jaycox, PhD
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Qué es CBITS?
- ¿Qué es la terapia cognitivo-conductual?
- ¿Cómo ayuda a los estudiantes la intervención cognitivo-conductual para el trauma en las escuelas (CBITS)?
Las investigaciones demuestran que la exposición al trauma durante la infancia es mucho más común de lo que se podría pensar: dos tercios de los niños han tenido al menos una experiencia adversa y más de 1 de cada 5 ha tenido tres o más.
Experimentar un acontecimiento perturbador puede generar una sensación de aislamiento, incluso cuando ese acontecimiento sea compartido, como un tiroteo en una escuela o un incendio forestal. (Trauma es un término clínico, por eso muchos profesionales clínicos evitan utilizar la palabra traumático hasta que comprenden el impacto que ha tenido el acontecimiento en el niño). Esto se debe en parte a que las personas procesan los eventos de manera diferente. Un acontecimiento podría ser percibido como traumático para un niño, mientras que para otro podría no ser así. Pero cuando un niño manifiesta síntomas de trauma, su vida y su funcionamiento se pueden ver afectados de múltiples maneras.
“Los síntomas de un trauma pueden ser realmente perjudiciales para los niños en muchos aspectos de sus vidas“, afirma Katie Peinovich, trabajadora social clínica con licencia del Child Mind Institute. Pueden afectar a los niños en la escuela y dificultarles pensar con claridad, dice, así como perjudicar sus relaciones con su familia y sus amistades. Estos síntomas también pueden afectar su autoestima y la forma en que se perciben a sí mismos y al mundo.
“Cuando puedes aliviar algunos de esos síntomas —dice Peinovich— puedes aumentar realmente el nivel de funcionamiento del niño y fortalecer su sensación de seguridad”.
¿Qué es CBITS?
Durante las últimas dos décadas, las escuelas se han involucrado cada vez más en el tratamiento de los síntomas de trauma en sus estudiantes a través de programas como CBITS, que no es lo mismo que CBIT, una terapia conductual para niños con trastornos de tics. Una buena forma de recordarlo es que la “S” de CBITS significa Schools (escuelas).
La intervención cognitivo-conductual para el trauma en escuelas, o CBITS, es un programa de salud mental basado en la escuela que ayuda a los niños a manejar los síntomas de un trauma.
¿Por qué tratar el trauma en las escuelas?
Los niños necesitan sentirse seguros para aprender, pero ofrecer servicios de intervención en caso de trauma en la escuela también tiene otros beneficios. Aunque existe una terapia individual eficaz para niños que han experimentado trauma, llamada terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma (TCC-CT), es posible que muchos niños no tengan acceso a ella.
“Lo bueno de las escuelas es que los niños ya están allí”, dice Lisa H. Jaycox, PhD, científica especializada en comportamiento en RAND Corporation. Padres y cuidadores no se tienen que preocupar por encontrar un proveedor o por el traslado, ni por el pago de los servicios o la programación de las citas. Además, participar en un programa basado en la escuela ayuda a los niños a reducir la vergüenza y la culpa que pueden surgir después de un evento perturbador: preocupaciones persistentes de que algo está mal con ellos o de que son los únicos que reaccionan de esta manera.
Los niños que con frecuencia tienen dificultades no reconocen que sus problemas están relacionados con el trauma, el cual pudo haber ocurrido mucho antes. “Sienten que es simplemente parte de ellos y no lo relacionan con la experiencia traumática”, dice la Dra. Jaycox. “Por eso, parte de lo que hacemos es ayudar a los niños a comprender cómo se relacionan los síntomas y cómo pueden empezar a abordarlos a través de diferentes habilidades y estrategias de afrontamiento”.
¿Para quién es la CBITS?
La CBITS está diseñada para satisfacer las necesidades de niños desde kínder hasta high school que han experimentado un evento perturbador, incluso si no se les ha diagnosticado clínicamente TEPT, como suele ser el caso.
La Dra. Jaycox desempeñó un papel decisivo en el desarrollo del programa CBITS a finales de la década de los noventa junto con Los Angeles Unified School District (LAUSD). En aquel momento, los servicios de salud mental del distrito estaban sobrecargados. En algunas escuelas, “todos y cada uno de los niños” informaban de haber visto una agresión, un tiroteo o una muerte de parte de pandillas. El LAUSD solicitó ayuda a RAND Corporation para atender las necesidades de sus estudiantes a mayor escala. Lo significativo de las CBITS, señala la Dra. Jaycox, es que se crearon y se investigaron en colaboración con científicos y la escuela.
Los científicos colaboraron con trabajadores sociales de las escuelas en diversos grupos, en los cuales había inmigrantes de reciente ingreso al país. “Así que, desde el principio, nos enfrentamos a múltiples idiomas y culturas”, afirma la Dra. Jaycox.
La Dra. Jaycox y sus colegas llevaron el programa a estudiantes de Nueva Orleans después del huracán Katrina y trabajaron con el National Native Children’s Trauma Center para adaptar el manual de CBITS a jóvenes nativos americanos. También continúan adaptando y desarrollando el programa para niños en hogares de acogida y en diferentes países, como China, Guyana y Japón.
¿Cómo funciona la CBITS?
En primer lugar, se evalúa a los estudiantes para identificar si el programa les podría beneficiar. Las pruebas de detección son un poco diferentes según la escuela, pero en general los profesionales clínicos buscan niños que: 1) hayan estado expuestos a un acontecimiento perturbador y 2) sigan experimentando síntomas de angustia. Las pruebas de detección están destinadas a identificar síntomas moderadamente graves, pero sutiles, que incluso aquellos maestros o cuidadores que han estado vigilando de forma muy cercana podrían haber pasado por alto.
Señales de trauma
Justo después de un acontecimiento perturbador, la mayoría de las personas experimentan algunos síntomas de trauma que pueden incluir los siguientes:
- Sentir ansiedad o nerviosismo (hipervigilancia), sobresaltarse ante cualquier ruido o movimiento repentino.
- Revivir el evento a través de pesadillas, pensamientos intrusivos o recuerdos.
- Evitar pensar o hablar sobre el evento porque despierta demasiadas emociones intensas.
- Experimentar cambios de humor o cambios en la forma en que la persona piensa sobre sí misma, las demás personas y el mundo.
Estos síntomas pueden desaparecer por sí solos. Pero si persisten durante demasiado tiempo, es una señal de que un niño podría requerir ayuda adicional para afrontarlos.
CBITS y terapia cognitivo-conductual (TCC)
Los programas de CBITS están dirigidos por profesionales de la salud mental capacitados. (También existe una versión llamada Apoyo para estudiantes expuestos a trauma o SSET, diseñada para ser implementada por personal no clínico, como maestros). Los grupos están formados por entre 6 y 10 niños que se reúnen en sesiones de 45 minutos (la duración de una clase media) una vez a la semana durante 10 a 12 semanas.
Habilidades y estrategias
CBITS incorpora aspectos de la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se basa en la idea de que si podemos reconocer cómo nuestros sentimientos influyen en nuestros pensamientos, podemos aprender a manejar mejor nuestros comportamientos.
En las sesiones de grupo, los niños aprenden habilidades de relajación, como ejercicios de respiración que pueden utilizar para calmarse, pero también aprenden formas de abordar el pensamiento desadaptativo, explica la Dra. Jaycox. Por ejemplo: “Me pasó algo malo, así que debo ser una mala persona”. O: “Alguien me hizo daño, así que no puedo confiar en las demás personas”.
“Trabajamos para abordar esos pensamientos, cuestionarlos y tratar de encontrar formas más realistas de pensarlos”, afirma.
El programa también se centra en los comportamientos de evitación. Por ejemplo, digamos que un niño ha tenido un accidente automovilístico grave. Puede que evite viajar en auto o incluso cruzar la calle de camino a la escuela. Está bien tener miedo a las cosas, pero se convierte en un problema cuando los niños sienten que sus miedos tienen el control.
“Elaboramos una lista de cosas que pueden estar evitando porque están relacionadas con el trauma, pero que por lo demás son seguras”, dice la Dra. Jaycox. “Desarrollamos una jerarquía de aquellas cosas que les causan ansiedad. Y luego trabajamos en abordarlas de una manera segura para que puedan acostumbrarse a ellas de nuevo y disipar esa ansiedad”.
Creación de un relato del trauma
El programa CBITS incluye además hasta tres sesiones individuales entre el niño y un profesional clínico. Parte de este trabajo implica crear un relato del trauma.
Los recuerdos perturbadores suelen estar fragmentados, lo que puede causar ansiedad, explica la Dra. Jaycox. “Pensar deliberadamente en el evento o escribir sobre él ayuda a dar mayor coherencia al recuerdo y a la historia”, dice. “Crear una narrativa es una especie de exposición y habituación al trauma que ayuda a los niños a sentirse más en control cuando piensan en ello”, lo que disminuye con el tiempo la ansiedad que causa el recuerdo.
Para ayudar a los niños a entender el concepto de habituación, Peinovich dice que a veces les pregunta si alguna vez han visto una película de terror.
“La primera vez que la ves, da mucho, mucho miedo. Te sobresaltas con cada escena que surge de forma sorpresiva, y no sabes qué va a pasar después”, dice Peinovich, destacando las sensaciones físicas, como el corazón acelerado, que acompañan al miedo.
“Pero cuando la vuelves a ver, ¿cómo es? Ahora sabes cuándo van a venir los momentos más terroríficos. Así que tal vez todavía te sorprendan, pero no es tan malo. O no da tanto miedo. ¿Y qué pasa la tercera o cuarta vez?”.
“Es una especie de ilustración de cómo cambian tus emociones cuanto más te involucras en algo”.
Aprender a compartir
El profesional clínico también trabaja con el niño para decidir cómo quiere compartir su experiencia en las sesiones grupales. Las sesiones de grupo son importantes porque ayudan a los niños a ver que no están solos, aunque sus experiencias individuales sean diferentes. Pero las descripciones se mantienen a propósito generales, breves y directas: “Tuve un accidente de auto”, o “me lastimé en un accidente de auto”.
En grupo, el objetivo es el acto de compartir, no procesar los detalles. “No queremos que carguen con las experiencias traumáticas de los demás”, dice Peinovich. “Queremos que compartir se sienta positivo y alentador, no abrumador”.
Hablar de cosas perturbadoras es difícil, pero proporcionar a los niños un lenguaje sencillo les ayuda a comprender que también es seguro y está bien hacerlo, explica Peinovich. En las sesiones individuales, “no queremos que se preocupen de que nos van a abrumar con la información, o que lo que están hablando es algo que es muy malo o angustioso de hablar”, dice.
“Creo que a veces, cuando calificas demasiado (“sé que esto puede ser muy difícil y puede ser muy incómodo hablar de ello”), lo que le estás comunicando al niño es: `Ah, esto de verdad es algo serio´”.
Peinovich dice que su objetivo es separar la intensidad de los sentimientos del relato: “Como, ‘ok, es una experiencia muy difícil la que tuviste, pero no dice nada malo acerca de ti. Así que, hablemos de ello’”.
Después de la CBITS
CBITS es una intervención, no un plan de tratamiento continuo. El objetivo es ayudar a los niños a controlar sus síntomas, y referirlos a otros lugares para atender otras necesidades de salud mental, según sea necesario. Numerosas investigaciones demuestran que programas como CBITS son eficaces y reducen significativamente los síntomas del TEPT y la depresión.
Peinovich, que lleva 25 años ofreciendo servicios de traumatología a niños, dice que le sorprende continuamente la capacidad de los niños para recuperarse de las dificultades con solo un poco de apoyo.
“Empecé a trabajar en esto con la idea de que los niños son resilientes y pueden superar muchas cosas”, dice. “Así que, cuando veo que eso ocurre, no es necesariamente algo así como: ‘¡Oh, vaya, no me lo puedo creer!’. Es más bien algo así como: ‘¡De verdad que pueden hacerlo!’”.
Preguntas frecuentes
La terapia CBITS (intervención cognitivo-conductual para el trauma en las escuelas) es un programa escolar que ayuda a los niños a manejar los síntomas del trauma. En sesiones grupales e individuales con un profesional clínico, los niños aprenden habilidades para manejar el miedo y la ansiedad causados por una experiencia perturbadora.